Entre la calma de las mareas,
Me invade tu presencia,
De palabras cálidas y sinceras,
Dejándome sin advertencia,
De aquel huracán,
Que mi felicidad venía a hurtar,
Era la frialdad en su calidez,
Y el era tan profundo como mi tez,
Era osada cual guerrera,
Sin embargo perdí esta guerra,
Mi peculiar ingenuidad,
Dejó en el olvido mi alma voraz,
Arrancando cada parte de mi personalidad,
Hasta el elixir de mi esencia devorar,
Cual obra literaria perdida en el stand,
De madera gastada por los recuerdos que una vez nos invadieron,
Descubriendo la intensidad de mis ojos que ahora te detestan,
eras la esperanza de un fénix que me revivió la ilusión,
Y incontables momentos me destrozaba sin piedad,
Sin importar la fragilidad de la porcelana de mi corazón,
Que podría jurar que la malicia no tiene edad,
entre las frías mañanas de mis inviernos,
Eras las tardes de veranos en mis invernaderos,
mas no contemple que tu fuego era tan fuerte,
Como mi frialdad que resulta gelida,
Que los copos se convierten en dagas para herirte,
Traicionándome dejándome sin salida,
sintiendo como desgarran mi alma,
aquel verano robo mi invierno,
Quitando el sabor de lo que considere tierno,
tornándose en amargura y profundo dolor,
endulzaste mi mirar e invadiste mi consciencia,
ahora mi alma está en un intenso ardor,
que debería haber castigo para tu impertinencia,
eras mi inspiración,
como la luna y el sol,
Era tu universo,
más nuestro futuro era disperso,
decias amarme que dejaba marcas en ti como estelas,
Pero fui tan ciega que tu ya tenias estrellas,
tan solo era el polvo de una estrella fugaz,
Algo efímero como para amar,
no tuve lugar en tu mente como ella,
que la simple idea me hela,
confíe en tus promesas de infinito,
en la falsedad de tu querer,
soñaba que eras lo mas bonito,
más la cruda realidad hoy soy capaz de ver,
Que la ilusión y la emoción,
en ti son solo decepción.
Atte. M.L
Editado: 01.10.2024