El día era lluvioso, ¿Quién podría pensar qué algo malo sucedería?
Me termine de arreglar para poder ir luego al colegio como todos los días.
La primer cara que me encontré al bajar las escaleras fue la de mi padre que se encontraba triste y con los ojos como cristales.
- Papá ¿Qué sucede?- pregunté
- Tengo algo importante que hablar contigo Dakota
Sentí que las cosas no estaban bien. Decidí abrazar el cuerpo de mi padre que parecía estar agotado ya.
- Verás Dakota, hoy llegué al acuerdo con tú madre que nos vamos a separar. Las cosas ya no son como antes y no tiene caso que esto siga afectando nuestra relación- explicó
- Es verdad. La relación que llevas con mamá ya no es la mejor - contesté
- Me alegro que entiendas. Se que esto te duele tanto como a mí, pero ya esta decidido.
- Yo apoyaré a los dos. Sabes que los amo, pero no puedo intervenir en sus vidas.
Mi padre asintió - Sí, pero he acordado con ella que te quedarás a vivir conmigo - explicó
No es que mi madre fuera mala. Simplemente mantenía una vida de modelo y no tenía tiempo para nosotros.
- Acepto.
- Será bueno hija,ya verás que pasar tiempo conmigo no es tan malo.
En el fondo me dolía todo lo acontecido.
Mi padre tenía una casa en España, se supone que viviríamos ahí. Yo no quería dejar a mis amigos, mis profesores y esa vida de ciudad que estaba acostumbrada.
Algo me saco de mis pensamientos...
- Dakota, ya sabes que vamos a vivir en España ¿Supongo que no tienes problema con eso, verdad?
- No lo tengo, pero ¿Mis amigos?- pregunté
- Ellos dejarán de ser importantes tarde o temprano dakota - dijo.
- No padre, No son cualquier cosa -dije molesta.
- Ya te darás cuenta que sí.
No estaba de acuerdo con su punto de vista, se supone que los amigos nunca te olvidan. Bueno, eso quería creer...
Mis amigos y yo solíamos estar siempre juntos, los clásicos chicos que tienen un círculo determinado de amigos, aunque ese círculo parecía más de todos contra todos, yo salía con otros chicos diferentes.
Editado: 28.07.2019