Los Ojos Del Mal

Obsequio

Tuvimos una reunión de equipo, incluyendo a Ethan. Nos presentaron a Rosmery y nos explicaron el caso que ahora era estaba en nuestras manos. Era el caso de los padres de Allen.

Al acabar me dirigía a mi oficina, para mi sorpresa había una caja negra relativamente pequeña, sobre mi escritorio. Era una caja de regalo. Tenía un lazo plateado que le adornaba, junto con una nota que colgaba de ella. «Para: Kaila, ya tu sabes el remitente». Lo hallaba un poco sospechoso, pero al leer la nota mi mente trajo el nombre de Rosmery. De seguro era un detalle de su parte. Así que con entusiasmo la abrí.

La sorpresa fue bastante grande al ver lo que había dentro, la tiré con fuerza al suelo y mi corazón se aceleró fuertemente.

Dentro de la caja había un pequeño animal muerto, lo pude notar casi de inmediato. No observe que podía ser, ya que la impresión fue grande y mi cuerpo reaccionó antes. Eso no me lo pudo haber obsequiado Rosmery, eso era una broma de mal gusto o una amenaza. Ya con más cuidado me acerque a donde había caído la caja, que ahora se encontraba de cabeza y la levante. Debajo de ella estaba un gorrión, no tenía cabeza, varios insectos entraban y salían de su cuerpo. Me invadió una ligera sensación de escalofríos. A su lado había un brazalete de oro blanco, brillaba ligeramente y se le notaba un tanto desgastado. Lo levanté, me tomo un tiempo reconocerlo. Mi corazón de nuevo latía sin control y sentí miedo nuevamente. Mire a mi alrededor frenéticamente. Salí de la oficina, observe a todos lados esperando notar al responsable. Pero no tuve resultados. Apreté con fuerza el brazalete y mi cuerpo comenzó a temblar, hace mucho no tenía esa sensación.

Cerré la puerta y la asegure para que nadie entrara. Me senté en suelo, oculte mi rostro entre mis rodillas. El brazalete pertenecía a mi madre. Siempre lo usaba, yo tenía uno similar, ella los había comprado a juego. Ese día lo tenía. El día que murió ella lo tenía. En él se podía ver manchas que se notaban incrustadas después de tantos años, estaba casi segura que era sangre. Ahora entendí la nota. Esa caja no la pudo haber dejado nadie más que no fuese el asesino de mis padres. Eso significaba que estaba cerca de mi y muy cerca. Eso explicaba porque me sentía insegura. él me estaba observando.

—Kaila estas ahí —dijo alguien junto con unos pequeños golpes en la puerta. Me levanté rápidamente, tome el animal y el brazalete, lo coloque dentro de la caja nuevamente. La escondí en uno de los cajones de mi escritorio y abrí la puerta, era Ethan.

—¿Estás bien? —preguntó con una expresión de preocupación.

—Si lo estoy, porque lo preguntas. Me encuentro en excelente estado —respondí, intentando parecer normal.

—Pues no lo parece, te vez un poco alterada —indicó Ethan acercándose a mi. Yo me aleje un poco.

—Me encuentro bien, no te preocupes.

—Si tu o dices te creo, no obstante sabes que puedes decirme cualquier cosa que te suceda —replicó Ethan con su expresión de preocupación de nuevo.

—Ya te dije que estoy bien —respondí de manera firme —Que necesitas.

—Esta bien. Necesito el informe de Allen.

—Si, dame un segundo — dije abriendo un cajón del escritorio para sacar los documentos y se los alcance.

—Gracias, Kaila si necesitas algo no olvides decirlo.

—Si Ethan lo sé. Cuando se fue saque la caja de nuevo, quería encontrar algo, lo que sea. Algo que me indicara de donde provenía, pero no encontré nada mas que la nota.

Me sentía nerviosa, ese hombre estaba cerca de mi. Tome mis cosas y decidí no quedarme más en la oficina.

Tome los documentos, inclusive la caja y otras cosas que me pertenecían, ya que daba la hora de salida. No hable con nadie más fui directo al auto. Me quede con el brazalete y también con la nota. El resto lo tire a la basura. Tomé mi teléfono y llame a Jason.

—¿Cómo se encuentra Tomas? —pregunte.

—Esta bien, todo salió bien. Solo debe tomar unos medicamentos durante un tiempo.

—Sus recuerdos, pasó algo con eso.

—No, todo está igual —mencionó Jason con decepción—. Aún no logra sacarlos. Creo que lo mejor es que permanezca así.

—Algún día lo recordará y debemos estar preparados para eso —respondí suspirando.

—Así es, por cierto ¿A qué horas vuelves a casa?

—Hoy no voy a volver —repliqué.

—Me prometiste que no te quedarías horas extra —exclamó con enojo.

—Lo sé, no me quedaré horas extra. Hoy los compañeros querían ir de copas para despejarnos un poco y me quedaré con una compañera.

—Eso está bien, ve y relájate un poco que lo necesitas —concluyó Jason y colgó la llamada.

Le mentía Jason, en realidad decidí ver la información que me había entregado Elizabeth. Esos eran los documentos reales del asesinato de mis padres y otros casos similares. Hacía un tiempo que estaba recolectando información. Lo tenía oculto, en mi apartamento. En ese lugar podía realizar mis investigaciones y estaba oculto de los demás. Era un cuarto pequeño, simple y alejado del centro de investigación. Me escapaba de vez en cuando allí.

Había intentado antes conseguir esa información, pero no lo había logrado. Estaba dentro del equipo; sin embargo había archivos que tenían el acceso restringido y solo agentes de ciertos rangos podían acceder, como Elizabeth.

Había estudiado mucho sobre casos similares, intente recabar información y buscar responsables. Quería hallar información sobre quienes encubrieron el caso y el motivo. Cuando lo intentaba me tiraban de un lado a otro y no me otorgaban respuestas. Ni siquiera pude saber quien era el oficial a cargo.

Solo contaba con algunos nombres y supuestos. Estaba formulando mis especulaciones y mi perfil. El asesino venía estudiando a mi familia hacía mucho, lo supe por su forma de actuar y podía estar segura que debían estar involucrados en alguna estafa y se había encubierto el caso para que esta no saliera a la luz.




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