Los Ojos Del Mal

Quincey

Después del día de funeral todo se fue calmando gradualmente. Tommy se estaba acostumbrando a dormir conmigo,  le daba miedo dormir solo.

Los últimos días habían sido algo difíciles. Costaba calmar a Tommy, al inicio los primeros días estaba tranquilo, pero ahora él era más consciente de la situación a pesar de estar tan pequeño.

Lloraba por mamá y papá, me decía que los extrañaba. Yo que podía hacer, me sentía igual. pero como Jason me lo había dicho, ahora debíamos vivir. Nadie dijo que sería fácil, pero es lo único que podíamos hacer. Luchar por lo poco que nos quedaba y honrar la muerte de nuestros padres.

El refugio se había convertido en un lugar de escape para mi. En pocos días Rosmery y yo nos habíamos hecho amigas cercanas. Quizás debido a que ella nunca había tenido con quien charlar temas de chicas. Yo tampoco , escuchaba a mis amigas hacerlo, pero yo nunca tenía experiencias para agregar, aún así me divertía con ellas.

Omitimos hablar de nuestros padres o de las situaciones que habían acontecido. Ninguna hablaba de esos temas y si veíamos que se asomaban ligeramente en la charla, alguna tomaba el mando y lo desaparecía de inmediato.

Charlábamos de temas triviales, como si nos atraía algún niño, pero en mi caso eso era nulo, en cambio Rosmery tenía una lista larga de anécdotas graciosas, relacionadas con los niños. Puesto  que era muy bella con su melena estilo ricitos de oro y sus ojos verdes, parecía una muñeca de porcelana.

Mi hermano también se había encariñado mucho con los mellizos, jugaban casi todo el día y solo paraban para comer.

Nos apoyamos entre nosotros, ambos entendíamos nuestra propia batalla interior. Nos servimos de soporte, yo la consolaba y ella a mí. Cuando recuerdos fugaces entraban sin previo aviso, e invadían nuestra sosegada mente. Cuando nuestro rostro se encontraba humedecido , entre sollozos en medio de la noche. Rosmery me sacaba sonrisas con sus ocurrencias y su peculiar personalidad, lograba hacerme reír incluso si estaba llorando, no sé cómo lo hace pero es su don.

Ella entendía que no deseaba más miradas de lástima a mi alrededor y yo entendía que ella tampoco. Por eso nunca hablamos de nuestros padres, hacerlo haría que de manera indirecta se desataran esas miradas insoportables.

Durante dos largas semanas nos conocimos más y más, nos encariñamos más la una con la otra. Pero como sucede en esta vida, todo se acaba.

Rosmery me había comentado el terror que le producía quedarse sola. Separarse de sus hermanos era algo que la hacía llorar. La entendía después de la situación que habíamos pasado, yo me sentía igual con Tommy, desarrollamos un apego muy fuerte a la única familia que nos quedaba.

Rosmery entró llorando a mi habitación y yo me sorprendí muchísimo, casi no lograba entender lo que me decía.

—Kai me dejarán sola— me dijo llorando mientras recorrían dos largos canales de lágrimas por sus mejillas— No dejes que lo hagan, ayúdame a que no me los quiten—.

—¿De qué hablas? —No lograba entender aún, pero me levanté rápido de mi cama y la abrace.

—Mis hermanos se los llevan— me respondió Rosmery con sus ojos ya cansados de tantos llorar— dime ¿Qué puedo hacer?—.

—¿Quién se los lleva? ¿Quién se atreve a hacerles esto?— dije en tono prepotente y decidida a hacer algo por ayudarla, debía haber una manera. Salí de la habitación de la mano de Ros que aún secaba sin efecto alguno su rostro y respiraba de manera entrecortada.

—¿Qué está pasando? —dije en un tono molesto mirando a Jason. Estaba consolando a los mellizos.

—Kaila no empeores la situación, no alteres más a los niños —respondió Jason un poco molesto también, al parecer no le había sido fácil intentar sin resultado alguno calmar los nervios de esos dos niños.

—¿Qué dices? Como pueden separarlos, es injusto.

—Sé que lo es —respondió Jason —Pero no entiendes lo que está sucediendo aquí Kaila, deja que los adultos se encarguen ¿Quieres?

—Los adultos no sirven para nada —dije en manera de reproche.

—Kaila ven conmigo— Jason se giró ligeramente indicando el camino hacía la cocina —Ustedes quédense aquí, que necesitamos hablar también—agregó Jason mientras miraba a los tres hermanos —.

Como él lo indicó fuimos a la cocina.

—Kaila debes entender... La situación está fuera de nuestras manos y también de la tuyas —mencionó Jason de una manera firme, pero suave al mismo tiempo— Sé que es triste y creeme que si pudiera encontrar alguna solución, lo haría sin pensar. Pero por ahora esta es la única salida. Debes entenderlo.

—No lo quiero entender, no puedo entender cómo separar a Ros de su única familia, es una salida.

—Kaila los padres de Rosmery no dejaron un testamento como los tuyos, sus familiares se están peleando sus acciones y todo lo que a ellos pertenecía. No hay papel alguno que respalde a sus hijos ¿entiendes?— Jason miró hacía arriba como si esperaba que llegaran a él las palabras indicadas y después de un instante retomo — Kaila hay una persona dispuesta a cuidar de Rosmery, pero no de sus hermanos, así que ellos serán dados en adopción y no hay nada que podamos hacer para cambiar la situación.

—¿Quieres decir que los separan así sin más?

—Kaila entiende, no puedo hacer nada.

—Pero no es justo que les hagan eso —dije muy indignada.

—No lo es, lo sé pero no podemos cambiarlo ¿Entiendes ahora?

Asentí con decepción.

—Bueno, entonces ahora ve a buscar a tu amiga y despídete antes de que llegue por ella.

—Está bien— dije cabizbaja. No quería salir de la habitación y mirar a Ros sin poder darle una respuesta a su situación.

Al salir de la cocina los tres hermanos ya estaban más tranquilos, pero la mirada de Ros me invadió y ni siquiera logré mantenerla.

—Kaila—dijo con un poco de melancolía asomándose por sus labios, temblaban ligeramente para contener las lágrimas. No me dio tiempo de responder, solamente se me tiró encima y me abrazó con fuerza, yo correspondí su abrazo y la deje llorar un poco.




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