'Sangre bendita de kraken'
Anders.
Unos días después.
Dalina me contó su experiencia fantasmagórica/paranormal en cuanto al espectro de Shiver, entre lágrimas y llantos me relató como su hermano la visitó, tanto a ella como a su actualviuda, Asia.
No tengo problema en creerlas, sé que es verdad y que ambas lo han sentido, no soy de creer en ese tipo de cosas pero si lo veo completamente posible.
Sacándome de mis soliloquios, el viento remueve mi pelo, refrescándome mientras muevo el timón de aquí para allá como si fuera un juguete.
La siguiente misión, la número diez, trata de algo más complicado: conseguir sangre de kraken.
—Bien, apenas sabemos como es esta misión, así que, voy a explicaros rápidamente. —digo cuando todos los grumetes ya están en círculo, al rededor del timón. —Esta misión es bastante complicada, así que prestad atención. Nedda, vas ha hacer mucha falta aquí. —comento mirando a la hechicera, que asiente. —Primero, el kraken lanzará ataques que debemos esquivar. Debes lanzar hechizos para detener el poder de los tentáculos del kraken.
—¿A cada uno?
—Sí, a cada uno. Cuando ya esté paralizado, debemos atar sus tentáculos a los grandes ganchos que hay aquí. —señalo los ganchos enormes que, uno, sujeta la vela, mientras que los otros están libres. —Debemos atarlo para que no se pueda mover. Mucho cuidado, el kraken tratará de engulliros y efectuará algún daño al barco. Así que, atentos.
—¿Y luego?
—Cuando lo tengamos atado, mínimo de dos tentáculos, debemos cortar por la parte de las ventosas haciendo un corte seccional y recto a través de ellas. Se alterará, esta claro, pero debemos seguir. Sacaremos los grandes tarros y los colocaremos debajo de las ventosas cortadas, que liberarán toda la sangre que necesitamos de él.
<<Al tener sus extremidades atadas, le costará moverse, ralentizando sus movimientos a pesar de tener otros dos tentáculos libres. Pero, hay que tener mucha precaución, las balas apenas afectan al animal, pero, si lo atontan. Es casi imposible matar al kraken, así que, cuando se llenen los botes, huiremos de la zona rápidamente.
<<Pero intentará succionarnos, ya que el tamaño de su boca es del tamaño del barco multiplicado por dos, calcularemos bien la posición del viento y huiremos. Hay que recordar que estaremos en una fosa, lo que puede acabar con nuestra vida. Un carpero estará abajo para la reparación del barco y otro estará arriba, batallando contra el animal.
—Yo me voy para abajo, Darko. —informa Anne. —Tú quédate arriba.
—Listo, printsessa. —contesta el ex-guerrero ruso.
—Bien. ¿Ha quedado claro el plan?
—Sí, mi capitán. —contestan todos al unísono.
—Bien, grumetes.
Contra un kraken, es mucho más seguro que los de servicio de cocina se queden arriba.
—Asia. —llamo a la joven navegadora cuando todos se han ido, que se acerca hasta mí, apoyándose al timón.
—¿Sí, mi capitán?
—¿Como has seguido?
Aunque intenta disimularlo a toda costa, intentando altivar su mirada, helar su expresión, y ralentizar el latido fuerte de su corazón al hablar del tema, es bastante notable que Asia Berenato extraña a su esposo más de lo imaginable. La ligera mueca de dolor interno que muestra me hace entenderlo.
—Bueno... —mira hacia abajo, relajando la postura después de tensarla con fuerza. —No he vuelto a saber nada de él... —ríe sin ganas. —Poco a poco... voy... bueno... superándole no, está claro. Simplemente acostumbrándome a que... él ya no está. Pero debo cumplir lo que le prometí.
—¿Que le prometiste? —digo cuando se queda callada. —No tienes porque contarme si no quieres, eh.
—No, sí, si. —continua. —Me hizo prometerle... —me doy cuenta de que se vienen los momentos nostálgicos, tristes y que causan llanto cuando se agarra el abdomen. —Que cuidaré bien del niño o niña... y... que... le contaré quién es su padre.
Intento mirarle a los ojos pero aparta la mirada, debido a que se ha cristalizado.
Mis tripulantes son como una segunda familia. Aunque no pase ni una y castigue sus traiciones, nada quita el cariño que les tengo, recordando como fue cada entrevista de cada uno y el momento en el que los conocí. Les tengo mucho cariño, aunque no a todos por igual, si hay para todos.
Extiendo mis brazos para que se desahogue si es lo que desea. No resiste y se lanza a ellos, abrazandome y dejando su cara contra mi hombro, llorando en silencio. Miro hacia arriba, <<mira como me las has dejado, Shiver...>>
—Sí así lo deseas, puedes quedarte en un lugar seguro del barco y no tocar un arma. —susurro en su oído.
Se aparta al instante de mí, como si la estuviese subestimando.
—¿Acaso me subestima, capitán?
—Obviamente que no, Asia. Llegar a ser navegadora en una tripulación no lo hace precisamente un inútil... —alza una ceja, tratando de averiguar el propósito de todo esto. —Pero, teniendo en cuenta lo que acabas de contarme... puedes quedarte tranquila si lo deseas, por la seguridad del niño.
—No hace falta, Anders. —noto como sus facciones se endurecen ligeramente. Vuelvo a centrarme en el timón. —Batallaré igual, no puede opacarme el embarazo.
—Si así lo deseas, así será, grumete.
Asiente con la cabeza antes de irse, dejándome sólo otra vez.
Desde aquí, ya es visible el cambio de tono a más oscuro que indica que nos acercamos a la Fosa Marítima de Alejandría, famosa en sus tiempos por ser dónde se perdieron más de cuatrocientos barcos en la época de 300d.c, después de Cristo.
Es peligrosa, sí, pero basta con la mera presencia de un barco en el lugar para despertar un kraken.
Sigo navegando hasta que el agua de la fosa es palpable. El agua es mucho más oscura, tanto que ahora me aterroriza caer en ella y perderme.