HARRIET
Estaba sobre un pequeña camilla blanca separada del resto dl mundo por dos cortinas azules, muy de ese azul hospital que todos conocemos. ¿Será que creen en eso sobre como el color azul te relaja? Es probable.
—Y toma esto para el dolor —me dice la Doctora que sonríe formando arrugas bajo sus ojos. Lleva una camisa de unicornios y unos pantalones rosados.
Mi estómago gruñe pero no lo suficiente alto para que los demás lo escuchen. Recuerdo la tara de manzana que Albert me ofreció y que sí, sabía bien. Ojala tuviera un poco más de eso ahora mismo.
La mujer sale y me deja a solas con mis padres, mi hermano y los Moore. Mamá acaricia mi cabello y suspira, todos se alteraron cuando me vieron y a pesar que sí, Fletcher me lastimó la nariz y me lastimó el labio, ya no siento tanto dolor y no es tan grave.
Aunque tengo el labio superior algo hinchado y la nariz no me la puedo tocar sin sentir un dolor soportable, pero doloroso igual.
— ¿Ahora si nos dirás que pasó? —pregunta papá.
Por costumbre, iba a juntar los labios pero rápidamente me arrepiento. —Solo estábamos jugando y fue un accidente.
Brad niega. — ¿Qué estaban jugando? ¿Por qué terminaste golpeada?
Tomas toma mi brazo. — ¿Qué pasó?
Sonrío para calmar a todos. —De verdad, fue un accidente —no quiero decir que Elthon y Fletcher se estaban peleando—, solo estábamos haciendo cosas sin importancia y esto pasó. Fue un error.
—Fue Fletcher, ¿Verdad? —pregunta Stella—, Elthon no es brusco en absoluto. Fletcher es tan descuidado a veces.
—Fue un accidente —repito—, está bien.
Tomas resopla. —No está bien, Harriet. Tú y yo jugábamos de luchas y jamás te saqué sangre, no sé qué estaban haciendo pero Fletcher tiene que controlarse.
Mi hermano está enojado con Fletcher y no lo culpo. Sé que si Tomas hubiera golpeado a Mia, aunque sea por error, se hubieran comportado igual.
—Ana, Jason —habla el señor Moore a mis padres—, les pido perdón en nombre de mis hijos. No volverá a pasar, tienen que respetar a Harriet y a Tomas.
Mamá me mira —Sé que fue un accidente, los chicos quieren mucho a Harriet. No le harían daño solo porque sí.
Stella suspira. —Lo siento, Harriet —me mira con cara triste—, me alegra que no fue nada grave.
Me toco la cara y asiento. —A mi también.
Me regresé con mis padres del hospital y Tomas con los Moore pues dejó el auto en su casa, tiene que ir por él. Veo que Fletcher, Elthon y Mia me han estado llamando pero no les he contestado no porque no quería sino porque apagué el teléfono en el hospital.
Le envío un mensaje a Mia:
“Estoy bien, no te preocupes”
Luego a Elthon:
“Estoy bien”
Y sé que debería contestarle a Fletcher pero hoy he estado confundida. Me gusta Fletcher, sé que estoy enamorada de él pero, no sé. Digo, este lado de Fletcher no me gusta, ese lado grosero y eso. Sé que no soy una santa pero, siento que Elthon no merecía todo eso que le dijo.
Aunque yo también le he dicho cosas feas a Elthon.
Comencé a escribir mi respuesta para Fletcher cuando recuerdo algo, la razón por la que comenzaron a pelear fue porque Fletcher estaba mintiendo sobre por qué no llegó al baile.
Dejo de escribir. ¿Acaso Fletcher me mintió?
Dejo a Fletcher en visto y apago el teléfono de nuevo.
— ¿No iras a la escuela? —me pregunta Tomas.
Niego. —Mamá dijo que está bien si me quedo un día.
Asiente con una expresión preocupada, está parado en la puerta de mi habitación y luego se acerca para sentarse al borde de mi cama. —Oye Harriet —mira hacia la ventana—, ¿Qué pasó realmente?
Tomo aire. —Elthon y Fletcher estaban peleando y luego, parecía que se iban a golpear y yo quise evitar la pelea pero Fletcher levantó el puño y me golpeó.
Asiente. — ¿Por qué estaban peleando? ¿No sientes que últimamente pelean más que nunca?
Asiento y me dejo caer sobre las almohadas. —Estaban discutiendo lo de siempre, que Elthon se mete en la vida de Fletcher y que Fletcher es esto y aquello.
—Estoy enojado con ambos —confiesa viéndome—, al final del día, tu eres mi hermana —aclara su garganta—, sé que no somos hermanos realmente pero…
Me reincorporo. —Oye, si somos hermanos —mis cejas se juntan—. No digas esas cosas, eres mi hermano y nada más. Nunca me ha importado que seas adoptado, ni que Jana sea adoptada —le digo—. Son mis hermanos.
Tomas asiente. —Te protegeré siempre, Harriet. A ti y a Jana, son mis hermanas y nadie les hará daño.
Sonrío. —Gracias, tonto.
Él me despeina con un movimiento y ruedo los ojos. —Nos vemos, boba —dice sonriendo y sacudiendo la mano para despedirse.
Asiento y veo a Tomas alejarse.
No pensaba que iba a ser tan aburrido quedarme en casa sola. Después de una hora ya no tengo nada que hacer. Ya comí, me bañé y me vestí. Veo mi teléfono pero no hay nada interesante ahí.
El tonto de Fletcher debe estar ocupado de escuela así que no va a contestarme, además, estoy ahora sí molesta y no por el golpe. Por mentirme sobre el baile y por qué no llego.
Suspiro y pienso que más hacer para no quedarme sola en casa. No tengo idea, todos están en la escuela.
Todos excepto una persona.
Tomo mi teléfono de nuevo y marco su número, espero que está libre y suena hasta el cuarto timbre cuando escucho su voz.
— ¿Harriet? ¿Está todo bien?
—Sí —le digo—, Oye, ¿Estas ocupado ahora? ¿Qué harás?
Elthon no responde por tres segundos. —Estoy alistándome para ir al trabajo, ¿Por qué? ¿Dónde estás? ¿Necesitas algo?
—Estoy bien —me toco la punta de la nariz—, ¿Te puedo acompañar? No tengo nada que hacer, no fui a la escuela por lo de ayer, por favor estoy muy aburrida y falta mucho para que Tomas regrese.