[Una vez que terminó la llamada con el cliente, vino a su mente la imagen de Hoa del día anterior después de su altercado con Verónica, él le dijo:
–Lamento mucho que se haya visto envuelta en este tipo de situaciones por mi culpa, hablé con ella hace poco y no imaginé que se atrevería a volver aquí.
–No se preocupe y no se culpe señor Davis, por el contrario, le doy las gracias por intervenir, realmente espero que sea la última vez que la veo, aunque advertiré a mi seguridad para que no le permitan la entrada nunca más.
–Yo venía a decirle que me había reunido con ella y que no volvería a molestarla, realmente es una persona sin limitaciones en sus malas acciones, me alegra mucho haber llegado en el momento justo, ¿cómo puedo indemnizarle este mal rato?
–Yo también me alegro de su presencia y no necesita compensarme, solo fue un mal rato, un malentendido por parte de ella con respecto a usted y yo. Oh perdone mi descortesía, ¿le puedo ofrecer algo?
–No, muchas gracias, ya debo volver con mis hijos. Ciertamente fue un malentendido de parte de la señorita Robles –confirmó Gaspar secamente–. Buenas noches señorita Smith.
–Puede decirme Hoa.
Gaspar no respondió por temor a ese acercamiento, si comenzaba a llamarla Hoa y a tutearla no podría evitar robarle un beso.
–Bueno, si me disculpa, debo verificar algunas cosas en la cocina –indicó Hoa ante su silencio.
–Adelante –dijo Gaspar haciéndose a un lado–, yo me retiro. –Con una leve inclinación de cabeza, giró y se dirigió a la salida.
–Adiós señor Davis, por favor dele mis saludos a Dafne y a sus hijos.
–Lo haré con gusto, gracias –respondió deteniéndose levemente.
Cuando Gaspar se retiró, en el automóvil pensaba en que la tuvo tan cerca que pudo aspirar su perfume floral, afortunadamente llegó en un momento justo para intervenir y evitar que Verónica le hiciera algo más que solo espetar frases hirientes, se alegraba enormemente de no haberle dedicado más atención a esa inestable mujer porque su obsesión hubiera rayado en lo peligroso. Ahora se sentía diferente con respecto a Hoa y no le interesaba mucho definir eso porque sabía la respuesta, en ese momento optó por salir rápidamente del restaurante y regresar a su casa a compartir con sus hijos.]
***
[Hoa también recordaba la intervención de Gaspar contra esa mujer, así como la conversación entre ellos, la nostalgia con la que contempló su esbelta figura alejándose y el profundo suspiro que se le escapó. Luego de eso se dirigió a la cocina, prácticamente huyendo de ese magnífico ejemplar masculino, porque cada vez que lo tenía cerca, temía con mucha convicción, que él oyera los latidos de su corazón por lo fuerte que este bombeaba ante su imponente presencia. Fue una montaña rusa esa conversación, subió porque la defendió y aclaró que no tenía nada con la mujer fatal, pero casi enseguida bajó de golpe al confirmarle que fue un malentendido de esa rubia teñida porque obviamente no había nada entre ella y él.]
***
[El lunes siguiente al terminar la jornada, Gaspar regresó a su mansión y encontró a sus hijos concentrados en un juego de mesa con sus niñeras y Dafne, en pocos días ella se había convertido en la compañera ideal para su hija, él siempre observaba la conducta de ambas y estaba muy complacido, se hizo notar y estos corrieron a saludarlo, siempre los chicos se trepaban por sus piernas, mientras él cargaba a Aitana para que lo cubriera de besos condimentados con cualquier cosa que estuviera comiendo o bebiendo en ese momento, esta vez le tocó chocolate por la bebida que estaba tomando justo cuando él llegó.
Dafne lo miraba enternecida, ese hombre allí con sus hijos distaba mucho del que describían en los periódicos y revistas cada vez que hablaban de empresarios muy ricos y exitosos, pero fríos como témpanos de hielo, ella tendría una muy buena exclusiva si le interesara divulgar cómo era Gaspar Davis en la intimidad de su hogar, al menos con sus hijos, porque con el personal si era serio y distante, aunque los trataba a todos con amabilidad y respeto.
Él fue a cambiarse y al rato regresó con el cabello un poco húmedo y despeinado; vestido con mono deportivo y una playera que se ajustaba a su torso descubriendo lo definido que tenía los músculos de brazos y abdomen, Dafne moría por tomarle una foto y enviársela a su amiga Hoa, pero temía que si él se daba cuenta seguramente la enterraba en el patio y nunca más se sabría de ella, Gaspar Davis se sentó en el piso con sus hijos por lo que ella aprovechó para salir con las niñeras e ir a la cocina a llevar los restos de la merienda que habían tomado. En todo caso una de las reglas de la casa y que seguían todas las niñeras y ella también, era que, al llegar el señor, él se encargaba de los niños: jugaban, conversaban, revisaba deberes, los bajaba al comedor para cenar, luego los bañaba y vestía para dormir, les leía y los acompañaba hasta que estaban rendidos; todas las mujeres del personal comentaban que era un ejemplo de padre, nunca estaba cansado para ellos, ni siquiera en la época en la que viajaba semanalmente, al regresar apenas soltaba el equipaje se disponía a compartir con sus hijos, aunque quisieran correr en el patio o jugar a la pelota. Las más jóvenes suspiraban cuando lo veían en la piscina y bromeaban con ella al decirle que se preparara, porque la primera vez que lo observara en traje de baño se iba a desmayar.]
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Editado: 22.05.2024