Título: Algo más que amigos.
Años atrás
1 ... 2 ... 3...y.... ¡ACCIÓN!
—¡AYYYYY! —la voz de Isaac entrecortada me hizo sentir tanta satisfacción al verlo tirado en el suelo, hice bien en poner ese trapo mojado por su cuarto- ¡Pril sé que fuiste tú ven y da la cara!
Bien hecho por andarse paseando frente mío con la incrédula de Jessi, ¿que creía que se quedaría así y no haría nada al respecto?, muy bobo debe de ser sí pensó así.
—Cállese, y pida perdón— dije poniéndome frente de el con una mirada cargada de seriedad.
—¡Por dios Pril!, ¿a usted no se le escapa acaso ninguna de las bromitas que le hago? — preguntó mientras bajaba las escaleras despacio para no caerse y romperse la rodilla, siempre he sido vengativa, a si sea por algo pequeño soy vengativa y me encanta es un toque que heredé de mi papá sé que puede sonar absurdo para algunos, pero para mí no.
—Ya no te quejes tú te lo buscaste—susurré lo último, lo cual Isaac logró escuchar y créanme para un niño de 13 años eso es una grosería lo sé lo sé, es medio idiota oh super idiota.
—¿Piensas que soy sordo o qué? —preguntó el muy cretino.
—Ojalá te quiebres la pierna.
Corrí a él y le saque la lengua, ¿qué Maduro no?, Isaac abrió sus ojos del enojo dios amo sus ojos son demasiado llamativos.
Son un color negro llamativo, un negro super bello como los cuervos. Lo se soy extraña.
—Pecas ya para ósea sé que soy guapo y sexi, pero no es para tanto-dijo haciendo un gesto de arrogancia elevando la comisura de su boca de lado.
We ya para le estás viendo hasta los pecados.
Shh.
—Qu-e que...no que que no-acaso estoy tartamudeando-am ay dios quise decir ni que fueras la gran cosa.
Dije poniendo mi mechón rubio tras mi oreja, mire cabizbajo por mi estúpida mirada a Isaac de seguro que debe de estar burlándose mentalmente de mí, soy una niñita apenas de 10 años y el dios están... Lindo.
—¡Oye Pecas!, ¿Qué pasa? ---pregunto acercándose a mi diminuta figura Isaac cada día era más alto y valla que cada día más atractivo y estúpidamente perfecto con esos ojos y su manera de ser y actuar.
—Nada, es solo que am.…---Isaac espero mi respuesta con total paciencia cosa que yo lamentablemente no tengo---...mira una cucaracha.
Señala su cabeza a lo cual él dio un brinco y comenzó con su mano hacer desorden en su cabello…hasta con el cabello desordenado se lo veía atractivo. Rei divertida por aquella situación.
Presente
Mi boca dio contra la sábana a lo cual grite tratando de procesar todo lo que había pasado en esta noche. ¿QUE ME ESTABA PASANDO?
Lo que me faltaba, dios dame una señal de que no tienes nada en contra mí, solo una.
¡Mierda!
Unos ojos puestos en mi figura se recalcaron dieron un largo recorrido a mis piernas las cuales estaban descubiertas solo llevaba un short y un buzo negro manga larga con el logo de mi banda favorita y ni decir de mi cabello estaba en un moño enredado con mechones escapándose. Alce mi vista para encontrarme con... ¿Alexander?
—Sigue mirándome así y ese lindo trasero acabará en mi cara—abrí los ojos al oír lo que oí.
Sentí mis mejillas arder, dios no ahora.
—¿Qu-e, que has dicho ...? — pregunté tartamudeando, desvío su mirada a otro punto que no sea yo y mis piernas.
—Nada—dijo soltando un suspiro—solo...necesitaba verte antes de irme a casa.
mmm.
—Ya vete, pareces acosador—dije intentando restarle menos importancia.
Se acercó a mí a lo cual retrocedí en mi cama mi cuerpo se volvió torpe, las manos de Alexander estaban posadas en mis caderas haciendo que las mantuviera y él mismo acercó su rostro al mío, pero solo eso no me beso ni nada. Acercó sus labios a mi mejilla dejando un beso húmedo.
Pero por alguna razón extraña solo pudo pasar por mi cabeza ese nombre…
—Isaac.
Cuando abrí los ojos él ya no estaba…
¿Mierda porque ahora?
.
—Desde este instante empezarás a trabajar en mi empresa—lo sabía, sabía que no se quedaría quieto, aunque yo tampoco pensaba quedarme quieta.
—Gracias papá, pero no necesito tus influencias para adquirir o hacerme uno más de tus empleados, con todo respeto claro está—dije.
—Es una orden no te estoy preguntando. ¿Está claro? —dijo entrelazando ambas manos mirando. Hay esa maldita actitud posesiva otra vez. Ya me tenía harta.
—No estás en derecho a mandar por mí. Te recuerdo que soy mayor de edad y tengo mi propio trabajo—respondí.
Me miró apretando ambas manos suyas suspiro.
—Tu ganas —suspiro conteniendo las palabrotas que amenazaba con salir de su boca—¿en qué se supone que trabajas? ...claro, ¿si se puede saber?
Acomodándome el cabello me levanté del sofá y lo miré antes de salir de su oficina.
—¿Para qué quieres saber algo que ya sabes por medio de tus empleados? —dije borrando todo rastro de sonrisa.
Una vez fuera de la oficina de mi padre miré el pasillo lleno de fotos nuestras hechas a manos por pintores profesionales y extranjeros.
—Pril, hija—gire para ver de quien se trataba. Oh es mamá—tu padre, me contó acerca de su trato contigo. Oh bueno al menos lo que quería proponerte. Supongo que aceptaste ¿no?
—No he hecho ningún trato con él ni lo haré.
—¿Qué demonios te sucede? Eres nuestra hija no nuestra enemiga. ¿En qué momento decidiste cambiar todos los planes? —dijo mi mamá molesta—…fallarás...tenlo seguro...y cuando eso pase será demasiado tarde para ti.