Love Sonets

Capítulo 19. Disculpas y enfrentamientos.

Carol.

–Hola, vine lo más rápido que pude. ¿Cuál es la emergencia? –preguntó Jhoath, al abrirle la puerta del departamento.

–Lamento haberte llamado tan tarde, no sabía a quién más llamar –me disculpé, invitándola a pasar.

–¿Sucedió algo más? Parece que hubieras llorado.

–La vi, Jhoath, la vi. Es ella, ella está aquí –comencé a balbucear.

–¿Quién?

–Allison… Allison está aquí.

–No puede ser –expresó, conmocionada –. ¿Cómo?

–Es una de las accionistas para la galería, me la encontré frente a frente hoy.

–¿Te reconoció? –preguntó asustada.

–No, no lo hizo.

–Ah, al menos, pero, ¿de verdad estas bien? –negué repetidas veces, apretando fuertemente los parpados, para no llorar.

–Fue como volver al pasado, cada parte de mi cuerpo se estremeció de miedo… ¿Puedes creerlo? Aun le tengo miedo, pero también odio y rencor… Siento tanto, que es insoportable… n-no puedo con esto… n-no puedo… –sollocé, cubriendo mi rostro con las manos.

Sentí a Jhoath abrazarme, sostenerme, me hizo sentir acompañada, por lo que comencé a drenar todo en lágrimas y sollozos. Hace años que no lloraba así, pero necesitaba hacerlo, necesitaba sacarlo todo. Una de sus manos acariciaba con ternura mi cabello, consolándome.

No lo sabía que lo necesitaba, pero fue tan reconfortante saber que no estaba sola. De a poco, dejé de llorar, aun siendo sostenida por Jhoath, quien no aflojó su agarre en ningún momento.

–¿Ya estas más tranquila? –murmuró.

–Sí, lo estoy.

–Bien, eso está bien –se separó de mí, limpiando los restos de lágrimas con sus pulgares, para luego, tomar mi rostro entre sus manos.

» Voy a decirte algo, y quiero que me prestes atención. Sé que ahora estas asustada y en shock, pero debes recordar algo: ya no tienes diecisiete años. Ya no eres la misma chica que fue abusada, maltratada y acosada, eres una mejor versión de ti, una versión que salió adelante, pese a las circunstancias.

» Tienes la suficiente fuerza y seguridad para enfrentarla, no le demuestres temor, demuestra coraje, como sus maltratos no terminaron contigo, al contrario, te hicieron fuerte y sabedora de que no lo merecías, de que nunca lo mereciste –tenía razón, Jhoath tenía razón.

No tengo porque sentirme avergonzada, asustada o herida, ella es la que debe sentirse así. Respire hondo, asintiendo ante sus palabras.

–Gracias por tu consejo.

–De nada, es un placer –aseguró, soltando mi rostro, para estirarse un poco –Ahora, ¿vas a contarme a detalle, que fue lo que pasó? Porque algo me dice que no es todo.

–Tu instinto tiene razón. Me puse a la defensiva, cuando insinuó que el modo en que llevábamos la galería y lo que queríamos hacer con ella no era el correcto, así que le cerré la boca y me gané su odio, de nuevo.

–Eso es, campeona, no dejes que te intimide.

–Sí, creo que a Jin y los demás les gusto mi intervención, casi me alzan el pulgar.

–No me extraña, ha sido un proyecto en el que se han dedicado con pasión, que alguien venga y lo cuestione, los pone de mal humor.

–Uhm, ya veo –murmuré.

–Pasó algo más, ¿verdad?

–Sí, bueno… creo que hice enojar a Yoongi.

–¿Por?

–Puede que le haya dicho que no es de su incumbencia, el porque me puse altanera con ella… –murmuré avergonzad, jugando con un mechón de mi cabello.

–Ah, por supuesto que lo has hecho enojar. Mira, Yoongi no es de los que expresen bien sus sentimientos, porque tiene una cara de póker buenísima, pero tampoco para que jueguen así con él.

–No estoy jugando con él –aclaré de inmediato.

–Lo sé, debes hacer que él lo sepa.

–Planeaba decirle un poco de mí hoy, pero luego de lo que sucedió, no estoy segura…

–Alto, detente por un momento –me pidió, alzando un dedo en mi cara –¿De verdad vas a hacer a un lado todo lo que han avanzado en su relación, por ella? Carol, si haces eso, juro que voy a golpearte, para ver si de ese modo, se acomodan tus ideas.

–¿Estás hablando en serio? –pregunté incrédula.

–¡Por completo! En todo libro e historia, hay un momento donde la protagonista tiene ciertas dudas para dar un paso en concreto con el protagonista, ya sea por presiones o miedo, sea cual sea la razón, ¿sabes que hace la mayoría?

–¿Se aleja? –titubeé.

–¡Exacto! Cometen el error de alejarse por algo incierto, por cuestiones tontas que los hacen perder tiempo de estar juntos.

–Pero eso sólo pasa en los libros.

–No, no sólo en los libros, me pasó a mí –me pareció sorprendente que a ella le pasará algo así, cuando es tan clara con sus sentimientos.

Recordé la escena que protagonizó con el Heredero, lo que Lina me dijo a medias cuando la vi por primera vez. Tal vez su lección no sea tan ficticia, después de todo.




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