En los siguientes minutos se desató un infierno dentro del restaurante, me arrodillé en el piso tratando de cubrir con mi cuerpo a mis hijos, en un momento traté de buscar con la mirada a Gaspar y a Bastián, me angustió mucho no localizarlos, varios hombres de uniforme militar nos rodearon y cada uno tomó a un niño, otro me tomó por los hombros, cubrió con su mano mi rostro y nos sacaron de allí, cuando vi la calle rompí en llanto, Aitana, Archer, Adhara, Gadiel y yo estábamos afuera.
Mauricio y el agente Layton se acercaron a mí, pero yo no quitaba la vista de la puerta del restaurante, Gaspar y Bastián no salían. Por el lugar donde salimos, vi a los padres de Dafne ellos traían a sus hijas, también venía Dania con sus tres pequeños, luego otras personas, al fin salió Lucio en brazos de dos escoltas, con Dafne y el bebé Luciano, él estaba muy pálido, había perdido mucha sangre porque la bala le perforó la femoral.
Lo trasladaron de inmediato a la clínica, mis suegros llegaron y me aferré a ellos temblando, Octavio salió y traía apoyado en sus hombros a Bastián, también estaba herido, grité asustada al ver sangre en su traje, pero él mismo me dijo que no le dolía tanto, lo subieron a otra ambulancia y sus abuelos se fueron con él. Gaspar salió y cuando vi su rostro golpeado me sentí desfallecer.
***
Yo estaba atento a cualquier señal que me indicara de que nuestros equipos nos rescatarían, percibí un movimiento en una puerta y supe que estaba a punto de iniciar la acción de rescate, me preparé mentalmente fijando mi atención en Hoa y los niños, así como en la posición de Bastián, me fui acercando a él lentamente hasta ubicarme a pocos pasos de mi hijo.
En ese momento extrañamente pensé en que Hoa debe entrenarse mucho más en defensa personal, porque al ser hombres, todos nuestros guardaespaldas, se encontraban cerca de Bastián y de mí, pero mi esposa y mis hijos pequeños estaban desamparados y eso me volvía loco.
En medio de mis pensamientos alguien ordenó que nos lanzáramos al piso y comenzó el ataque, todo se volvió un caos de gritos, fogonazos y ruido de disparos, Roccio caminaba hacía donde estaba Hoa y sin pensarlo me le fui encima, caímos los dos y el perdió el arma, comencé a golpearlo, pero uno de sus hombres me derribó, forcejeamos y de pronto Roccio gritó que me detuviera o le dispararía a Bastián.
Ya lo tenía agarrado por un brazo, mi hijo hizo un rápido movimiento librándose de él y corrió alejándose, pero el desgraciado le disparó, Bastián cayó de rodillas y me cegué, pasó un rato cuando sentí que Rodrigo me tocaba:
–Ya jefe, lo tenemos cubierto, suéltelo. Salgamos de aquí.
–Mi hijo Bastián, ese bastardo le disparó.
–Lo hirió en el hombro, ya Octavio lo sacó para que lo atiendan. Vamos
Al estar fuera del local el primer rostro que vi fue el de Hoa, me acerqué a ella, la besé desesperado y abracé a mis hijos, subimos a la camioneta y pedí que nos llevaran a la clínica adonde habían trasladado a Bastián, Hoa me explicó que mis padres lo estaban acompañando, por lo que me quedé un poco más tranquilo.
Ya en la clínica mi padre nos dijo que Bastián tenía una herida limpia en el hombro, en el sentido de que entró y salió sin afectar hueso, músculo o nervio alguno, ya lo habían suturado y solo esperaban que descansara un poco ya que le aplicaron un sedante suave para atenderlo sin mucha molestia, por orden de mi madre.
Lucio estaban en quirófano aun, Roccio le causó bastante daño con su disparo, Octavio hablaba con su equipo por teléfono y lo escuché ordenar que buscaran a los dueños del restaurante, porque si bien estaban al principio de la celebración, en un momento desaparecieron y no se encontraban entre los rehenes.
Aitana, Archer y Adhara, generalmente tan parlanchines, se sentaron muy juntos, tomados de las manos, con la cabeza abajo y ninguno hablaba, esa imagen me desgarró. Hoa se acercó a mí con Gadiel en brazos y la abracé por la espalda apoyando mi lastimado rostro en su hombro.
–Deberías ir a que te revisen la cara, estás muy golpeado.
–En un momento iré, porque me está doliendo el pómulo derecho, pero debieras ver como quedó el tal Roccio.
–¿Fue con él que peleaste?
–Sí, vi todo negro cuando le disparó a Bastián.
–¡Ay Dios!, no quiero ni imaginármelo, ¿qué pasó con ese hombre?
–No sé, le preguntaré a Octavio. ¡Hey!, Octavio, ¿qué hicieron con Roccio?
–Mauricio se lo dio a los hombres de su hermano. Sabes que él trabaja para los Bataglinni.
–Te oí preguntando por los dueños del restaurante, son familia de la enfermera amiga de Dafne, ¿no?
–Los mandé a investigar, no estaban cuando comenzó el secuestro y momentos antes habían recorrido muy amables cada mesa, así que, se escondieron o sabían lo que pasaría, ellos mismos nos responderán.
–¿Y la enfermera? –preguntó Hoa.
–La están buscando, hoy no fue al hospital donde tenía guardia.
–Preciosa, quiero que te entrenes en defensa personal, hoy me sentía impotente al tenerte lejos con todos los guardaespaldas de mi lado y tu sola con los niños.
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Editado: 22.05.2024