Los criminales que llevaban a Allison salieron por una puerta secreta que los dirigían a los matorrales del bosque.
Ellos llevaban la respiración acelerada, corrían con una intensa rapidez, con el barro salpicando la ropa, tropezando las piedras y pasando por un camino estrecho, Allison quería detenerse, estaba cansada de tanto correr.
— Camina! ¡Tú trajiste a la policía! ¡Ni creas que te vas a salvar! —.Pedro la jala y la obliga para que apure el paso.
Cuando van llegando al final del camino, los enfrenta un escuadrón de la policía, los hombres de Pedro se separan buscando donde escapar.
Pedro tomando a Allison se esconden entre el monte, mientras la policía comienza sus primeros disparos uno de los hombres cae al suelo, otro sale corriendo y también cae.
Pedro se distrae revisando el arma a lo que Allison aprovecha y se le escapa.
—¡Para donde vas maldita perra!— gritándole con furia y apuntándole con el arma. Allison solo corre sin detenerse pedro jala del gatillo y le dispara.
—No!— grita Joseph. Se apresura y logra abrazarla, recibiendo el impacto de bala por detrás. Allison al sentir que se va desbordando entre sus brazos, lo trata de sujetar con sus fuerzas para que no se golpee con las piedras. Él va cayendo lentamente.
—Joseph, mírame, todo va a estar bien! — intenta mantenerlo despierto
—No cierres los ojos!
Él la miraba con ternura, en sus ojos se asomaron unas lágrimas, trata de hablar, pero Allison no se lo permite.
«Porque yo realmente Sí estaba loco y la locura me llevó amarla hasta la muerte.»
Quedando inconsciente en los brazos de Allison.
—Ayuda!, ayuda! necesito una ambulancia.
Se arranca un pedazo de su camiseta para detenerle la hemorragia, lo sostiene semi levantado manteniéndolo en su regazo y solo rogaba al cielo que aguantara hasta que llegara al hospital.
Pedro sale corriendo, un policía le dispara desde una distancia con tres balazos en el pecho cae en el barro. Muriendo en el acto, Llevándose consigo todos sus crímenes y pagando por las injusticias cometidas a personas inocentes.
Los paramédicos llegaron, subieron a Joseph a la camilla, Allison se montó con ellos en la ambulancia. Tomaba sus pulsaciones, presionaba sobre la herida, le instala oxígeno y estaba pendiente de que no fuera a sufrir un shock hipovolémico.
Ella solo temblaba, imaginarse lo peor pasaba por su mente, estaba nerviosa, ansiosa, quería gritar, pero no podía.
Llegan al hospital, el equipo médico estaba afuera esperando, sus piernas no le daban para bajar, ve que entran a Joseph y solo se queda sentada con sus manos unidas, manchadas con la sangre de Joseph.
Con una mirada ida, todavía no se explicaba como él pudo haberla salvado. —¿Eres un idiota, que soy yo para ti? — se preguntaba
—Doctora la ayudo a bajar, van a mover la ambulancia. —le dice el paramédico. Allison asiente y le tiende la mano.
Ella se aproxima con pasos lentos a la puerta principal del hospital, ¿que iba hacer si Joseph moría? Cargaría con esa culpa toda la vida.
Llegó a la sala de cirugías, los médicos del hospital le dieron información del pronóstico de Joseph, estaba en el quirófano en plena cirugía para extraer la bala, su estado era delicado.
La bala le entró en el omoplato y cogió una parte del pulmón, derecho. Solo había que esperar su evolución.
Ella estaba sola sentada en la sala de cirugías, debía avisarle a la familia pero no sabía como les iba a explicar aquello, toma su celular y le escribe a Robert, era el único número que conservaba, Robert estaba viviendo en Madrid.
Quince minutos después le entra una llamada. Ella contesta.
-Hola Allison que le paso a mi hermano? - le pregunta Marcos preocupado.
—Marcos, lo siento mucho,— llora.. —Joseph está en sala de cirugía por un disparo en su espalda.
Allison no podía ni hablar, estaba avergonzada, se culpaba por todo.
—Allison voy a tomar el primer vuelo!, el viaje es largo, por favor mantenme al tanto de todo! Y cuelga.
—Doctora! —se acerca un médico —Vamos a revisarte esas heridas mira como estas tienes un golpe en la mejilla y tu ojo derecho tiene sangre. Ven conmigo tienes muchos golpes que debemos tratar.
—No, gracias, estoy bien, de verdad estoy bien. El medico comprende y sale hacer su ronda.
El pasar de las horas eran intensa, Allison caminaba de un lugar a otro y la ansiedad la estaba matando, una alarma roja en sala de cirugía la hace pensar lo peor Joseph sufría un paro cardiaco y lo estaban reanimando, otros médicos entraron a la sala. Ella se puso a rezar para que él reaccionara.
No tuvo fuerzas para enfrentar ese caso, se sintió impotente, los nervios no le dieron para entrar al quirófano reanimarlo y decirle en su cara que no se podía morir.
La alarma se desactiva, nuevamente Todo queda bajo control, después de tres horas la cirugía termina, sus colegas salen y le dan la noticia que casi lo perdían, pero pudieron estabilizarlo, y le sacaron la bala.
Se abre la puerta y sale la camilla donde llevan a Joseph.
La enfermera le dice que lo van a llevar a cuidados intensivos para su recuperación y monitoreo constante, Allison la sigue.
—Doctora Allison! porque no se da un baño y se cambia de ropa, en ese estado no puede entrar en sala de UCI—si quiere acompañar al paciente debe asearse.
—Si, gracias, Ana, en un momento vuelvo.
Allison baja a los cubículos de los médicos, encontró algo de ropa guardado en su cajón. Se da una ducha rápida, se cambia y luego sube, no quería separase de Joseph, había solicitado permiso en el hospital para cuidarlo hasta que despertara o hasta que llegará Marcos, ya que no tenía un cuidador.
Entrando a la habitación, vio a Joseph vulnerable, conectado a muchas máquinas y cables, el monitor marcaba unos signos vitales débiles, su respiración se mantenía con una máscara de oxígeno. El completamente inconsciente, pero era maravilloso que estuviera vivo, se decía ella, y confiaba que se iba a recuperar, tenía muchas preguntas que hacerle y no se iba a mover de allí, hasta que no despertara.