Me he equivocado ya muchas veces 2

Un día atareado

Ella se encontraba en una clase de resistencia, en la que debía de dar todo de sí para lograr cumplir con su trabajo a tiempo viendo sólo como todo esto se fue acumulando en estos últimos días. Mientras que para los demás miraban que ella se mantenía calmada en esta situación e incluso le daba tiempo de poder ayudarlos y explicarles cualquier problema que tuvieran con su trabajo, ella en realidad sentía desmoronarse en cualquier momento.

 

Aquellos novatos que estaban a su cargo, no podían siquiera pensar en una forma de lograr conseguir lo mismo que ella hacía, toda aquella confianza en que podrán salir adelante mientras ella esté cerca a ellos les hacía cada vez tratar de dar lo mejor de sí con el afán de alcanzar una meta que se habían trazado.  Esta meta que parecía estar tan lejos de ellos, también era lo que les motivaba a continuar avanzando con un paso firme hacía un posible futuro.

 

Ella, aunque no se había dado cuenta en qué momento empezaron a admirarla y tomarla también como una meta y ejemplo a seguir, sólo podía mantenerse en un solo pensar “¿Qué es lo que estoy haciendo ahora?” no puedo asegurar que este sea su motivo de vivir, puesto que todo es mucho más profundo de lo que aparenta. Tratando de mantener una apariencia para los demás, en su interior no podía siquiera quitarse el pasado. Aquel pesado ayer aún no la deja ir, pero esto es lo que llegaba a darle fuerzas para seguir. En este momento, aunque ocultara todo esto en lo más profundo de su ser, los días en que los recuerdos regresaban una y otra vez al igual que la esperanza de poder conseguir aquello por lo que sigue esperando, podría ser lo único que le queda.

 

Mientras se encuentra dando lo mejor de sí por lograr superar todos estos obstáculos, una pesada cadena se mantenía atada a ella tratando de evitar que avance. Aquello que le hacía poder dar un paso a la vez a pesar de todo, podría ser el mismo motivo que la mantenía atada y no la dejaba avanzar con tanta facilidad.

 

En este momento, mientras miraba un documento tras otro, se ponía una y otra vez a revisar con un pensar un poco más idealista y perfeccionista. Ella pensaba, mientras iba leyendo lo más rápido que le era posible sin perder casi cada detalle que encontraba en ellos – esto parece estar bien, pero no puedo dejar de pensar que últimamente todo se ha vuelto demasiado conveniente en el caso de los informes, pero como que algo está mal en todo esto. Como si ya hubiera más especialista en cada sección, pero no creo que ese sea el caso. Sólo espero que esto no sea sólo por un momento y después haya algún declive – se recostó en el respaldo de su asiento mientras miraba hacía el foco que encima de ella mientras seguía pensando – no puedo con todo esto, si todo empieza a mejorar, eso puede significar algo bueno, pero… me pregunto si siquiera seré capaz de lograr obtener algún momento donde pueda mejorar todo lo que he estado haciendo. No puedo entender cómo es que lo hacías. Siempre aparecías con algo nuevo que mostrarme, nunca logré alcanzarte en lo más mínimo, todo se ha vuelto en esto – con un pequeño suspiro, ella apretó un poco aquellas hojas en sus manos. Dejando las hojas nuevamente en su escritorio, se levantó y se dirigió directamente a tomar un poco de aire, aprovechando su hora de almuerzo que había comenzado. Con su cartera que nunca dejaba y se había convertido en su más fiel amiga al estar con ella en todas partes y casi nunca verla dejarlo lejos de ella a menos que fuera necesario, parecía no ser algo de lujo ni a la moda, sino que era más simple, de un color celeste y que se veía un poco vieja.

 

Ella no había querido cambiar para nada aquella cartera, puesto que en sí mismo llevaba una historia dentro de la misma, por lo que el cambiarla por otra no era algo que se pudiera razonar. En varias ocasiones hubo más de algún compañero o compañera que le regalaron una nueva cartera un poco más hermosa que la de ella, pero eso no fue suficiente como para hacer que ella dejara aquella cartera en lo absoluto.

 

Ella, mientras caminaba, veía como varios compañeros pasaban riendo mientras platicaban. Tratando de ponerle importancia, se dirigió hasta un comedor para comprar su almuerzo. Conforme llegaba hasta ese lugar, empezó a ver como varios estudiantes pasaban de un lado a otro. Todos parecían estar viviendo sus propias vidas de diferentes maneras, mientras algunos parecían ser muy sociables, otros parecían ser muy solitarios.

 

Entre cada uno de los que pasaban vio a varios amigos como platicaban, eso le hizo pensar – el verlos, me hace recordar que yo también era así cuando estudiaba, quizás no prestaba atención a varias cosas e ignoraba muchas veces más de algún compañero o lo que debería de haber hecho en esa ocasión. Pero… creo que fue divertido – sonrió y al cabo de unos minutos llegó al comedor.

 

Tomando asiento, espero a que la atendieran para pedir a la mesera un almuerzo del día y un poco de agua para tomar mientras esperaba su comida. La sirvienta, apuntando lo que ella le había pedido, se retiró. Ella, colocando su cartera sobre sus piernas, miró atentamente que el lugar parecía estar alegre. Al cabo de unos minutos, la mesera regresó con el vaso de agua que había pedido.

 

Mientras tomaba lentamente, se dio cuenta que había algunas parejas en ese lugar. El ver lo ingenuas que eran o como es que el otro no se daba cuenta de lo que le quería dar a entender la otra parte, empezó a sumergirse en sus pensamientos – ja, quien diría que uno puede ser tan despistado como para no entender lo que empieza a suceder a nuestro alrededor. Si tan sólo hubiera entendido aquellas señales que me dabas al principio, tal vez todo hubiera sido diferente ¿No? Aunque al final creo que eso no cambiaría en lo absoluto el resultado, puesto que el destino puede ser un poco caprichoso al no querer que todo siguiera como antes. Pero sabes, tú también eras un completo idiota, no sé como pudiste ser tan estúpido como para dejar ir el tiempo y enfrentarte hasta después a esta situación, si hubieras sido más valiente, quizás… sólo quizás puede que te hubiera dicho que sí ¿o no? No lo sé en realidad, mi ingenua yo de ese tiempo habría terminado cayendo en la misma trampa por si sola. Sólo puedo recordar que esa vez, era un día laborioso, habíamos estado aumentando las ventas y la expansión de la empresa sucedió de tal forma que casi ni tiempo nos quedaba para poder tomar un respiro, pero no podía siquiera comprender como era que podías ser capaz de resistir algo como eso. Esto segura que en ese momento hubiera colapsado en cualquier momento y de seguro que no habría logrado lo que hiciste en esa ocasión. Sólo recordar algo como eso me hace sentir que todo lo que pensaba de ti puede que sea más de lo que eras en realidad. Yo, como una novata en todo sentido, sólo te miraba mientras escribía mis informes y trataba de vender. De verdad, jaja, el personal era tan poco que no éramos suficientes como para poder mantenernos al día con todas las cosas que pedía la empresa. Sería completamente un gran desafío el que nos enfrentamos en ese entonces. Mientras los demás seguían tratando de mantenerse en su propia área, tu tratabas de aligerar lo más que te fuera posible la carga de los demás para evitar que nadie se quedara atrás y que todo saliera tal y como debía de ser. De verdad, en ese momento no sabía que pensar si es que eras un completo genio o eras sólo un lunático que estaba tratando de lograr lo imposible por tu propia cuenta… – la mesera llegó con su comida que era un plato de pepián, una canasta que contenía tres tortillas y un vaso de café.



#10330 en Otros

En el texto hay: recuerdos

Editado: 30.08.2022

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