En nuestra primera salida, llevaré solo dos cosas, mi completa atención hacia lo que desees contarme sobre tu persona, y un estómago vacío que no dudaré en llenar frente a ti.
La siguiente vez que te mire, podré estar seguro de una cosa, cuando llegue la hora de decirte adiós, me despediré con un beso que carecerá de inocencia.
Querrás verme una vez más y yo encantado asistiré a nuestra tercera reunión, querrás saber sobre mis planes a futuro y yo sobre la posibilidad de compartir mi vida contigo.
Cuando la noche caiga y llegue el momento de separarnos, ninguno tendrá que pedirlo, entraremos a tu hogar sin necesitar excusas, donde nos entregaremos al inicio de una historia que fue posible después de solo tres citas.