[Hoa abrió los ojos y sonrió al recordar todo lo que le expresó Gaspar la noche anterior, sus besos necesitados y demandantes, sus palabras dichas con su voz tan varonil que la llevaron a niveles de excitación desconocidos para ella, la hizo sentirse tan osada y audaz, que se reveló ante él como una mujer apasionada que no reconocía.
Aún sentía la calidez de su boca en cada centímetro de su piel, todavía se encendía el calor en su centro reclamándolo, le pidió que no se contuviera y que le demostrara todo lo que ella le hacía sentir, fue salvaje y delicado, no sabría describirlo bien, pero ansiaba repetirlo.
Se movió lentamente porque necesitaba levantarse, entonces sintió que el clavaba sus dedos en su cadera, reteniéndola pegada a él, alzo la cara para verlo y se extasió ante su rostro tan bien delineado, quiso tocarlo, pero temía despertarlo, él aún tenía los ojos cerrados y respiraba calmado, de pronto esbozó una sonrisa y ella le preguntó:
–¿Desde cuando estás despierto?
–Desde hace bastante rato, estuve observando tus curvas desnudas y antes de atacarte como un pervertido, preferí cerrar los ojos y concentrarme en respirar lentamente, hasta que sentí tu suave movimiento.
Él giró para arroparla totalmente con sus brazos, ella se sentía diminuta contra su torso desnudo y atrapada con sus musculosas piernas, pero tenía que ser fuerte, necesitaba levantarse así que inició una batalla que presintió perdida cuando Gaspar buscó su boca y le hizo el amor con su lengua, volvió a perder la cabeza convirtiéndose en dinamita explosiva ante el fuego que él le brindaba.
Cuando Hoa cayó rendida sobre él, Gaspar se sentó en la cama sin salir de su interior, se levantó y sujetándola por su espalda y glúteos, caminó con ella hacia el baño:
–¿Qué haces?
–Vamos a bañarnos, debemos ir a trabajar y ya es tarde.
–Eres un cínico, ¿sabías? –comentó riendo.
Cuando bajaron a desayunar ya los niños se habían ido a su colegio se miraron sonriendo con complicidad y al terminar cada uno se dirigió a su lugar de trabajo después de despedirse con un apasionado beso, que hizo suspirar a las empleadas que los veían desde la ventana de la cocina.]
***
[Hoa se disponía a entrar a su restaurante cuando Fionna llamó su atención desde la entrada de un local contiguo al suyo, estaba vestida al descuido, usaba una gorra tratando de ocultar su cabello, aunque algunos mechones rubios se escapaban, y usaba unos grandes lentes muy oscuros, Hoa se sobresaltó y enseguida fue protegida por Rodrigo quién miraba desafiante a la mujer que quería acercarse a Hoa.
–Hola por favor, solo quiero saber de mis hijos le dijo con voz llorosa y suplicante.
–Ellos están bien.
–Te ruego que me ayudes a recuperarlos, sé que tú no estarías de acuerdo en separar a una madre de sus hijos.
–Pero tú los abandonaste.
–No te imaginas el infierno que pasé, el hombre en quien creí al final no los quería con él, me amenazó y tuve que ceder a sus deseos.
–¿Por qué no regresaste antes?
–Al llegar me quitó todos mis documentos, me sometió rudamente y no tenía voluntad de nada, al fin se unió a otra mujer y me desechó, solo así me dejó, viví en la calle un tiempo hasta que encontré almas caritativas que me ayudaron a volver aquí.
Fionna observaba atentamente el rostro de Hoa y al ver que su mirada cambio a una compasiva, hizo su jugada del momento.
–Solo necesito saber que están bien, estoy resignada al desprecio y odio de Gaspar, pero tú como mujer, ¿podrías entender lo que estoy sufriendo lejos de mis hijos?
–Ya te dije que están bien –dijo Hoa aun con algo de resistencia.
–Si vengo cada tanto, ¿me hablarás de ellos?, por favor.
–Está bien.
–Gracias y perdón por aparecer así.
Fionna dio media vuelta y se alejó sonriendo con malicia, por hoy ya había cumplido su cometido con la perra, tenía una cosa más por hacer y al terminarla regresó al hotel. Volvió a entrar a su habitación por la ventana que había utilizado para salir sin ser vista por el hombre que había apostado Octavio en su puerta, su rostro demostraba el triunfo que había obtenido ese día.]
***
– “Buenos días Layton, ¿qué lo trae por aquí?
–El comisionado está pisándole los talones a mi capitán por lo del rescate, no se cree que en tan poco tiempo hayamos podido resolver el caso, ordenó revisión de los cadáveres y se reportará que las municiones usadas no se parecen ni por lejos a las de nuestra fuerza policial.
–Tendré que hablar con él, entonces.
–Uno de los muertos tenía un aspecto muy excéntrico, con varias cadenas y dentadura dorada, creo que podría ser el líder.
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papa soltero, historia familiar con rasgos de humor., familia contemporánea
Editado: 22.05.2024