— Summer, sé que soy un imbécil, pero por favor déjame remediar mi error — suplicó con su alma desolada, sabía que tenía mucho que hacer para recularla, pero, no quería darse por vencido ten fácil.
— Hazle caso Samuel — la voz de Daniel los hizo mirar hacia la puerta quien veía a su amigo con frialdad, la irá era sumamente evidente — ella te quiere lejos, solo estás perturbando todo su tratamiento.
— Daniel, como mi amigo... — replicó Samuel — te pido que no te metas.
— ¿Amigos? Dejaste de serlo desde el momento en que preferiste a alguien más antes que a tu esposa. Summer no está bien de salud y debes dejarla descansar, ya han firmado el divorcio así que vete ya — Summer miro al forma en la que Daniel enfrentaba al decaído Samuel, no esperaba que cortaran toda amistad solo por ella.
— ¡Es mi esposa aún! No me puedes separar de ella...
— ¡Samuel ya basta! De verdad déjame en paz, quiero tener tranquilidad y tú solo me das dolor — la voz entrecortada de Summer — te lo pido, es más te lo suplico, déjame vivir lo último que me queda en paz.
— ¡Tú no te vas a morir Summer! Haré lo que sea necesario para curarte.
— ¡No quiero que hagas nada! Cuando tuviste la oportunidad no lo hiciste, me dejaste a la deriva ¿Sabes cuántas veces desee escuchar esas palabras en el pasado? Hubiera dado todo por ti, hubiera cedido ante esas dulces palabras, pero ya no más. — se levantó para quedar sentada, le dolía todo el cuerpo, pero el dolor en su alma era mayor, solo quería paz estaba cansada de darlo todo y al final no recibir nada.
— Summer por favor... _ suplicó arrodillándose frente a ella, pero parecía que no cedería, no con un simple perdón.
— Vete por favor, si aún me amas como dices déjame libre, déjame en mis últimos momentos estar tranquila — el ambiente era sumamente deprimente, el corazón de Daniel estaba lidiando una dura batalla entre defender a su mejor amiga y ayudar a quien había sido su amigo por años, pero sabía que la prioridad era Summer.
— Samuel, déjala descansar — mirando al lamentable de su amigo arrodillado y con las lágrimas cayendo como cascada decidido ser menos severo — anda vámonos, deja que Paula la cuide — miro había afuera y ahí estaba la amiga de su esposa, está lo miro con enojo, pero no dijo nada, no estaba en posición de juzgar a nadie.
— Pero... Summer yo te amo de verdad — expresó mientras se levantaba — daré todo de mi para recuperarte, eres el amor de mi vida, lamento haber sido un completo imbécil — Summer no pudo evitar derramar lágrimas a pesar de que estaba tratando de mantenerse fuerte, no había duda de que ella sentía lo mismo, pero, la herida era demasiado grande para repararla ahora.
— Vete por favor... — musitó y volteó hacia la pared, el corazón de Samuel se rompió en mil pedazos, la había herido a tal grado que, ella ya no lo quería cerca.
Daniel lo saco de la habitación y justo en ese momento los dos comenzaron a llorar con amargura, Summer sintió las manos de Paula y la abrazo con fuerza.
« ¿Por qué hasta ahora Samuel? ¿Por qué no antes? » mencionaba en su corazón, días pasados hubiera dado todo para recibir esas palabras, pero justo ahora, solo lo repudiaba.
— Tranquila amiga ya estarás bien, te cuidare para que no se te acerqué.
— Llévame lejos Paula, dile a Henry y a mí familia que me quiero ir de aquí — suplicó mirando a los ojos a su amiga, no quería volver a su casa, alejarse de él, era lo mejor por ahora.
— Lo haré, le llamaré a tu hermana. Ella sabrá que hacer cariño, pero descansa ahora, debes reponer energías — Paula beso su frente, Michelle solo había observado la situación y había deducido lo que estaba pasando, Aunque quería ayudar, pensó que lo mejor era no entrometerse le gustaba mucho Summer, pero estaba intentando algo con Molly y quería hacerlo bien. — Michelle podemos prestarles la casa en Nueva York, sé que es lejos, pero valdría la pena Summer.
— Claro que sí Summer, lo que sea por una amiga de mi hermana. En lo que pueda te ayudaré — sonrió y tomo la mano de Summer ella agradeció y al poco tiempo volvió a dormir.
Paula se puso en contacto con Henry para que le ayudará con la mudanza, debía ser lo más pronto posible y sin que Samuel se enterara, aunque no le correspondía decidir, pero se lo merecía por la forma en que abandono a Summer.
— Daniel, tengo que ir con ella. Por favor déjame ir — dijo casi llorando sin importarle que los demás lo mirarán.
— Samuel deja de ser tan idiota — bramo Daniel dándole una cachetada — entiende que tú mujer debe descansar, la has tenido en una montaña rusa de emociones y prácticamente al borde del colapso emocional.
— ¿Que pasa aquí? — pregunto Ricky después de estacionar el auto y esperar por su esposo afuera.
— Que nuestro querido amigo está haciendo un drama, Summer le pidió que se fuera y el no accedía — explico Daniel y los dos lo miraron con sentimientos encontrados, entre decepción y tristeza.
— Ricky, sé que soy el peor hombre sobre la tierra, pero, debo cuidar de mi esposa.
— ¿Que no ya firmaron el divorcio? — frunció el ceño al preguntar.
— Si, pero, aún no envío los papeles, de verdad quiero enmendar mi error — Samuel estaba muy mal en ese momento que los dos sintieron compasión por él.
— Déjala que se calme, solo la vas a alterar más, vamos a mi casa y descansas. Mañana hablan con más calma, aunque quería darte un sermón lo mejor es que hablemos de eso luego.
Sin dejarlo negarse lo tomaron del brazo y lo llevaron hasta el auto de Ricky, a la fuerza lo metieron pues sabían que lo mejor ahora era calmarse los dos y pensar. Daniel se quedó en el hospital mientras su esposo cuidaba de Samuel, sentía lástima por esas dos almas, pero tristemente eran las consecuencias de no hablar con sinceridad.
Cuando regreso al cuarto de su amiga ella dormía profundamente, sonrió y miro que Paula tecleaba en su teléfono.