Amor incinerado

Le canto a las montañas...

En algún punto lejano

me escuchas, sonríes.

Ambos nos encontramos

en el limbo, buscándonos

en la línea del destino.

Una lágrima de dolor se

asomará en las ventanas

de nuestras miradas, se acercarán

a nosotros dos y nos dirán:

Mil galaxias separaron una

luna de la otra, mil soles

incineraron un amor

vibrante repleto en vida,

mil supernovas estallaron

llevándose en sus agujeros

negros los rastros de un

amor que se forjó con la

fuerza de dos almas vueltas lunas.

Inrremediable dolor,

sólo tiene salida si tú vuelves

en esta vida, no dejes

que me extinga otra vez.

No permitas un corte

más con las tijeras del

destino, no me hundas

en la muerte de tu

ausencia. No, ya no.

Ya han masacrado cruelmente

mi corazón, y sigo a pesar

del dolor sin poder ver

aunque sea una vez tu presencia.

—Para mi maldito espejismo.