Los Que No Existen

CAPITULO 1: PETICION

Derg bajo los escalones del panteón y se dirigió al pueblo, estaba cansado de su trabajo. Le gustaba lo que hacía, pero era demasiada responsabilidad y los Antiguos lo citaban varias veces al mes para darle nuevas tareas.

¿Qué hacían ellos de todas formas? Se supone que estaban para proteger al reino si llegaba a haber una amenaza para él; pero eso sería casi imposible, estaban bien protegidos, incluso la tierra se defendería ante intrusos si llegara a ocurrir.

Suspiro con cansancio y siguió caminando adentrándose en el bosque, el panteón estaba metido en una cueva en lo alto de una montaña, a los Antiguos no les gustaba salir y preferían estar apartados de los demás.

Sin darse vuelta, sintió que lo estaban siguiendo, inmediatamente supo quién era, sabía que no lo iba a dejar en paz hasta que le pusiera cuidado, el chico era insistente. Sonrió y decidió que lo ignoraría hasta que el otro se exasperara, no era conocido por su paciencia precisamente.

No pasaron ni cinco minutos antes de que al fin dejara de esconderse y comenzara a caminar a su lado.

- Buen sol, Derg

- Buen sol, Rhies. Estas muy cerca de los Antiguos, sabes que no les gusta.

- No lo sabrían- su voz alegre y despreocupada

- No estés tan seguro, alguien podría haber visto que ibas hacia la montaña. Avisarían a Saber Illiem.

- Fui cuidadoso - pareció nervioso mientras miraba alrededor

- Jumm…tú no eres especialmente conocido por ello

- Lo fui-Rhies lo miro decididamente- cambiando de tema…te estaba buscando.

- ¿Por qué será que no me sorprende? Creo que puedo adivinar que me quieres decir

- Entonces ya has pensado en mi petición - Derg casi estaba esperando que el diera un salto de alegría, pero pareció conformarse dando una palmada.

- Suponiendo que estamos hablando de lo mismo, - le dio una sonrisa- ya recreé esta conversación en mi cabeza, y si, tomé una decisión.

- Siempre estás un paso adelante- se mordió el labio nervioso- entonces, ¿me dejaras ir a la excursión de Thogs?

- ¿Que? ¿era eso lo que me ibas a pedir? – Derg lo miro con incredulidad y Rhies parecía aturdido- creo que sabes que la respuesta a eso es no

- Pero...umm…

Derg se echó a reír, le gustaba molestar al mayor joven, lo consideraba un hermano menor. Lo seguía a todas partes y lo miraba como si el supiera todo, lo admiraba; a él le hacía feliz Rhies, tenía una personalidad refrescante, comparado con todos los demás con los que tenía que tratar.

- Calma, era una broma- le sonrió mientras el otro suspiraba aliviado- te llevare a la excursión si tus padres dan su permiso y por supuesto si sigues mis reglas.

- ¡Si! Ya lo hablé con ellos, me dejaran ir si tú los tranquilizas respecto a los peligros- parecía que la sonrisa no cabía en su cara- seguiré todas tus reglas, lo prometo

- No te he dicho cuáles son, pero está bien. - soltó un profundo suspiro- Solo nunca te separes del grupo y nunca te acerques a un humano, nuestro contacto con ellos será solo lo estrictamente necesario. nunca te dejare solo con uno de ellos, y si por alguna razón te pierdes, escóndete en un lugar cercano de donde nos separamos. No confíes en un humano, nunca. ¿entendido?

- Entendido- pareció asustado.

- Bien, vamos a hablar con tus padres- le sonrió y le palmeo la espalda mientras llegaban al pueblo.

El tal vez a un no lo sabía, pero sería su sucesor si le llegaba a ocurrir algo. No tenía hijos y no pensaba tenerlos en un futuro cercano, tenía que hacer planes.

Los presagios no eran buenos.

***

- No lo sé, Protector. Nos preocupa que ocurra algo, no queremos que nuestro único y querido hijo este cerca de esas criaturas- Hakre lo miro fijamente un momento antes de volver a hablar- sabemos que no ha ocurrido nada antes pero siempre son los mayores quienes conforman el grupo. Rhies apenas ha cumplido la edad, no creo que este preparado.

- Rhies es más listo que la mayoría de los de su edad aquí, incluso me atrevería a decir que de algunos mayores; yo he estado muy pendiente de su formación y sé que es apto para acompañarnos. Entiendo que se preocupe, pero le diré que velare por la seguridad de su hijo, yo me comprometo a traerlo sano y salvo a casa de nuevo, lo juro por la vida.

Rhies se encontraba escuchando a través de la puerta en la que se encontraban sus padres y Derg, el protector del reino. Realmente quería ir a la excursión, si lo hacía bien se ganaría la admiración de su pueblo, y sobre todo quería que sus padres y Derg se sintieran orgullosos; él no tenía muchos amigos, por no decir que ninguno, a los Vivos no les gustaba la gente curiosa, y curioso describía perfectamente a Rhies.

Realmente no le importaba que a los demás no le agradara, pero la opinión de Derg y sus padres era diferente, no quería que se sintieran avergonzados de él, sino todo lo contrario.

- Confiamos en usted, Protector. Sabemos que velará por nuestro hijo, y el estará muy contento de que usted crea en el – Maisk sonrió y miro hacia la puerta un momento, luego hacia su Amor- queremos que Rhies sea feliz y ha planeado ese viaje desde que aprendió a hablar, los despediremos en dos días.



#20641 en Fantasía
#4382 en Magia

En el texto hay: romance, aventura, magia

Editado: 28.03.2018

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.