26. Desapariciones

Comisaría de Sanford

El sonido de la sirena de la patrulla policial se intensifica a medida que se acerca a la comisaría.

Todo es un caos.familias llorando, gente protestando, y los policías intentando calmar a la multitud.

Varios policías entran a la estación, pero sus semblantes no son nada agradables; se ven tensos y serios.

- Teniente Lorenzini, solicito el informe de la situación - dice con voz autoritaria el comisario mayor.

El equipo de cinco hombres, junto con el teniente Lorenzini, se alinean con expresiones serias y postura firme, en señal de respeto hacia el comisario mayor.

- La situación es grave,han desaparecido veinte chicas de diferentes edades y familias, y no hay rastro de ellas, como si se las hubiera tragado la tierra.

- ¿Algún modus operandi que nos pueda dar una pista sobre el paradero de las chicas? - pregunto pensativo mientras analizo la situación.

- Ninguno. Al hablar con los padres de las víctimas, todos dijeron que la última vez que las vieron fue anoche, antes de dormir. Por la mañana, ninguna apareció, como si se hubieran ido por su propia cuenta.

- ¿Las chicas eran amigas o tenían alguna relación?

- Algunas eran amigas y otras ni siquiera se conocían.

Hay algo que no encaja

Presiento que no soy el único que piensa eso, ya que todos quedan pensativos y en silencio.

Se escuchan golpes fuertes en la puerta, hasta que uno de los policías la abre, dejando ver a varias familias preocupadas, seguramente familiares de las víctimas.

- Por favor, ayúdeme a encontrar a mi hija - suplica una mujer casi arrodillada, entre lágrimas.

- Haremos lo posible, estamos trabajando en ello - respondo de manera formal.

El caos vuelve a apoderarse del lugar debido a los distintos familiares de las víctimas que ingresan a la comisaría rogando a los policías que encuentren a sus seres queridos. Se escuchan llantos y lamentos de madres preocupadas.

Siento que alguien me observa. Observo a mi alrededor, tratando de encontrar esa mirada penetrante, pero no logro encontrar nada, sintiéndome confundido ante la situación.

Me acerco para ayudar a una señora mayor que está tirada en el suelo llorando. Justo cuando estoy por levantarla, se apagan las luces de la comisaría, sumiéndonos a todos en una oscuridad absoluta.

Los llantos, lamentos y súplicas de los familiares se hunden en el silencio y la oscuridad, alertándonos a todos sobre lo que pueda suceder. Hay una sensación de peligro en el ambiente, poniendo a todos en guardia y alerta.

- Hugo, ve a revisar la planta de luz - ordena una voz que reconozco como la del comisario mayor - Mientras tanto, todos los civiles quédense donde están y no salgan de la comisaría. Traten de mantener la calma.

Algunas luces de teléfonos y linternas se encienden, aportando un poco de luminosidad al oscuro ambiente.

Todo sigue en silencio hasta que se escucha un grito no muy lejos, de pronto, la luz vuelve a la normalidad.

Todos observamos hacia donde provino el grito, quedándonos petrificados al ver la escena...