Hijos míos, les recuerdo poner su pantalla en modo oscuro. 🥳😀
🎵Only Girl
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Éxito en los primeros días y cumpleaños de Lorraine (comprar regalo).
𝑨𝒅𝒆𝒍𝒊𝒏.
Volvamos a ese pequeño charco en mi mente, a cuando yo tenía unos siete años, jugaba con mis barbies, contaba dinero falso y tenía por lo menos doce carreras distintas. Y, lo conocía a él.
Era de ese tipo de amistades genuinas que tienes por lo menos una vez en tu vida, todo es color rosa, juegas con tu amigo, es increíble, ya que es un chico y aunque no lo aceptes quieres el tipo de romance de telenovela.
Pero resulta que la testosterona les pega duro a los doce y deja de ser el niño tierno, para volverse un idiota irónico, que te atrae de alguna manera, pero no vas a tocar por tu salud mental.
Luego se marcha y conoces a tu tipo ideal Billy. Y no, no mandaré a Billy al carajo, porque él es bueno para mí.
Si, adivinaste, su nombre era Miles. Bueno es, esta más vivo que nunca diría yo, con una postura relajada, como si no le importara haber regresado, sus ojos escanean todo el lugar y noto a varias soltando la baba.
Está mucho más alto de lo que recordaba, ya no tiene acné, quizá un rastro en las cicatrices sobre la piel, pero, ya no tiene la figura que recordaba la última vez que lo vi. Flaco y sacándome un par de centímetros, no, ya no.
Tiene el cuerpo atlético y musculado. Lo sé, pese a que tiene el uniforme, porque todos podemos ver los hombros anchos y la altura que intimida a cualquiera haciéndolo parecer un jugador de basquetbol de la NBA.
—Por sus caras, imagino que ya lo conocen—señala la maestra— aún así, preséntese, señor Wallace.
—Soy Miles Wallace—suelta con un tono de arrogancia.
—Preséntese bien—lo regaña la mujer con el cabello rizado, atado a una cola en la nuca—o se va de mi clase.
—Bien.
Y lo hace, de hecho, se sale haciendo que todos le vean un lugar en particular cuando se marcha. Todos se quedan callados y yo solo miro a Breeana que ha clavado la mirada en mí, niego y lo que nos saca del aura silenciosa es la voz de la maestra de química.
—Listo—cierra la puerta y empieza a escribir en el tablero— anoten la frase de hoy rápido y hágame un favor señor Cooper y la lee en voz alta.
—Si, profesora.
La clase se pasa con lentitud. Necesito un respiro y el que el chico de mi lado me este mirando las piernas cuando la maestra sale, no ayuda mucho.
—Sabes, debo contarte sobre una chica que conocí, quizá este sábado, en el cumpleaños de Lorraine.
—¿Por qué todos cumplen años este mes? —me quejo— siento que mi madre no me dejará ir a todas las fiestas.
—Si bueno, sabiendo que Lorraine te insistirá, deberías ir y más bien faltar a la otra que tengas planeada.
Lorraine, la ex de Flynn. Sí, nos llevamos muy bien, de hecho, es una de las personas en las que confío plenamente.
—Irá un circulo bastante pequeño, y será por la tarde, puedes ir con tu noviecito—me repasa de arriba abajo y busco la mirada de Breeana, pero ella ya ha sacado un libro y lo lee con un par de audífonos en los oídos— Billy, claro, si es que no han terminado todavía.
—Estamos muy bien— aparto la mirada.
A decir verdad, considero a Paul como un amigo con el que tuve quizá una pizca de química, sin embargo, no le pondría los ojos a nadie más sabiendo que estoy con Billy. Y no por el hecho de que seré más que juzgada, sino porque le quiero, de verdad.
—Lo digo porque casi no subes nada con él en las redes, créeme no te sentaría mal un cambio.
—Oye Paul—lo llama Breeana y él la mira con fastidio—. Me dijeron que estás yendo al gimnasio, ¿es eso cierto?
Captura su atención, logrando que se centre en ella y yo respiro.
—Claro ¿por? —comenta airoso.
—Ah, porque te veo más... —la castaña tuerce la boca hacía un lado—sí, más delgado. Has perdido bastante peso, felicitaciones.
—¿Qué? Creo que necesitas otras gafas.
—Creo que necesitas comer mejor. ¿No era que andabas en definición?
—Me tengo que ir, olvide que me falta hacer una tarea—corta el tema y ella sonríe victoriosa.
—¿Qué fue eso?
—Humillación en conversaciones de gymrats.
—No me mires así—replico extrayendo los ojos castaños que destellan molestia.
—Ya sabes lo que opino de ese "amigo" tuyo— se cruza de brazos— un día de estos terminaré siendo toda una zorra.
—Lo sé—alzo ambas manos.
—¿Estás bien?
—Si—cierro el cuaderno— ¿por?
—Por el innombrable— se acerca más para murmurar—Wallace.
—Si— me pongo el cabello ondulado claro tras los hombros—pasado pisado.
Ella me mira examinándome, pero agradezco que termine asintiendo.
«Pasado pisado, Adelin».
🐼💜🐼💜
—Creo que lloraré—digo y Leo niega—. ¿De verdad te irás cuando más te necesito? Odio esto.
—Si pudiera atravesar la pantalla y abrazarte créeme que lo haría.
—¿Y si vienes mañana a mi casa?
—Mamá ha dicho que no, debemos viajar a La Boca cuanto antes— comenta a través de su laptop— extrañaré a los lindos de Phoenix.
Rio un poco con él intentando no entristecerme. Leonardo vivió un gran tiempo en España, aún así su familia esta en Argentina, así que debe viajar y yo ya no sé quién más me aguantará el drama.