Como puedo no mantenerme en pie...
Resse.
Toda mi vida, había observado el jardín que había cuidado con tanto cariño desde mi infancia, había mirado las envidiables rosas de la enorme casa frente a la nuestra, y jamás había sentido tanta emoción por ver algo más que eso.
Era bellísimo, veía el mundo con una luz resplandeciente que iluminaba el lugar entero, era como si todo hubiera tomado color desde que me había embarcado en este viaje con Ossi.
Parecía irreal, las flores, el cielo, la luna, las estrellas, la forma en que el clima recibe mi rostro a cada parada que hicimos, como el sol golpea mi piel al fin, dejando un color más bronceado sobre esta, dejándome ver que incluso eso puede cambiar.
Esperaba poder ver muchas más cosas bellas a lo largo de este viaje, esperaba soportar todo este viaje, lograr terminarlo antes de que mi madre nos encontrara.
Mientras caminamos por este camino desconocido, todo parece tan claro
No quería prestar atención a los malos momentos, porque no estaba sola, porque Ossi se sentía como una compañía.
Aun así, podía ver desde lejos que Ossi estaba cansándose de esto, que no estaba muy de acuerdo con la idea, y que no se estaba quedando en esto por mí, lo hacía solo porque quería huir de su hogar y no quería enfrentar los problemas que le esperaban en casa.
De todas formas, aún no se había marchado, y eso me daba una pequeña esperanza, solo para saber que no seguiré adelante sola, porque eso realmente me aterraba.
Él estaba dormido con la cabeza recargada contra el asiento en el que yo dormía, no llevaba algo encima más allá de esa camiseta de algodón gris que no lo abrigaba demasiado.
Tomé la prenda sobre mi cuerpo y la pasé sobre su pecho para abrigarlo un poco mientras me acurrucaba a su lado en el suelo, metiendo mi cabeza entre sus brazos para darle algo de calor.
No tenía idea de lo que estaba haciendo con él, solo esperaba que nuestra amistad fuera algo pasajero, esperaba que Ossi no me apreciara demasiado, porque al final del viaje él y yo no tendríamos mucho tiempo para volver a convivir.
Su celular estaba a punto de descargarse, pero no me importó, de toda forma lo tomé y comencé a mirar sus fotos para distraerme, pero suficiente tenía con el olor al jabón del hostal que nos habían dado. Ossi olía a lavanda, una de las flores que se habían marchitado en mi jardín luego de que les callera un horroroso hongo.
Las imágenes eran simples, pero apreciables.
Cole y Ossi comiendo pizza. Cole y Ossi jugando videojuegos. Cole y Ossi en una pijamada con Diego. Diego y Ossi cuidando de una bebé. Diego cocinando. Una captura de pantalla de un juego que había de carreras oline que había ganado Ossi. Y cientos de fotos más de año nuevo, navidad y el día de muertos.
Recordaba haber visto a tres adolescentes el dos de noviembre, pedían dulces, iban vestidos como superhéroes. Era un chico rubio, una chica con peluca y un tercer chico más tímido de cabello oscuro, eran los niños a los que alguna vez había visto tener una pelea de pastelillos en mi calle cuando era pequeña. Yo quería ser ella, o tal vez hasta ser uno de ellos dos, pero quería ser parte de ellos, tener sus vidas, salir a correr y bailar bajo la lluvia, poder ir a la escuela sin miedo y salir a pedir dulces la noche de los muertos en nuestra ciudad.
Elliot solía querer lo mismo que yo, pero él se había resignado a ya no desear una vida que nunca iba a tener. A Elliot lo habían despreciado como a mí, lo habían marginado por ser hijo de la persona equivocada, pero él no decidía donde nacer, solo era un niño al que odiaron y señalaron como la peor escoria en Vreinsfield, al igual que a Andrew.
Quería ser como esos tres chicos, como el grupo de amigos de Ossi, como las personas que tenían vidas normales en Vreinsfield, quería no haber sido la pequeña Resse, la niña enferma que no salía de casa.
Varios mensajes llegaron al celular de Ossi cuando pasamos por un lugar con señal.
Cole Blythe. Diego chico malo. Sol comida deliciosa. Annie (hermana). Mamá (DOC). Nathan. Victor Denis.
Y la lista seguía bajando.
Cole BLythe: Hay noticias nuevas.
Cole BLythe: Debes volver.
Cole BLythe: Ossi!!!
Cole BLythe: Oscar, tienes que volver.
Cole BLythe: Oscar, vuelve.
Cole BLythe: amigo, ella está enferma.
Mordí mi labio con fuerza mientras cerraba los ojos y tapaba mi boca para no emitir un solo sonido y despertar a Ossi.
Solté un sollozo.
Diego: De seguro Cole ya te dijo.
Diego: Hermano, la chica te va a meter en más problemas si no regresan.
Diego: Weeeeey, chismeeee
Algo caliente me recorrió el cuerpo y se agrupó en mis ojos.
El mundo me pareció tan denso y abrumador de pronto, como si la serenidad y la calma que habían estado reinando en mi cuerpo por las últimas horas desaparecieran sin más, dando paso a la culpa.
Annie (hermana): Tiene una cardiopatía de nacimiento, y ha sido atendida desde pequeña.
Annie (hermana): Hermano, debe regresar, sea lo que esté pasando ahora o lo que creas que es correcto, tienes que traerla antes de que sea demasiado tarde.
Annie (hermana): Ossi, ella no va a resistir mucho si no tiene los cuidados suficientes.
Annie (hermana): No dejes que arriesgue así su vida.
Nathan: Se que estás molesto.
Nathan: Ossi, contesta tus llamadas.
Nathan: Oscar, tienes a tu madre tan preocupada.
Nathan: Oscar, estoy seguro que ya te lo dijeron, y no quería que te enteraras así, pero espero y no desprecies a tu futuro hermano por los problemas que tienes conmigo.