Los dos hermanos bajaron del auto despidiéndose de su padre antes de entrar a la escuela. Dafne se separó de su hermano y decidió hablar con su grupo de amigos.
-¡Hola! -La saludaron todos a ella.
-¿Cómo están? -Les hablo ella sonriente.
-Muy bien -le respondió su mejor amiga María.
-¿Dónde estabas? que casi llegas tarde -Lucio se acercó.
-Mi hermano se ha retrasado un poco, pero hemos logrado llegar.
Justo en ese momento Máximo también habla con su grupo de amigos también.
-¡Qué tal! -saludo Máximo al llegar con todo.
-¡Máximo! -se juntaron todos- ¿Porque has venido tarde? -le preguntaron ellos al ver que casi tocaban la campana.
-Ha sido por poco y es que mi hermana se ha retrasado un poco. Bueno ¿has terminado la tarea? -siguieron ellos platicando.
La verdad era que ninguno de los dos hermanos habían contado la verdad y es que los dos se habían quedado dormidos ya que ninguno de los dos se durmió temprano por quedarse jugando.
-¡Clase! -llamó la atención la maestra- ¡ha sentarse todos!
Todos los alumnos le hicieron caso sentándose cada uno en su lugar y empezando a sacar todo lo necesario para comenzar con su primera clase. Los mellizos tomaron sus clases como normalmente lo hacen.
No ocurrió nada más interesante que en la hora de comida que descubrieron que volvieron los días de pizza.
Al terminar el día tan solo se quedaron hablando con sus compañeros de cosas triviales, aunque no tardó mucho su padre en ir a traerlos, ellos al verlo no dudaron en despedirse de sus compañeros y subirse al auto.
-Este no es el camino -habló luego de minutos Máximo mientras miraba el camino por la ventana del auto.
-Exacto, -confirmó su padre- normalmente su madre los cuida en estos casos, pero esta vez no puede así que hoy los llevaré a mi trabajo.
-¡¿En serio?! -Gritaron sorprendidos los mellizos desde los asientos detrás del auto.
-Si -dijo sonriente su padre.
-¡Si! -Emocionados alzaron las manos.
Los hermanos nunca habían ido al trabajo de su padre, él siempre les decía que no podían ir porque eran muy pequeños, pero al parecer las circunstancias les favorece esta vez y por fin podrán conocer el misterioso no tan misterioso trabajo de su padre.
Ellos saben que su padre trabajaba para hacer películas, incluso lo han visto en esos anuncios de la televisión y los grandes letreros por la calle, inclusive muchas personas le pedían fotos a su padre, pero nunca han podido ver cómo era su trabajo como tal.
Está era una oportunidad muy emocionante.
Al cabo de minutos los tres llegaron a un lugar extraño. Su padre le habló al policía que estaba vigilando este lugar detrás de las rejas, el policía le sonrió a su padre y abrió las puertas de las rejas.
Este lugar era curioso, tenía edificios muy grandes, pero estaban totalmente cerrados. Ellos pasaron en auto delante de todos estos edificios hasta que su padre se estacionó delante del edificio que estaba buscando, el J17.
Los tres bajaron aunque solo los mellizos bajaron sorprendidos y con curiosidad su padre tan solo bajó con el teléfono enviando un mensaje al policía que vigilaba por dentro para que les pudiera abrir la puerta.
Tan solo segundos después se abrieron las puertas que pasarían del tamaño de una casa. Su padre les tomó las manos y los guió dentro del edificio, había muchísimas personas, unas transportando materiales y otras cámaras.
¿Qué era todo lo que veían? Se preguntaron los hermanos.
Su padre se detuvo en un lugar en el cual parecía una casa rodante en donde él abrió la puerta y los dejó pasar.
-¡Flor! -gritó su padre alegremente.
-¡Al fin llegas! -dijo la chica pelirroja delante de ellos que era muy alta por cierto.
-¿Por qué lo dices así? No he llegado tarde -su padre se sentó en un sillón grande que estaba cerca de ellos y con las manos dio unos toquecitos al sillón indicandoles a sus hijos que se sentaran.
-¡Claro que sí! -dijo histérica Flor- Hoy tenemos prueba de vestuario y por lo visto te has olvidado de eso -su padre se encogió de hombros lo que le molesto a Flor.
-Niños -les habló su padre y los mellizos lo voltearon a ver- ella es Flor mi manager, es la que se encarga que conseguir que pueda aparecer en muchas películas.
-¡Hola! -dijeron los dos al mismo tiempo.
-¿Ellos son tus hijos? -Flor dijo sorprendida mientras se acercaba a los hermanos- Si que los ha tenido oculto su padre, son muy tranquilos.
-Delante de tí -murmuró su padre y los mellizos lo voltearon a ver, pero siguió hablando Flor.
-Bien ¿Qué hacen aquí? -dijo curiosa Flor.
-Ji-Yu sigue de viaje -le informó su padre a ella- hoy se van a quedar a ver.
-Debo de agradecerle más tarde a Ji-Yu por salir de viaje -quito la vista de los mellizos y volteo a ver a su padre- porque si no fuera por eso no me los presentas nunca -le dijo rencorosa- ¡Vamos! Ya es tarde -salió del lugar seguido de los mellizos y su padre.
Los dos pasaron viendo curiosos todo lo que había, como era que a su padre le probaban muchas, pero muchas prendas de ropa de distintos colores. Luego pasaron a ver a su padre en una parte de la ciudad en donde comenzó a fingir que leía un libro y paseaba muy tranquilamente.
Vieron muchas más escenas que grababa su padre mientras varias personas lo seguían con varias cámaras, no solo las personas que grababan la película si no que personas detrás de la cuerda de no pasar.
Aunque no hicieron nada más que ver lo que hacían los adultos se divirtieron bastante y terminaron agotados que se quedaron dormidos en al auto de regreso a casa. Al llegar comieron su cena y llamaron a su madre quien estuvo muy feliz de verlos después de muchos días.