28.03.2017
Con mucha precaución, aprovechamos el receso, oportunidad de oro para juntarnos bajo el Sauce llorón, actualmente nuestra base “secreta” para reunir información, discutir y planificar nuestro golpe contra Alma. Después de que mi hermana supiera la verdad tuve que calmarla para que no cayera en pánico y mantuviera su comportamiento habitual, para así no llamar la atención. Fue un trabajo muy complicado de llevar, pero no fue imposible, después de todo cuando se lo propone Pilar es una gran actriz.
— ¿Pudiste ver lo que había en la cámara? — dije, adelantándome a cualquier juicio — ¿Dónde la encontraste?, por cierto.
Recostada en el césped, personificando a una diva, cruzada de piernas y concretando pose de brazos para inspirar elegancia, respondió. Bufé… supongo que Pilar nunca dejará de ser Pilar.
— Iba caminando por el pasillo y un armario estaba entreabierto — contó —. Escuché un ruido y abrí la puerta para ver de qué se trataba, entonces... — se detuvo para girar boca abajo, con el torso medio levantado por sus codos. Ruedo los ojos por la pausa dramática innecesaria —. Cayó a mis pies, pensé que podía encontrar algo interesante...
— ¿Y ya viste lo que hay dentro?
— No, se me olvidó después de todo el drama de ayer. No me parecía seguro dejarla, así que la traje conmigo, no confío en las sirvientas, está en mi mochila.
Tomo su mochila y saco la cámara. A mí sí me daba curiosidad por lo que vuelvo a sentarme y enciendo el aparato. Atraída por la misma curiosidad que me inundaba, mi hermana se incorporó ocupando un lugar a mi lado para ver lo que sea que se hubiese filmado. Me carcomía pensar en lo podíamos encontrar. Pensé en Mikele sin poder evitarlo, teniendo en mente lo que sucedió realmente con la familia Brouchard. Si se alteró la muerte de esos pobres niños, era muy posible y predecible que pasara lo mismo con ellos.
— Tus uñas… son un verdadero crimen — Se quejó mi hermana sacándome de mis cavilaciones.
Definitivamente esta chica no tenía remedio.
— ¿En serio? — La miré enarcando una ceja.
— No tengo la culpa de que no te hayas hecho una manicure en siglos — espetó haciendo su clásico gesto de mano.
Su comentario fuera de lugar; la desgracia de nunca tomarse nada en serio… respiré hondo y me dije que amarla era mi único trabajo.
— ¿Podemos volver al vídeo? — pregunto —. Por favor.
— Ok... — farfulló.
El primer y único video era de inicios del año 2008, meses antes de que todos fallecieran trágicamente... Presiono el botón de play y la película comenzó a reproducirse.
Al comienzo era un poco confuso. El camarógrafo se enfocaba en los tallos de una planta, pero no cualquier planta. Mis ojos se abrieron con sorpresa, eran los tallos de la flor de cristal. Unos brazos entraron en el encuadre del vídeo, estos ocultaron una bolsa dorada entre la tierra de la maceta...
— ¿Qué es esto, un tutorial de jardinería?, pero que aburrido — bufó mi hermana.
Entonces se escuchó un chasqueo por parte de la persona en el vídeo.
— No espera... — dije por lo bajo. Mi corazón casi dio un vuelco.
— Rayos — se escuchó nuevamente.
Mi hermana sintió curiosidad y se acercó nuevamente para seguir viendo.
— Ahora si — comentó orgulloso.
La bolsita dorada quedó oculta, pero dejando entrever sutilmente su ubicación gracias a la punta de la cinta que hacía de amarre. Me pregunté de inmediato que sería aquello que ocultó en su interior…
El video se detuvo y continuó en otro lugar, horas después del primer corto.
— Hoy, es un gran día, 23 de enero, soleado y calmado. Hoy Conmemoramos el nacimiento de una mujer extraordinaria. — Su voz era hipnótica y dulce, creaba miles de reacciones inexplicables en mi interior —. La familia está reunida para festejar el cumpleaños de mi hermosa madre.
No era la primera vez que escuchaba su voz, sin embargo, causaba tal revolución en mí que me era imposible decidirme por la que predominaba sobre las otras. De momento pensaba en ¿qué habría pasado si hubiese mirado atrás esa vez? ¿Qué habría visto? ¿Cómo sería? ¿Cómo hubiese sido mi reacción y la suya?... algo me dice que lo hubiese tomado por sorpresa en caso de armarme de valor, creo que debe estar al tanto de lo cobarde que soy.
Mientras hablaba, mostraba claras imágenes del jardín del ala este, allí pude ver la cúpula de jardín adornada con hermosos arreglos de hortensias y cayenas naranjas. Al fondo, se edificaba una especie de trono blanco enaltecido y decorado con dos arcos que lucían vistosas flores y listones en combinación con estas. Había globos, un comedor largo, lleno de aperitivos y uno que otro invitado... Debo decir que escuchar su voz en ese momento fue increíble. Me sentí, tan emocionada de alguna forma.
— ¿Quién es? — quiso saber Pilar carcomida por la intriga.
— Silencio — demando.
Pilar cayó sin chistar. Agradecí por eso.
Mientras nos guiaba, en busca de la homenajeada, revelaba confidencias, sobre los posibles regalos, sospechas del pastel escogido entre otros asuntos festivos. Mi piel se puso de gallina, y todo mi ser se exaltaba contagiada por su entusiasmo. A medida que avanzaba el video, y me familiarizaba con el locutor, algunos de mis recuerdos comenzaron a distorsionarse. Esa tarde caótica, donde se llevó a cabo la cena de presentación con la familia de Alma, dejé de ver y de escuchar a Sam, como mi compañero invitado. Sólo podía ver a Mikele, incluso esa vez donde la imaginación se me salió de control y…
— Te pusiste roja — comentó mi hermana sin darle mucha importancia.
Al escuchar esto le di la cámara y me hice a un lado, hirviendo de la vergüenza. Pilar no reparó en mi reacción y continuó viendo el video sin darle mucho interés. ¿Qué rayos sucede conmigo? Mi corazón palpitó con fuerza y me estremecí al recordar como a modo de súplica me pidió que me quedara a su lado.
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Editado: 13.05.2022