>>¿Astaroth?<<
En ese momento Atenea recordó lo que semanas atrás había escuchado, el nombre de aquel chico era idéntico al del joven delante suyo con cara de pocos amigos.
— ¿Eres ciega o sorda? — dijo mientras mostraba una sonrisa ladina, lo cual enojo a Atenea.
Esa apariencia hermosa y esa sonrisa, serian la flecha que da justo en el centro de los corazones de cualquier chica o chico, pero esa actitud tan engreída y cínica que el joven se cargaba mataba todo el encanto.
Atenea se mantuvo callada mientras lo fulminaba con la mirada, su primer día fuera de casa, del bosque, del área, en una escuela y se encontraba a alguien tan desagradable.
— Idiota — articulo con sequedad y sin alguna expresión en su pequeño rostro.
— entonces, ¿me las darás o no? —
La chica estiro la mano con las hojas que no le correspondían y se las entrego sin decir nada, mientras mantenía esa mirada clavada en el joven.
— Por tu culpa ya voy tarde a clase.
— !¿Mi culpa?!....tu! — calló en cuanto se dio cuenta que fue ignorada por el contrario, el cual se puso de pie y se quejo con un "Aishh" para después retomar su curso.
Mientras tanto Atenea se puso de pie y empezó a caminar con las hojas desordenadas.
Al cabo de unos minutos llego a su aula, tocando la puerta con duda y esperando a que la docente le atendiera.
La mayor camino a la puerta y le abrió, mirándola con desagrado.
— ¿Que se le ofrece señorita? — cuestionó con falsa amabilidad.
— Hola, soy Atenea Han y hoy es mi primer día en el instituto....al parecer esta es el aula en la que me asignaron — habló con propiedad y nerviosismo.
La mujer solo le miró seria y frunció el ceño, saliendo por completo del salón y cerrando la puerta detrás de si.
— muéstreme su hoja de asignación, por favor — habló amable y extendió la mano en espera de que la joven le entregara lo que ella solicitaba.
Atenea comenzó a rebuscar entre sus hojas desordenadas, dando una imagen nada favorable para ser su primer día.
— Aquí esta — dijo victoriosa acompañada de una sonrisa nerviosa — esta un poco...
— Maltratada — completó la mayor y Atenea asintió con vergüenza.
La mujer tomó la hoja un tanto arrugada y leyó lo que había en esta, asintiendo con la cabeza dando la razón a lo que la contraria había dicho.
— Bienvenida al instituto Hileyan's, señorita Han.
— ¿Me podría decir Atenea? — dudó — por favor — terminó casi en un susurro y entre cerró los ojos un poco.
— Bueno señorita Atenea — hizo énfasis en el nombre de la susodicha — le informo que ha llegado 20 minutos tarde a mi clase, por lo tanto tiene un retardo — sonrió ladina y abrió la puerta, concediéndole el paso a la menor.
Atenea entro a pasos lentos y con la cabeza gacha, levantó la mirada levemente y observo a todos los chicos delante suyo, era la primera vez viendo a varias personas de su misma edad o más bien a personas reales fuera de la pantalla de su sala.
La maestra se colocó enfrente y se aclaro la garganta haciendo que todos los presentes le prestaran atención.
— Clase, el día de hoy tenemos a otra alumna nueva — todos miraron obviamente a la chica — Así que espero que le reciban bien y le ayuden en lo que necesite.
Se acerco a la menor y le susurro al oído " preséntate Atenea ", la mencionada respiro profundo y se acerco mas al escritorio de la profesora, su labio inferior le temblaba y sentía que moriría ahí mismo.
— Hola — saludo en voz baja —Soy Atenea Han, es un gusto conocerles.
Termino con una pequeña sonrisa nerviosa y los demás le saludaron al unisono como niños pequeños con un "Hola Atenea Han, espero nos llevemos bien ", lo cual hizo reír a la joven, dando a conocer aquella hermosa sonrisa que pocas veces se veía.
— Muy bien, tomé asiento aún lado de la señorita Ivanov — pidió amable y dio la vuelta volviendo al pizarrón para continuar con lo que estaba explicando antes de ser interrumpida por la menor.
Mientras tanto Atenea se quedó confusa.
>> ¿Se supone que yo sepa quien es la Señorita Ivanov? <<
Se cuestionó mientras miraba a todos los presentes en busca de atinarle a la chica.
Una mano insistente se asomo de entre los chicos, ganándose la atención de la joven, la cual la miró y supuso que ella era la Señorita Ivanov, así que camino entre los pupitres y llego a donde se encontraba la otra chica, sonriéndole con amabilidad y pronunciando un casi inaudible "Hola".
— Un gusto Atenea, soy Asher Ivanov — extendió la mano en espera de que la contraria le correspondiera el saludo.
— Un gusto Asher — correspondió el saludo y tomó asiento en la silla, colocando su mochila sobre el pupitre y observando hacia el pizarrón. Se mantuvo callada desde el momento en el que su vista se fijo en lo escrito por la profesora, pasándose así mas de un hora sin pronunciar palabra alguna.
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Editado: 02.06.2022