Sinopsis
¿Cambiarías la paz del cielo por amor? ¿tendrías el valor de arriesgarte al fuego eterno, tan solo por ser corpórea y tocar su piel?
Mi nombre es Reudh soy un ángel, tengo más de 2000 años, fui enviada a la tierra junto con muchos ángeles más, todos con un designio, una misión, cumplir con un objetivo, vigilar a la raza humana, enseñarles a sobrevivir, y mantener nuestra distancia.
Pero no, tuvimos que enamorarnos y pagar el precio por eso.
Mis alas están en riesgo, tengo que tomar una decisión, la cual me llevaría al castigo del infierno.
Me enamore de Brannagh un Vikingo con muchos secretos, tengo que elegir, dejarlo morir o perder mis alas y sentir el fuego.
¿Que harías tú?
LOS QUE NOS QUEDAMOS
Capítulo 1
Mi nombre es Amir, al menos por el momento, soy humana o lo más parecido que pudieron lograr. Pero no siempre fui así, tengo más de 4000 años, aunque siempre aparento tener 25, no envejezco, si puedo enfermarme, pero no muero...
Todo comenzó hace miles de años atrás, muchos más de los que yo tengo. Vivíamos en paz en un plano muy diferente al mundo terrestre. Algunos ni sabíamos que existía este " mundo", nuestra rutina se basaba en disfrutar del sol, las nubes y de nuestras alas. No necesitábamos comer, nuestra energía proviene de la naturaleza, del sol, los arboles, arbustos, viento y lluvia. La vida en nuestro reino era hermosa, o al menos eso me parecía a mí. Los dioses se encargaban del mundo de los humanos dejándolos a libre albedrío para que fueran ellos con sus acciones quienes decidieran a donde ir luego de morir. En palabras humanas les puedo decir que fue un experimento, y casi una apuesta.
Ellos fueron creados a imagen y semejanza, pero los dejaron solos para ver si ellos encontraban el modo de evolucionar y algún día poder estar entre nosotros. Pero más allá de nuestro conocimiento, había diferentes disputas, y todo sucedió muy rápido.
Nosotros los ángeles no sabíamos de pecados, envidia, odio, codicia, avaricia, orgullo, ira destrucción, y creo que el que marco la diferencia fue que no sabíamos lo que eran los "pecados carnales" nombre con el cual los conocimos nosotros, "sexo" para los humanos. El humano si los conocía y a la perfección, y disfrutaba de todos ellos, lo que dio lugar a una guerra tanto aquí arriba como abajo.
Los humanos no eran guiados por nadie, no recibían órdenes y dio paso al caos en la tierra. Todos esos pecados convirtieron la tierra en un mundo hostil donde no duraría un siglo en pie si seguían así. Y acá arriba, llegó la envidia, muchos ángeles querían bajar, querían conocer lo que era comer, lo que era el contacto físico que tanto disfrutaban los hombre y mujeres, querían luchar, estaban aburridos de nuestra paz.
Esta guerra en ambos mundos, duro siglos, y los dioses se dieron cuenta que tenían que intervenir de algún modo. Algunos de nosotros fueron expulsados y condenados por retar a Dios, y fueron enviados a la tierra despojados de sus alas, expulsados del cielo, y condenados. Pero eso solo empeoró las cosas. Bajaron con tanto odio y rencor que se encargaron de empeorar la tierra. Si la idea de los Dioses era que ellos aprendieran a vivir en paz para poder ascender, Lucifer se iba a encargar de que eso no pasara jamás, de tantos años observándolos había aprendido todas las maneras de hacer el mal, y se estaba encargando de repartirlas hasta los más inocentes. Él quería gobernar ese mundo a base de caos y destrucción solo por ser expulsado. Y estaba ganando.
No teníamos ningún tipo de comunicación con los humanos, ellos fueron dejados libres de tomar decisiones, pero ya no iban a encontrar el camino, la única manera que se les ocurrió a los dioses para ayudarlos fue elegir cuidadosamente a los más puros de nosotros y mandarnos a la tierra con una misión. No contaminarnos, no interferir, simplemente darles esperanza, mostrar que hay algo más que el sufrimiento y la guerra, podíamos ser visibles y caminar a su lado, pero nuestra misión era enseñarles el camino para llegar a la luz, si la mayoría nos seguía por su propia voluntad, Lucifer comenzaría a perder.
Teníamos que enseñarles a cultivar para no matar, a creer en el bien, a avanzar. Sin involucrarnos con ellos. Y por nada del mundo podíamos pelear. Sus guerras eran sus guerras y no podíamos interferir.
La misión fue dada y solo algunos capacitamos para bajar. Los más puros. Yo fui uno de ellos.
Hace 2000 años…
Bajamos con nuestras Alas, con nuestro glamour, y con nuestra esencia. Humanos que estuvieran a nuestro lado automáticamente podían sentir paz, y no atacarnos. Nosotros no podíamos pelear contra ellos.
Todo aquí abajo era distinto, nos llamaron con miles de nombres diferentes, algunos nos alababan como dioses, otros nos tenían miedo pensando que veníamos por sus almas. Fue muy difícil para nosotros adaptarnos, la paz había quedado muy lejos y este no era nuestro mundo. Pero nosotros si seguíamos órdenes y se nos aclaró al bajar que para eso habíamos sido creados. Todos somos creados por algo.
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Editado: 27.04.2019