Ya pasamos las partes mas oscuras de esta historia que esta por llegar a su inevitable conclusión, lo lindo nunca dura para siempre. Así que hoy he decidido que para cerrar quiero contarles cosas bellas, o al menos divertidas, ya habiendo pasado de la culpa queda el momento para la reflexión y las nostalgias viejas, ya no desde una mirada de anhelo sino como recuerdos de un pasado enterrado que solo te hacen sonreir. Hay una diferencia muy grande en estar atados al camino que transitamos, un analogo al "el cesped es mas verde del otro lado" pero viendo hacia atras y entre poder mirar quien fuimos, y sonreir porque sabemos que eso nos ha llevado hasta donde estamos hoy. Por supuesto que todo esto no es un absoluto, hay momentos y momentos: aquellos donde caemos en nuestro ciclo de repetición, el asunto es que con cada aprendizaje muchas veces resulta más facil salir de ahi.
En 2014 todo esto no era algo tan facil, uno tiende a mandarse muchas cagadas y la mía fue con Marina, esa muchacha a la que nunca volví a ver; poco sabía yo que todo esto me lo devolvería el universo como una escupida en la cara. Yo no soy de creer en estupideces como el karma o la ley de la atracción, pero a veces las casualidades son innegables y hacen que uno dude de su postura tan caotica que tiene del universo. En mi caso siempre fueron los nombres, Anabela, el sufijo Mar, Carla y Marina. Marina fue una chica que conocí en la facultad, increiblemente teniamos mucho en común y apenasconocernos forjamos una solida relación, una mezcla rara entre amistad y algo más; yo por supuesto me inclinaba del otro lado de la balanza y yo estaba seguro de que ella también, por lo que decidí invitarla a una fiesta con esperanzas de que la noche y el alcohol alivianaran nuestras dudas y nos lanzaramos a la aventura del desenfreno.
Por otra parte el rompecodigos era un amigo mío, muy conocido por su fama de buitre: otro jugador como yo pero definitivamente con mucho mas exito, era mas fachero, mas chamuyero y sobretodo mas joven. Le deciamos el rompecodigos porque siempre se mandaba una que iba en contra de las reglas autoimpuestas que tenemos los hombres a la hora de coquetear con el sexo femenino: entre sus varias normas quebradas, él habia estado con la ex de un amigo, y con la hermana de otro. Así que ya sabiamos por donde iba la cosa cuando el rompecodigos se aproximaba a alguna mujer de quien uno pretendía alejarle. Parece que estaba en su sangre esto de romper las normas, tal vez era su juventud que aún no estaba tan gastada como la nuestra. Así que a la hora de hablar de Marina era mi vital tarea que este muchacho no rompiera las reglas, y que no la pusiera como su proximo objetivo. Aún así todos habiamos coincidido en esa fiesta legendaria, donde yo encararía como sería mi vida por los proximos años: a lado de Marina o no.
Al verlos bailando tan pegados, viendo la lujuria en los ojos del rompecodigos lo aparte a un lado y le dije "por favor con ella no". Me compré su negativa, "Por supuesto que no bro, somos amigos". Y continuamos con nuestro hermoso baile. Quien sabe cuales fueran los motivos que me separaron de Marina esa noche, creo que hablamos y con alcohol mediante no tuvimos esa conexión tan establecida y yo volví a mis pieles de jugador y partí por algún objetivo menos importante y de una noche, dejandola sola en su estupo alcoholico. Acordamos vernos a las 3 de la mañana, que cada uno hiciera lo que quisiera hasta ese entonces.
Cuando llegué al lugar del encuentro, los encontré a ambos: al rompecodigos y a Marina en una mirada incomoda con lagrimas cayendo del rostro de la chica. Por supuesto se habían besado unos segundos y en esos segundos a él se le había escapado que no podía continuar con todo aquello, que yo estaba enamorado de ella y él tenia que ser un buen amigo. Entonces la traición se hizo presente, mi amigo se quedó parado incomodo y ella entendió finalmente que todo lo que habiamos vivido juntos hasta entonces no era amistad, y que seguramente tras todo aquello jamas volvería. Obviamente yo fui testigo de todo, y también fui conciliador. Si hubiera sido cualquier otro escenario seguramente me hubiera sentido traicionado por ambos, por mi amigo y mi ... pretendiente, pero en esta ocasión pudo mas el cariño, despues de todo yo estaba enormemente enamorado de Marina y no me gustaba verla llorar.
Visto desde ahora y escribiendolo en palabras, todo lo que vivimos fue una estupidez gigante. Nunca nos correspondimos con Marina, nuestra relación siempre fue de amistad solo que ambos (yo y ella) tardamos en verlo. Hoy puedo asegurar que esa fiesta no fue ningun punto de inflexión, tan solo tal vez una anecdota divertida para contar entre amigos, porque nunca rompí lazos ni con ella ni con el rompecodigos, a quién de cuando en cuando le saco el cuero por el tema. Pero a la tierna edad de los veinti tantos y los enamoramientos locos estas cosas suelen ser sucesos de vital importancia, porque yo en ese momento pensé que el mundo me lo estaba devolviendo por lo que le hice a la otra Marina. Pero mi Marina no estaba hecha para mi mundo, ella es un alma libre que ronda por la vida como quiera y así lo fue porque fue mi mejor amiga y mi compañera de trabajo y de estudios, compartimos y compartiremos muchas cosas juntos pero siempre de ese lado tan platonico que nos caracteriza.
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Editado: 20.01.2021