Lycans: Eclipsis

Capitulo 3

Recuerdo que mi primer sueño desquiciado fue a los diez. Yo estaba en casa de Camille, mi mejor amiga en Londres, habíamos visto caricaturas hasta que nos dolieron los ojos y soñé que un unicornio azul brillante, me llevaba volando por las nubes, observando lo que había debajo. Desde aquel entonces tiendo a tener sueños fascinantes, encantados y creativos. La mayoría del tiempo sin distinguirlos de la realidad. Por ello cuando tenía un tipo de sueño extraño, lo consideraba algo normal.

Pero comenzaba a sentirme harta de no poder ver los ojos del hombre que aparecía en la calle. Ese que también había aparecido en la fiesta. O eso era lo que yo pensaba, porque, por dios. Seguramente era un chico común y corriente y yo estaba enloqueciendo por nada.

Un fuerte movimiento me hizo abrir los ojos de golpe. Lo primero que vi fueron unos ojos verde intenso que me hicieron querer gritar.

— ¡Amber! — Grito Mehgan, sus largos cabellos rojos cayendo como lianas sobre mi rostro. Dios, ten piedad, acabo de despertar. —¡¿Donde e-están las aspirinas?!

—E el caon le a cojina. —Dije aún dormida.

— ¿Que?  

—Joder Mehgan, en el cajón de la cocina. 

Lo último que escuche fueron sus pasos saliendo del cuarto. Intente cubrirme con la manta, pero el despertador me interrumpió, sonando con tanta fuerza que lance mi mano hacia el intentando callarlo. Solo logre hacerme daño. Logre incorporarme, aun cabeceando por el sueño. Los recuerdos me recordaron que debía tener una seria conversación con mi desquiciada mejor amiga. Me puse de pie lentamente y me detuve frente al espejo, tenía el rostro demacrado y las ojeras tan grandes que me parecía a un feo mapache.

Luego de maquillarme accedí mentalmente a ponerme corrector verde bajo los ojos. Luego lo cubrí y aplique polvo. Oh, santa madre. Ni siquiera con eso lograba parecer una humana normal. Tome mi mochila, un suéter y baje las escaleras, con una cara larga. Ya abajo corrí a la cocina, necesitaba rápidamente comida, me serví cereal y empecé a devorarlo. Minutos después Mehgan entró a la cocina con el pelo mojado y mi bata de baño puesta, tomando una taza de té.

Linda. Es hora de matarte.

— Te ves horrible— me burle. Su rostro estaba demacrado y de aquí a China podía saber que tenía un dolor de cabeza terrible y no estaba de ánimos para bromas. Que mal, porque yo iba a comenzar a bromear.

— Cierra la boca, mi cabeza va a explotar.— Se quejó desde un banco al lado de la isla de la cocina. Bufe, dejando el tazon de cereal a un lado.

—Ay, mehgan, te voy a...

—Oye, ¿Donde esta tu padre?

—¡En Lynden, y da gracias a que lo necesitaban por allá, porque si no tu madre estaría aquí y entre los dos estarían enterrándonos vivas! ¡Me hiciste pasar un momento horrible! ¿¡En que carajos estabas pensando Mehgan!? ¡Estuviste así...— hice una seña juntando mis dedos — ...Así de cerca de meterte a la cama con ese idiota! ¡Totalmente ebria! Además, hoy tenemos clases, y anoche no fue precisamente el mejor momento para salir de juerga.

Ella cubrió con las manos sus oídos haciendo muecas de dolor. ¿Qué mas podía hacer que gritarle todo lo que me molestaba? Aun podía recordar al idiota intentando llevársela a su cuarto. Quizá no era mi problema, pero al diablo. Mehgan era la persona más inocente y dulce que conocía, ¿Qué clase de persona en su sano juicio la abandonaría sola y ebria en la casa del mujeriego mas grande del mundo?

—Responde Meh, ¿En que estabas pensando? — Ella se encogió de hombros. Oh, no perra ni se te ocurra llorar —¡No llores porque me suicido!

Ella soltó una risita ahogada y luego dejo caer su cabeza contra la isla de la cocina, tirando de mi cereal para meter una cucharada a su boca. — ¿Cómo diablos llegaste a esa fiesta? ¡la última vez que te vi estabas yéndote a casa a ver Grey's Anatomy!

— Abs, admito que me encanta cuando hablas con acento ingles, —Se quejó, levantándose del banco — Pero, hablamos más tarde, creo que volveré a la cama.

— Oh... — Me reí, quitándole mi cereal. — Hoy es tu día de mala suerte, cariño, amanecí con ganas de estudiar. ¡Así que iremos a ese asqueroso instituto que odio! — Ella abrió la boca para contradecirme, pero la mire mal. — A vestirte, ahora.

Y salió de la cocina directo a mi cuarto, si no es que se fue a lanzar de la ventana para no ir.

Mientras lavaba los platos me pregunte si ya mi padre sabia de lo que había sucedido la noche anterior. No exageraba cuando decía que Fire's Wood era tan pequeño que todos sabían todo. Probablemente ya todo el mundo sabía que había sucedido, me pregunte si ir al instituto sería una buena idea. Sabía que todos los estudiantes estarían hablando del suceso cuando llegáramos. Como cuando entre siendo una alumna nueva unos meses atrás. Fue tan horrible.

 ¡Mehgan mueve tu gordo trasero que llegaremos tarde! — Grite, pensando en mil formas de matarla por tardar tanto en elegir ropa. No sabía si era mejor llegar temprano y enfrentarnos al constante bullicio del estacionamiento o llegar tarde y enfrentarnos a los regaños del profesor de Matemáticas y las miradas juiciosas de nuestros compañeros de la primera clase. — Por fin, casi creí que te habías lanzando por la ventana para escapar de mí.

Ella bajo las escaleras con una mueca de enojo y me empujo con el hombro al pasar por mi lado.— Lo intente, pero estaba muy alto.

— Pide un milagro para llegar temprano.—Murmure riendome. El cielo estaba totalmente negro. Era normal que el cielo estuviera nublado en ese pueblo, pero las veces que cambiara radicalmente significaba un buen chaparrón de agua.— Podríamos ir en el auto.




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