Título: El deseo en pocas palabras.
Años atrás
—POR MI ,TU ESTUPIDA HIJA SE PUEDE IR A LA MIERDA—los gritos de mi papá a mi madre aumentaban a medida que le decía algo. Mi madre lloraba sin cesar.
—Dominic por favor ya para!¡ella te está escuchando ya basta! —suplicó mi madre. ¿Pero qué mierda le pasaba?
Me levanté del piso para mirarle a mi padre y tener la poca fuerza que tenía para hablar.
—Se ve que eres de los que les gusta mandar a la mierda cuando el que se debe hundir en ella es usted—mi espalda fue castigada por un látigo velludo hecho por cuero, mi padre me dio una y otra vez en ese mismo lugar haciendo un charco de sangre en mi espalda. Mama gritaba que me dejara que era suficiente pero no paró hasta que volví al suelo mi cuerpo no aguanto más.
—ALTANERA ESTUPIDA. TU NO MERECES LLEVAR EL APELLIDO CARTER. JAMÁS LO MERECERAS.
Mi madre fue hacia mí y me dijo molesta.
—¿COMO SE TE OCURRE ALZARLE LA VOZ A TU PADRE? —se alejó de mi molesta y llorando.
Yo sólo intenté defenderme...
Presente
—¡Perdóname mama por favor perdóname, ya no más! —mis ojos se abrieron en par, pero lo único con lo que me encontré al abrir par de ojos fue. Un cuarto totalmente oscuro y unas sábanas blancas tapándome completamente y una cama en la cual estoy ahora mismo super grande y cómoda.
Mis ojos viajaron a todo mi alrededor ósea inspeccionando cada parte y detalle, mis ojos se detuvieron al diminuto sofá cuyo cuerpo descansaba incómodo por lo que veo…esperen...ese cuerpo yo lo conozco... ¿Alexander?, mi cara era una obra de arte de seguro en este momento, se movió haciéndome ver su perfil de lado cuyo deseaba acariciar y abrazar.
Espera ... ¿qué mierda?
—Eres mala disimulando—dijo sonriendo con arrogancia, estaba despierto genial. Abrió poco a poco sus ojos levantándose despacio del sofá se paró y vino caminando poco a poco a mi diminuta figura en su cama, se sentó frente mío y me miró serio, esa mirada profunda que es difícil de quitar de tu mente por más que intentes.
—Necesito saber lo que pasó.
—Nada, simplemente nada, ya vete al sofá—dije intentado convencerlo cosa que no funcionó, ya que este me atrajo a su cuerpo y me recostó sobre su pecho haciendo con la yema de sus dedos círculos con mi cabello, dios que relajante, me deje llevar por el momento recostando mi cuerpo por completo ante él.
—Él iba hacerme daño. Hice lo que cualquiera en mi lugar hubiera hecho. ¿Crees que soy una asesina?
Le pregunté haciendo que se quedara helado, me separo un poco de su cuerpo para quedar frente a frente de un movimiento agarro mi mandíbula y la sujeto alzándola a su altura, me miró a los ojos serio acaricio mi mejilla con delicadeza y de un momento u otra estaba besando mi frente despacio como si en cualquier momento me fuera a quebrar como esas muñequitas de porcelana.
—No—dijo serio—el idiota que te haya dicho aquella idiotez. Definitivamente es un descerebrado que ni siquiera sabe lo que dice para hacer sentir mierda a los demás…April....necesito que me respondas algo.
Asentí.
—¿intentó sobrepasarse contigo? —su voz salió como el mismísimo infierno despierto a punto de devorar a Jay. Y no de la manera buena.
Como si leyera mi mente y mi mirada ya dio por respondida su misma pregunta.
—Lamento no haber estado contigo—dijo besando mi frente—ese imbécil no te volverá a tocar.
—Tengo miedo—dije derramando unas cuantas lágrimas al paso—tengo miedo de convertirme en él.
Sus ojos me miraron con dulzura, y asombro por mi confianza a él.
—April Carter, escúchame bien y que te quede claro lo que te diré—dijo mirando mis ojos—nunca serás el, nunca, me oíste., nunca serás como tu padre… ¿sabes por qué?
¿Cómo sabía que hablaba de mi padre?
Limpio con sus pulpares mis lágrimas besándome el dorso.
—Eres lo más precioso que pudo haber existido en este universo—dijo—eres la persona más valiente que conozco. —Eres mi pecado favorito—dijo mientras me arropaba parándose y dejando un beso en una de mis pecas, se levantó y se recostó en el sofá—descansa, después de todo tenemos muchas cosas que enfrentar...juntos.
Mis ojos se cerraron poco a poco.
—¿Porque siento que te conozco? porque siento esto por ti si apenas te apareces en mi vida como un deja vu—susurre para mí misma en voz baja.
Que extraño.
.
—¿PERO ESTAS BIEN? —preguntó Carla a través del teléfono—¡RESPONDE!
—Si. Carla estoy bien—dije vistiendo la ropa que me dejó Alexander en su armario con una nota escrita por él, luego la leeré.
—¿DÓNDE ESTÁS?, IRÉ A VERTE—aleje un poco el teléfono de mi oído, qué necesidad de gritar.
—Estoy bien nos vemos en la taberna, ¿va? —ni loca le cuento que estuve en casa de Alexander o mejor dicho su departamento. Igual se va a terminar enterando April.
Después de aquel incidente con Jay resulta que de alguna manera se habia enterado de lo que habia pasado en mi piso, por lo que lo incito a ir por mi una vez me habia tomado unas pastillas para dormir, habia entrado como lo habia echo hace meses atrás y me habia llevado con él. Según él dijo. No le parecía adecuado que me quedase en mi piso por lo sucedido.
—Bueno, ¡VERAS ME CONTARAS TODO, PERO TODOOOOOOO! —colgó.
⁓llamada finalizada⁓
Aparte de ser mi amiga ahora somos socias del negocio de la taberna ella y Trish fueron quienes me ayudaron con los trámites y a comprobar si el tequila y ron se podían mezclar con el café y otros productos más para darle toque, me emociona el hecho de trabajar y pasar más tiempo con Trish y Carla, detalle que no puede faltar es que nos conocemos desde los 11 años Trish y yo desde ahí hemos sido mejores amigas en cambio a Carla la conocí cuando llegué a Madrid.