Los siete caballeros del espacio

El universo

CAPÍTULO 13

Temblaba; no comprendía qué estaba pasando y ya había llegado el momento de exigir una explicación, por lo que apenas Heze me dejó tocar el suelo, lo miré fijamente a los ojos.

—¿Qué está pasando?

—Yo...

—Y no quiero que me dejen esperando más tiempo —demandé con impaciencia.

—Está bien, comprendo que quieras saber sobre lo que está pasando y justo esta noche te diríamos la verdad —me tomó con delicadeza por los hombros—. Pero, por favor, los otros deben estar por llegar, espera un poco más; lo que te diremos es muy importante para cada uno de nosotros y soy el menos indicado para revelarte nuestro secreto.

Frunciendo el ceño, me di la vuelta y me puse en cuclillas, apretando mi cabeza con ambas manos.

Me estaba empezando a desesperar al ver que los demás no llegaban, era una situación que me hacía pensar en tantas cosas, pero de ninguna forma hallaba respuestas contundentes. Vi venir de la oscuridad de la calle a Dabih, Skat, Alpherg y Zuben.

—¿Qué pasó con Spica y Kaus? —Inquirió Heze antes de que yo pudiera decir una palabra.

—Fueron raptados por los Black Holes —informó Alpherg—. Casi fuimos atrapados, de no ser porque nos alejamos rápido. Kaus congeló el tiempo por unos minutos para que pudiéramos alejarnos del accidente, aunque ya todos sabemos que eso solo funcionó para evitar el escándalo entre los humanos, porque la mayoría de nuestros poderes son inútiles ante los Black Holes.

—¿Y qué esperan? ¡Vamos a rescatarlos! —Replicó Heze, quien fue detenido por Dabih.

—No es así de fácil —lo regañó el mismo que lo detuvo—. Estos Black Holes están liderados por Sagitario A y sus aliados más fuertes —caminó de un lado a otro—. Ton debe estar siendo muy presionado como para mandar a sus soldados más fuertes.

—¿No es obvia la razón? —Señaló Alpherg y todos me miraron de reojo.

—Pero no entiendo por qué se han empeñado aún más con ella, tanto como para que Ton, el Black Hole más poderoso del universo, esté a cargo y haya encomendado a otros muy poderosos a esta tarea; ¿no se supone que llevan años yendo en contra de los lineamientos universales? Entonces, ¿por qué trabajan tan arduamente en acabar con la creación de esta constelación si es igual a las demás? —Inquirió Heze, un poco alterado.

—Es algo que debemos descubrir, pero no podemos permitir que atrapen a Maia o nuestros esfuerzos habrán sido en vano —esa vez habló Skat, quien se mostraba muy serio.

Intenté atraer su atención y al no conseguirlo de forma amable, me vi en la obligación de alzar la voz:

—¡Oigan, será que pueden dejarme hablar!

El silencio se hizo presente y las miradas recayeron sobre mí. Estupefactos por mi comportamiento tan poco común.

—Ya he esperado demasiado para que ustedes me digan esa "verdad" que tanto esconden. Y no puedo seguir en la ignorancia cuando al parecer lo que está pasando me incluye directamente a mí.

Después de unos segundos en silencio, Skat habló:

—Tienes razón. Entremos a la Tienda Mágica, nos ayudará a evitar que nos encuentren fácilmente.

La Tienda Mágica sí era un lugar mágico, pues, debajo de ella había una especie de piedra protectora que impedía que seres malvados rastrearan la energía producida por las estrellas.

Los chicos se sentaron en el suelo, pensativos, algo nerviosos; me llené de intriga: ¿Qué tan importante era aquello que me iban a revelar que los hacía actuar de esa forma?

—¿Quién va a comenzar? —Preguntó Skat.

—Se supone que lo haría Spica o Kaus... Ahora que ellos no están, creo que sería conveniente que comenzara Alpherg —sugirió Zuben.

Alpherg tomó aire y lo dejó salir en un breve soplido.

—Bien —dijo—, para que puedas entender un poco, tendrás que conocer otras cosas primero. Solo te pido que escuches con atención y esperes hasta el final para hablar. ¿Estamos?

Hice una leve afirmación con mi cabeza sin quitar la vista de él.

—Nuestro universo es uno de innumerables que existen, y este fue ordenado bajo leyes establecidas por La Diosa Madre. Los humanos no son el comienzo, antes fueron partículas del espacio, que fueron dotadas de poder y enviadas a este mundo para evolucionar. Los humanos son la fase 2 y aquellos que consiguen mantener la luz con la que fueron creados serán dotados de mayor poder después de la muerte, en donde pasan a la tercera fase, que es donde estamos nosotros ahora: estrellas de una constelación ajena. Sé que quieres comprender qué quiere decir 'ajena', bueno..., es porque los creadores y gobernantes de la constelación no es ninguno de nosotros, sino, de aquellos que están en la fase 4, ellos ya ascendieron y ahora reinan sobre otras estrellas en fase tres escogidas por ellos para su tiempo de preparación para la fase cuatro —me miró con compasión—. En este momento tu mente está siendo saturada con mucha información, debido a que apenas te encuentras en la fase 2. Deberíamos dejar que tu cerebro limitado descanse y pueda procesar todo esto que acabo de darte a conocer. Y no me malinterpretes, lo digo porque todos los humanos están limitados por la fase en la que están ahora.

Alpherg tenía razón, mi cabeza estaba comenzando a doler al intentar procesar lo que me estaba diciendo, sin embargo, supliqué que se me dijera todo a pesar de mis límites, puesto que mi deseo de saber más sobrepasaba aquello.

—Skat, continúa tú.

El otro abrió los ojos en gran manera, no esperaba oír esa solicitud de su compañero. Tragó con fuerza, observando con detenimiento a los demás y por último me observó.

—Maia, nosotros los que estamos en la fase tres se nos da la oportunidad de pasar a la fase cuatro de nuestro progreso eterno, de manera que, podemos crear nuestra propia constelación —tomó aire—. La única forma de crear una constelación es con nuestra "alma gemela" o, mejor dicho, la partícula que posee la misma esencia dada por nuestro poder. Las estrellas en fase tres soplan sobre una partícula espacial dotándola del poder para su fase 2. Nosotros no recordamos el momento en el que damos de nuestra esencia a la partícula, no obstante, somos atraídos por el humano que posea parte de nosotros y es a la única persona a la que amaremos por la eternidad. Por eso venimos a la tierra y al acercarnos a nuestra alma gemela, esta se siente atraída y llega a compartir su período de tiempo terrenal con nosotros, mientras que le ayudamos a mantener su luz y así puedan pasar a la fase 3 —relamió sus labios y cerró sus ojos por un breve momento y al abrirlos, estos se habían cristalizado—. La fase dos puede verse corta en comparación a las que siguen, pero la verdad es que, en el período terrenal, los humanos deben alcanzar mantener su luz y para eso la Diosa Madre les da como máximo siete oportunidades, es decir, si no logran mantener su luz en la primera oportunidad, reencarnan a su siguiente vida y esto hasta que logren mantener la luz; y si no lo logran en sus siete vidas, no podrán seguir ascendiendo y se les quitará la esencia que le dio la vida, siendo después partículas desechadas.



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En el texto hay: dioses, secretos, poderes

Editado: 02.10.2021

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