Me perteneces

Capítulo 10

Al llegar a la escuela muy temprano por la mañana, todos mis compañeros han querido hablar conmigo, me han dicho que están felices de verme, me han preguntado qué fue lo que sucedió, que como me salvé y mil y un preguntas más.

Daniela ha estado muy feliz disfrutando de la popularidad que todo esto le está trayendo al ser mi mejor amiga y sonríe de oreja a oreja prensándose de mi brazo con fascinación.

-Estoy cansada de responder idioteces, no voy a responder ni una sola pregunta más- sentencio, sin embargo Daniela sonríe.

-¿De verdad? ¿Y no responderías más preguntas a absolutamente nadie?- pregunta con picardía.

Suelto un suspiro.

-Sin rodeos Daniela, habla- le ordeno y ella suelta una risa.

-Bueno… El día de ayer hable con Nathan… Realmente he hablado con Nathan todos los días- asegura llamando mi atención- Ha estado muy preocupado por tu estado de salud, también me ha preguntado mil y un cosas raras respecto a ti- asegura y yo la miro boquiabierta.

Nathan me ha gustado desde que soy una niña, es el chico más popular y sexy de toda la escuela, sino es que de todo el pueblo… Que sea completamente humano, sin embargo nunca habíamos cruzado más de diez palabras, no al menos en una situación normal, aun así, vivo enamorada de él desde niña.

-¿Enserio?- pregunto emocionada mientras llegamos a la puerta de mi clase y ella guiña un ojo.

-Me ha dicho que quería ir a verte a tu casa para llevarte algún detalle- dice y me sonríe como cómplice mientras yo me sonrojo.

Creí... Creí que él no me notaba o me miraba siquiera.

-Esta clase la tengo con él que emoción- digo suspirando para tratar de tranquilizarme.

Daniela suspira, pone ambas manos sobre mis hombros y me mira fijamente a los ojos.

-Recuerda Violeta, hemos luchado por esta oportunidad toda la vida así que no la arruines, al menos una de nosotras tiene que saber lo que es tener a Nathan mínimo al menos su lengua en la garganta, así que no me falles ¿Ok?- pregunta con seriedad. Asiento con la cabeza- Ahora ve- dice dándome un empujón para entrar al salón mientras yo respiro agitadamente y la miro alejarse mientras me mira con seriedad y concentración.

Tomo mi lugar en la parte trasera del aula, un pupitre que comparto con una extraña pero linda chica.

Hoy me he vestido con unos jeans azul marino, una blusa de manga larga pero escotada y unas zapatillas bajas y cómodas para no forzar mi pie aun lastimado.

Ayer por la noche dormí como un bebé, sin embargo no pude dejar de soñar a Peter mirándome dormir y al siguiente día cuando encontré a mi madre llegando del trabajo, me informó que Peter acababa de irse y que había dormido en el sillón.

Miro con nerviosismo hacia el frente de la clase y mi estómago se vuelve un lío cuando veo aquella cabellera rubia brillante y alborotada caminar dentro del salón, con esa sonrisa dulce al saludar a todos a su paso, sin embargo cuando sus ojos se posan sobre mí, los abre con sorpresa y sin demorarse ni un segundo más, se sienta a mi lado sin invitación alguna.

Dios… He esperado esta oportunidad toda mi vida, no lo arruines Violeta, no lo arruines o Daniela va a asesinarte.

-Hola Violet- murmura a mi lado con aquella dulce y tierna voz que me hace sonreír al instante.

Odio que me digan así, sin embargo él puede decirme como se le dé la gana.

Nathan es alto, fornido, rubio y de ojos verdes, su hermoso cabello alborotado hace que más de un corazón se paralice y su sonrisa, provoca taquicardias incluso a algunas profesoras, sin embargo si lo comparamos con Peter… Nathan sería como un chico cualquiera.

-Hola- saludo amigablemente con una sonrisa tímida mientras él me mira ligeramente nervioso, incluso mira la mesa con una sonrisa mientras remueve sus dedos.

Es tan adorable… Nathan es un dulce y tierno niño hermoso.

Nathan me mira nuevamente, evalúa mi rostro y sus ojos se detienen sobre mi cuello y después sobre mis brazos que oculto con mis mangas largas, hasta que finalmente vuelven a mis ojos.

-Escuche lo que te sucedió- dice poniendo una mano en mi hombro tratando de darme apoyo torpemente- No… No vengo a hacerte preguntas estúpidas, lo juro, sé que debes estar harto de ellas- me dedica una pequeña sonrisa que le devuelvo- Solo quiero que sepas- se aclara la garganta- Qué si quieres hablar con alguien sobre lo que paso… O sobre cualquier otro tema en general, aquí estoy yo para todo- dice mirándome fijamente a los ojos- Para todo ¿Lo entiendes Violeta?- acentúa.




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