Título: Los ángeles.
Presente
—Quítate—ordene haciéndolo apoyarse con total tranquilidad en el marco de la puerta de mi taberna. —Alexander es una orden, no estoy jugando.
Una sonrisita de lado perverso se asomó en sus labios haciéndome mirarlos sin discreción. Él lo noto por lo que se comenzó acercar a mí con pasos entre lentos para ver si me apartaba oh me quedaba hay. Retrocedí un poco llegando al final de la barra de madera de la taberna mi espalda chocó.
—Muñeca créeme que lo que menos quiero en este momento es obedecer esa clase de órdenes. Tengo que admitir que yo también fantaseo contigo mucho antes de conocerte.
Así empiezan los locos April.
—No voy a entrar a este juego—dije dando pasos torpes hacia atrás.
—Y yo no pienso aceptar un no de tu parte. —dijo ya topando con nuestra respiración. —No aceptaré un no a que me dé usted la oportunidad a conquistarla.
Mis ojos se abrieron más de la cuenta de la impresión dando el toque perfecto para que él me besara. Sus labios atacaron con agresividad los míos haciéndome cogerlo de la barbilla y atraerlo más a mis labios como si no hubiera un mañana. Su lengua abrió paso a la mía haciendo leves círculos en mi boca mordió mi labio inferior dándole una estocada de pequeña emoción por mis adentros.
—Señorita Carter me encantan sus labios como no tiene idea—dijo entre mis labios.
—Alexander cierra la boca—dije atrayendo su boca a la mía. El río divertido.
—¿Y si no quiero? —preguntó el maldito. Me separe un poco de su boca, pero no lo suficiente para que nuestras bocas aún chocaran.
—Si no obedeces te callo en la cama—¿esa fui yo? ¿yo dije eso?
—No si yo te callo primero. Recuerda que esos lindos gemidos no van a cesar...más bien van a oírte todos los que viven en el departamento. Van a oír cada súplica porque te dé más y más hasta que la saliva se te agote de tanto tragártela — sonreí una vez terminó de hablar y me beso con agresividad.
Maldito masoquismo.
—Tengo que irme Alexander—dije separándome un poco de su boca.
—¿A dónde?, vamos te llevo—preguntó
—A casa de Carla. Espera, ¿porque te estoy dando explicaciones?
—Porque ya no soy tan desconocido Carter, Vamos te llevo—dijo sonriendo.
Maldito.
.
Me Eche a mí misma una ojeada de arriba a abajo frente al gran espejo adornado de pétalos de tulipanes celestes mientras veía a través de aquel espejo a Carla rebuscando entre sus tacones un par que combinarán con el color del vestido el cual era un carmesí oscuro la parte de arriba era escotada haciéndole dar un toque muy sensual y la parte de la cadera era suelta, era una tela fina cubierta con toques de flores rojizas y se ajustaba perfecto a mis caderas haciéndome ver las caderas anchas, mis senos se veían alzados con aquel vestido y mi clavícula resaltaba tanto como el vestido.
Tu hermano está de vuelta y quiere verte...Mi hermano mayor.
Mamá me llamó una hora antes de llegar a casa de Carla para darme la dichosa sorpresita, no negaré que las preguntas y la curiosidad me tenían curiosa.
—¡TOMA!, encontré este par de tacones le combinan a ese precioso vestido que llevas puesto—Carla me los dio desabrochando el cierre que los unía, me lo puse mirándome nuevamente en el espejo esta vez Carla se puso alado mío el vestido de ella era negro casi como el mío solo que, de otro color, y su cabello castaño y sus ojos le daban un toque majestuoso
—El negro y rojo nos queda bien lo admito—le dije haciéndola abrazarme.
—¡APRIL YA SON LAS 8:30! —oh mierda ya tenemos que irnos, ambas agarramos nuestras carteras intentando correr lo más rápido posible para llegar a la salida, nos esperaba un avión.
¿Qué carajos?
—¿¡Que mierda es esto, a donde mierda mismo es que vamos!?—dijimos ambas a lo cual el piloto nos miró tomando en cuenta nuestra presencia
—Buenas tardes señoritas por favor suban iremos a los ángeles —ambas lo miramos atónicas, juraría que nuestros ojos se iban a salir en cualquier momento.
—¿Cómo así? —preguntó Carla, el piloto solo nos respondió con un suspiro acompañado.
—Mucho gusto verla señorita Carla Wright, sus padres ya autorizaron y están al tanto de vuestro viaje—dijo el señor haciéndonos señas de que subamos, ambas nos adentramos en el avión a lo cual ni bien estuvimos dentro el avión comenzó despegar.
—¡JODER DESPACIO! —gritó Carla al piloto haciéndolo girar a través del espejo ambos ojos, vaya cretino, una luz en mi bolso comenzó a vibrar varias veces.
Que insistencia.
número desconocido
Colgué sin pensarlo.
La voz del capitán hizo eco.
—Conteste no hay que temer. —dijo firme.
—Ni de coña. April no se sabe quién sea, no te fíes. —dijo Carla alarmada.
Nuevamente: número desconocido.
—Último aviso. Conteste el bendito celular señorita Carter—dijo esta vez el capitán furioso.
—No—respondí
—Como diga—dijo el capitán por un rato pensé que me dejaría en paz, pero en un desliz el piloto agarro mi celular contestando y poniéndome en alta voz con la persona a través de la pantalla.
Hijo de puta.
—¿Quién carajos eres? —pregunté haciendo que Carla girara a mí con el ceño fruncido, la voz del tipo no se escuchaba hasta que después de 10 minutos lo escuche, acompañado con una risilla.
—¿Esa es la forma de saludar a tu hermano? ¿Dónde quedaron los modales hermanita? —Dijo haciendo que mil recuerdos vinieran a mí, pero más uno en específico.
Años atrás
—¿Y ese quien es, mamá? —pregunté mientras veía al bebé en sus brazos, ella lo acercó a mi pequeño rostro haciéndome dar un pasito atrás, ella sonrió con dulzura, mientras que mi padre reviraba los ojos al ver mi reacción y la de mi madre.