Una niña se habría paso entre un bosque encantado, lleno de criaturas de fantasía y un ambiente encantador. De repente, el fuego comenzó a consumir el bosque, haciendo que corriera sin fijarse hacia dónde iba exactamente, hasta llegar al borde de un abismo, en donde había un torbellino, repleto de momentos que todavía no pasaban para la niña, pero que para Maddie eran simples recuerdos ya.
El torbellino se deshizo, desplomándose hacia el vacío. La niña se asomó temerosa a ver la profundidad del abismo, siguiendo el rastro de los momentos y cayó, puesto que, el terreno cedió y todo se desmoronó. Una vez que llegó al suelo, quedó aturdida, yendo contra la lógica que indica que uno despierta cuando cae en un sueño.
Al abrir de nuevo los ojos, ya no era una niña pequeña, sino que tenía el cuerpo de una joven. Observó sus manos confundida y tocó su rostro, sin recordar lo que había sucedido con anterioridad.