Introducción:

En mi historia, dos pilares esenciales de mi existencia me fallaron: el amor de mi vida y una amiga cercana. Y no solo me fallaron, sino que lo hicieron en nombre del amor. Es una historia que todavía me estremece al recordarla, pero también una que fortaleció mi realidad.

No sé cuántas veces he repasado mentalmente esos momentos, tratando de comprender cómo algo tan hermoso como el amor y tan sólido como la amistad pudieron desmoronarse frente a mis ojos. Pero aquí estoy, lista para contar mi historia, en primera persona, sin miedo a exponer mis vulnerabilidades y aprender de ellas.

El amor de mi vida, aquel que creí destinado a ser mi compañero en el viaje de la vida, se desvaneció como un sueño efímero. Y lo que es peor, lo hizo dejando un rastro de dolor y confusión que aún se siente como un nudo en mi garganta.

Y luego está ella, mi amiga de tantos años, cuya traición fue un golpe tan duro como una bofetada inesperada. Nunca imaginé que el mismo amor que nos unió pudiera convertirse en el catalizador de nuestra separación.

Pero en medio de la desilusión y el desamor, descubrí una verdad fundamental: el amor y la amistad no deberían destrozar nuestras vidas, sino enriquecerlas. Aprendí a aceptar la realidad tal como es, a enfrentar las pérdidas con valentía y a permitirme seguir adelante, sin dejar que el peso del pasado me arrastre.

Esta es mi historia, una historia de amor y desamor, de amistad y ruptura, pero sobre todo, una historia de crecimiento y autodescubrimiento. Aunque el camino haya sido difícil, estoy lista para compartirlo, con la esperanza de que otros puedan encontrar consuelo y fortaleza en mi relato.