Ayleen.
Me removí incomoda porque sentía un enorme deseo de hacer el número unos pero algo me impedía salir de la cama.
Abrí mis ojos, baje mi vista hasta mi cintura y la sorpresa que me lleve fue inmensa al ver el brazo de Alán rodeando mi cintura.
¿Se habrá drogado?
Me pregunté a mi misma porque esa demostración no son propias de Alán.
—Alán.
Lo removí lentamente, pero eso no funciono porque seguía durmiendo como un oso.
—¡MONTERO DEL DIABLO, SUÉLTAME ANTES DE QUE ME ORINE EN LA MALDITA CAMA…!
Grite a todo pulmón y como era de esperar Alán abrió sus ojos.
—Yo no fui… no hice nada.
Rode mis ojos, y sin dudar me levanté de la cama.
¿Que rayos le pasaba a este idiota?
Entre al baño e inmediatamente me dirigí hacia el retrete. Me baje mi pijama en conjunto con las bragas y me sente en la tasa del retrete.
Momento antes de que la orina empezara a salir, Alán entro en el baño.
—Hoy por petición de tu padre tenemos que ir a la empresa.
—No me da la gana seguir las órdenes de mi padre, así que si tenias pensado obligarme lamento decir que tu plan se arruinó.
Alán hizo una mueca. Y poco después empezó a quitarse la parte superior de la pijama.
—¿Qué crees que haces?
—Es que, no ves que me estoy desnudando para bañarme.
—Me puedes decir que tipo de droga te metiste, porque el Alán que yo conozco ni en los sueños más alocados estaría actuando como lo estas haciendo.
—No necesito drogarme.
Alán se retiró la playera y yo abri mi boca en una o.
Al ver el perfecto cuerpo de mi esposo.
—¿Quieres seducirme? Porque si es lo que buscas lo estas logrando.
—¿Y si así fuera que? ¿Tienes algún problema con ello?
¿Donde ratos estaba mi esposo? porque este nuevo Alán lo desconocía por completo.
—Deja de tomarme el pelo Alán y dime que ratos te metiste.
Montero sonrió, para luego caminar hacia mi.
—No te estoy tomando el pelo esposa.
Después de estas palabras tomó mi rostro entre sus manos.
Contuve el aliento por un segundo al ver el rostro de él muy cerca del mío.
—¿Ayleen Salvatierra está
nerviosa? Ver para creer.
Omití las palabras, porque hablar se me había olvidado la tenerlo tan cerca de mi sin estar borracho.
Alán sonrió al ver que me había quedado sin palabras.
Y la sonrisa se hizo más grande cuando me escucho orinar.
Que vergüenza he pasado.
La pipi no puedo salir en otro momento… tenia alrededor de un minuto sentada en la tasa, esperando que salieran pero no… la condenada tuvo que salir cuando Alán acercó su rostro al mio.
Que perra es la vida.
Pero na'… a seguir adelante.
—Me meteré a bañar. -Alán verbalizo estas palabras y yo tomé fuerzas de dónde no las tenía para asentir.
Alán sonrió y para mi sorpresa dejo un beso en mi frente.
¿Dónde esta el Alán Montero frio con el que me case? ¿Dónde esta el hombre que no soporta tenerme cerca de él? ¿Dónde quedo?
—Me gustaría que nuestro hijo fuera una niña.
—¿Por qué?
—Para que se parezca a ti.
Tras verbalizar estas palabras Alán soltó mi rostro y camino hacia la bañera.
Alguien que por favor me pellizque porque no puedo creer lo que esta aconteciendo.
—¿Alán…?
—Dime.
Suspiré y desvíe mis ojos cuando él se llevo las manos a la parte superior de su pijama.
—¿Por qué estas actuando tan extraño?
Dije mientras o miraba de reojo porque por ningún motivo me perdería el espectáculo que él esta a punto de brindarme.
“Te vas a ir al infierno por pecadora.” mi pequeña ángel verbalizo mientras se cubría los ojos.
“Debora esa carne con los ojos, que yo te hago compañía en el infierno.” angelita se escandalizo y al parecer perdió la luz divina que la caracteriza porque se acercó de manera amenazante a mini diablita.
Deje de lado la pelea de mis dos amigas para concentrar toda mi atención en en hombre que se esta desnudando en el baño.
—Sere franco contigo Ayleen… -me obligué a colocar mis ojos en Alán, y me lleve la gran sorpresa al ver lo en boxer. —Quiero que este matrimonio funcione, y si para lograrlo tengo que cambiar mi forma, lo hare.
Tras estás palabras Alán se retiró el boxer, quedando completamente desnudo ante mis ojos.
Jesús, María, José y los pastores…
¡Que hombre…!
Padre perdóname porque he pecado de pensamiento y obra.
—¿No te piensas cubrir?
—¿Por qué tendría que cubrirme?
—Porque si sigues parado ante mi completamente desnudo no se, que podría pasar en este baño.
— Lo más grabe que podría pasar en el baño sería que entrarás conmigo a la bañera y que me aprovechará de la situación, esposa.
“Sacate los trapos y acepta la oferta de ese bombón. ¡Corre muchacha estupida, no pierdas la oportunidad de follarte a tu galán!” Diablita grito toda emocionada, mientras se retiraba la ropa con prisa.
Por su parte Angelita se escandalizó.
“Que Dios reprende a esos demonios inmundos, porque ellos te llevaran a la perdición” verbalizo angelita.
Perdida ya estoy.
Quise agregar pero me mantuve en silencio.
—Si me vas a dar sexo duro con tu nuevo cambio, lo acepto.
Me levanté de la tasa del retrete, mire con picardia a Alán y caminé hacia él.
—No me tientes Montero, porque la tención te puede salir muy caro.
Acerqué mis labios a los suyos y con toda la intención del mundo deje un dulce beso en los labios de Alán.
Mi ex frío esposo me abrazó, uniendo nuestro cuerpo.
—Alán…
—Ayleen…
Antes de que pudiera suceder algo más, escuché la voz de mi madre.
—¿Ayleen, donde estas?
—¡En el baño…! -exclame y tan dolo un segundo después mi madre se colocó en el umbral de la puerta. —Má, mi esposo amaneció chistecito así que estoy aprovechando la situación.
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Editado: 20.08.2024