CAPÍTULO 22: HERSHEYS
—Camile —grita Lauren desde arriba— Camile, ven que ya empezó la entrevista
—Ah, me–me llama Lauren —tartamudea la chica acomodando sus gafas—. Lo siento por el jarrón, lo pagare.
La chica camina a paso apresurado hasta llegar a los primeros peldaños de la escalera.
—Camile —llamo haciendo que gire a mi dirección—. Ni una palabra a nadie sobre lo que acabas de ver y no te preocupes por el jarrón, diré que yo lo he roto a cambio de tu silencio.
—Pero no es correcto, yo lo rompí —musita apenada
—Exacto, pequeña pero tampoco le dirás a Lauren lo que viste —asiente evitando mi mirada—. Ahora sube que te vas a perder la entrevista.
Camile se va subiendo las escaleras y Lolo me tira una nalgada en el trasero.
—¿Y eso porque fue?
—Porque asustaste a la pobre, parecías una mujer de la mafia diciendo «Tú no sabes nada, tú no has visto nada» —me siento a horcajadas encima de él— una sexy mujer de la mafia
Mi noche fue resumida a hermanos molestos pidiendo pizzas y viendo películas, al menos me conformaba que Lolo no hubiera huido porque yo propuse hacerlo. En medio de la noche y en medio del sofá, mis hermanos acaparadores solo hablaban con Lolo como si yo no existiera. La noche paso con el debate del ¿Porque uno debe luchar por lo que quiere? «Si te gusta esa chica inténtalo» en ese momento casi mato a Paulo, Riley no era buena para él.
Querida Megan. No eso suena tonto.
Megan Jones, eres la… ¡Agh! Es por ello que nunca escribo, sabes que me estoy planteando en mandarte audios por Whatsapp.
Bueno empezare con un “Hola” soy bueno en ello creo que sí. Tal vez recuerdes cuando me dijiste que no querías príncipes, fue como en kínder o en primer grado. Fue extraño escucharte decir «No quiero un príncipe quiero un arma»
Sonreí al recordar aquel episodio en el cual nos estaban preguntando sobre que debíamos disfrazarnos y yo dije guerrera mientras todas decían princesas.
Me gustaba que seas del tipo de chica que no espera, que hace lo que quiere y no le importa si los demás la juzgan o hablan mal de ella; eres dulce pero a la vez mala. Vez muchas películas y amas con locura el Hershey. Recuerdo que nos hemos peleado unas mil veces pero también nos hemos acompañado y consolado un millón y medio de veces, sabes que pensé cuando te vi golpeando a esos niños, pensé que habías robado mi protagónico en la dirección y que eras una buena contrincante. […]
La carta sí que era muy larga y explicita.
[…] he fallado pero solo quiero decirte que siempre has estado ahí, en mi corazón, te voy a amar Megan y por más que fallemos y caigamos estaré para ti. No prometo un sol o una luna porque no soy perfecto he cometido errores miles de veces que me han conllevado a perderte pero ahora solo quiero pedirte ¿Quieres …?
Mil veces si, como podía dudar en algo como ello. Lo aceptaría sin dudarlo.
Besos, besos y más besos. Después de insistirles a mis padres que tengo una vida en Filadelfia la cual no puedo dejar y que los visitare pronto me dejaron ir, mis hermanos prácticamente se pegaron a mis piernas pidiendo que me quede lo cual no podía hacer.
—Mi rubiecita, se va —otro sollozo de mi padre—, quiero que vengas lo más pronto posible para día de gracias.
—Ya Víctor la nena tiene que irse, Paulito cuida mucho a mi pequeña
Mamá le manda un saludo a Lolo y papá solo se limpia las lágrimas ignorando a mamá, él siempre fue el más sensible de la relación. Scott se molestó porque no le enseñe a manejar pero al menos dejo el tema de la tal Riley que no me cae, Anwar se despidió de mi diciendo que me extrañaría y la despedida que más gracia me dio fue la de Lorie.
—Hermana, ahora nos has torturado —murmura abrazándome. Cuando me iba a separar dijo—: ¡¿Un baby doll?! ¡¿En que estabas pensando?! Toda esta semana hare muchas pijamadas y así no escuchar la vida amorosa de nuestros padres
—Pregúntale a Valentín y Justin su experiencia con el armario de nuestros padres —respondo con una palmada en su espalda— eso es un trauma
Abrace a las pequeñitas hijas de Mackenzie y le di una buena advertencia a Soul. «Le rompes el corazón y yo tus bolas» me conoce así que sabe que soy capaz de cumplirlo. Al medio día paramos a las afueras de Erie ya que el hambre nos dominó según Paulo yo era la que tenía hambre y él se terminó pidiendo dos cajitas pequeñas más ¡¿Y yo era la que tenía hambre?! Indignación, indignación. Observe que muchas mujeres embarazadas transitaban y al decir muchas es porque son muchas ¿Acaso había una marcha? Y es cuando una pregunta hizo que el pollo quedara en mi garganta.