Los Ojos Del Mal

Impacto

Demian me llevó junto con él a una pequeña sala. Sacó unas vendas, algodón y unas cuantas botellas.

—Siéntate ahí —dijo señalando una pequeña cama que había dentro de la habitación.

Hice caso a su instrucción y me senté en la cama. Demian se encontraba de espaldas mientras abría las botellas y preparaba el medicamento para aplicarlo. Un sentimiento extraño me recorrió, no sabía si eran nervios o temor. Solo sé que me hacía sentir extraña al estar a solas con él.

—Levanta la cabeza —dijo acercándose a mí con un algodón empapado en medicamento.

—Aún considero que no es necesario —dije en tono serio.

—Deja de insistir y por una vez hazme caso —respondió Demian mientras levantaba mi barbilla por la fuerza. Me retraje un poco ya que el medicamento me hacía arder. Demián se detuvo un momento y sonrió ligeramente.

—Deja de burlarte y termina pronto —dije de manera apática.

—No me burle de tí, es solo que es divertido ver como te retraes por algo así —dijo mirándome y tomó un nuevo trozo de algodón—. Para trabajar en el área que lo haces y con la actitud que tienes, pensé que eras inmune al dolor.

—No seas ridículo y termina de una vez —dije de manera cortante.

Demian retiró el algodón y tomó las vendas, las colocó con cuidado alrededor de mi cuello. Sus manos eran cálidas y logré sentir su roce en mi piel, mi pulso se aceleró un poco, Demian estaba muy cerca y logró sentirlo.

—Te pongo nerviosa —dijo en tono sarcástico.

—Claro que no —respondí intentando disimular. Demian posó su mano en mi mejilla y la elevó ligeramente, ambos estábamos frente al otro y casi podíamos sentir nuestra respiración.

—Kaila, tu... —De repente interrumpió lo que estaba a punto de decir. No me moví ni un centímetro, no podía hacerlo, pero Demian retiró su mano y rápidamente recuperó la compostura. Moví mi rostro también y fingí que nada había sucedido.

—Gracias —dije desviando mi mirada. Note en la ojos de Demian un rastro de nostalgia y el como casi de inmediato corrió su mirada para evitarme también.

—Eso es todo, solo cambia las vendas mañana y te aplicas el medicamento —dijo poniendo una de las pequeñas botellas en mi mano—. Por ahora Tomas está dormido, vuelve con Jason. Sin más salió del cuarto y me dejó allí con una botella fría en las manos y el pulso acelerado.

Al llegar a la habitación encontré a Tomas aún dormido. Demian se encontraba hablando con Jason, ambos tenían una expresión de preocupación en el rostro.

—¿Qué sucedió? —pregunté al ver su expresión.

—Podemos ir afuera —respondió Demian.

—No quiero dejar a Tomas solo —respondí preocupada.

—No te preocupes ahora está bien, no despertará sino después de unas horas —dijo Demian llevándome a la puerta.

—Esta bien —dije siguiéndole el paso

—Creo tener la respuesta a lo que pasó con tu hermano —dijo Demian mirándome fijamente —Le fueron suministrados los medicamentos incorrectos.

—Espera, quieres decir que una de sus enfermeras simplemente se equivocó en los medicamentos —respondí molesta.

—No, ese no es el problema.

—Quieres explicarte, no logro entenderlo —dije en tono exasperado.

—Escucha, tienes enemigos ¿Cierto? —preguntó Demian. Jason en ese momento me miró preocupado yo simplemente desvié mi mirada.

—Podría decirse que no le agrado a alguien —respondí.

—Sospecho que se relaciona precisamente con eso —dijo Demian— El hecho de que Tomas se alterará de ese modo no es normal a excepción de que de algún modo haya sido impulsado.

—Quiero ver las grabaciones del hospital, quiero saber quien demonios entró a este hospital para hacerle daño a mi hermano —el enojo se apoderó de mí casi de inmediato. Jason me tomó de los hombros y me zarandeó un poco.

—Kaila no entiendes lo que acaba de suceder —dijo Jason con su tono de voz elevado—. Es sobre ti, tu eres quien corre peligro y solo te preocupas por otros ¿No puedes solo una vez preocuparte por ti misma?

—Kaila tiene razón —agregó Demian—. No es a Tomas a quien buscan hacerle daño.

—Bueno no importa a quien quieran lastimar, lo importante es encontrar al responsable.

—Si lo haces debo informar lo que acaba de suceder y no garantizo que tu hermano logre mantener su tranquilidad.

—No, no informes nada de lo que sucedió —dije exaltada.

—Aunque hay algo que no logro entender del todo —dijo Demian mirando a una esquina superior de la habitación.

—¿Qué quieres decir?

—Las cámaras, cada habitación tiene una cámara con un plano completo y cada departamento tiene a alguien encargado de verificar irregularidades, pero la de esta habitación no está funcionando.

—¿Cómo sabes que no está funcionando? Porque nadie alertó sobre la situación.

—No, la luz —dijo Demian señalando el lugar exacto donde se encontraba la cámara de vigilancia—. Si miras las cámaras de afuera de la habitación, parpadea una luz verde que indica que está encendida. La de esta habitación no, se encuentra apagada.

—No lo había notado, pero tienes razón —respondí —Si dices que la causa son los medicamentos, debe haber alguna grabación en otra área del hospital que no sea parte del personal.

—Eso es muy posible, pero es imposible averiguarlo.

—Tú puedes hacerlo, eres parte del cuerpo médico.

—No, acaso sabes cuantas grabaciones son, aparte de eso sin justificación, no tiene sentido que quiera ver las grabaciones.

—Lo mejor por hoy es que volvamos a Casa Kaila —dijo Jason —. Tomas esta bien y se nos informará de cualquier irregularidad ¿Cierto?

—Así es, tiene razón Jason vuelvan a casa y si sucede algo serán notificados de inmediato.

Tomas no mostró ningún cambio desde esa noche, durante una semana estuvo totalmente tranquilo. No recibí ninguna notificación por parte del hospital y al encontrarnos de nuevo me percaté de que él no recordaba nada y actuaba como siempre. Me encargué de que nadie le dijera nada y lo dejé pasar, hasta que un poco después de haber llegado al trabajo recibí una llamada del doctor Derick.




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