Había llegado temprano a mi segundo día de clase. Claro que yo siempre solía ser puntual.
Era del tipo de chicas que en ocasiones se mata en la escuela pero igual Le gusta la fiesta, para todo hay momentos y lugares correctos.
Estuve pensando muchas cosas mientras esperaba que lo demás estudiantes llegarán y principalmente el profesor.
Mi primer clase del día martes era filosofía, muchos decían que el profesor era muy joven y guapo.
Yo no sabía nada de eso ya que nunca antes lo había visto.
Levanté la mirada justo cuando alguien entró y todas las chicas empezaron a murmurar cosas.
Era Dan, tan guapo, lindo y con esos ojos tan hermosos, sus labios perfectos, en realidad todo estaba perfecto en él.
Solamente miró a todas las chicas con cara De molestia y después me miró a mí con una sonrisa burlona
- ¿Qué me miras? - dijo
- ehh, nada. - respondí
- Tengo en cuenta que soy guapo pero debes dejar de ser tan obvia. Las chicas como tú me parecen fáciles y la mayoría lo son. - contestó
Eso dolió, como sabía que todas las chicas teníamos que ser fáciles.
Entonces decidí insultarle de la misma manera.
- y los chicos como tú me parecen una pérdida de tiempo, no entiendo como tanta basura puede vivir. - contesté
- Se que te gusto Dakota
- ¿Cómo sabes mi nombre?
- Deuce lo dijo. No te Emociones mucho, no eres mi tipo - replicó
- Lo que digas - respondí con una sonrisa
Dan solamente se me quedaba mirando toda la clase.
Por otra parte no sabía si debería mirarlo yo también. Me resultaba lindo poder mirarlo pero era muy necio y grosero.
En cuanto menos lo esperaba la clase había terminado
Salí del salón de clase para poder comer algo.
- Dakota - dijo Dan
- ¿Qué? - grité
- Quería decirte que Deuce quiere que te sientes con nosotros
- ¿ Nosotros? - pregunté
- Sí. Deuce, Gaby y yo - dijo
- ¿Tú? - pregunté
- Eres muy tonta - respondió
Inmediatamente se fue ni siquiera pude responderle algo peor que lo que me dijo.
Fui a la cafetería a buscar a los demás
Pero para mi sorpresa solamente estaba Dan tomando un capuchino.
Lo miré y me dí cuenta que por alguna razón me había pedido inconscientemente que viniera.
- ¿Y lo otros? - pregunté confundida
- Bueno parece que no van a venir - sonrió malévolo.
- Bueno ya me voy - dije
- Seguro que no te quedas - me miró
- ¿Quieres qué me quede? - dije
- Sinceramente no te voy a obligar puedes quedarte y de igual forma puedes irte - dijo con sarcasmo
Su mirada era bastante intimidante.
- ¿Siempre eres así? - pregunté
- Con extraños sí. ¿Debería ser de otra manera? - dijo
- Es cosa tuya - dije
No quería irme. Ese chico era muy guapo y su mirada parecía sinceramente perfecta, Pero una chica no debería rogarle a un chico que siempre ha sido mujeriego.
Salí de la cafetería y me fui a casa
Necesitaba saber que Le sucedía a ese hombre en la cabeza.
Editado: 28.07.2019