Ayleen.
—Es hora de volver, Ayleen.
Gire mi cabeza hacia Kirk y un suspiro salió de mis labios.
—No quiero volver, Kirk. -me atreví a confesar y mi primo se acercó a mi.
—Ya han pasado dos años Ayleen, tienes que volver.
—Lo sé, pero me aterra que la nueva Ayleen que construí se derrumbe ante él.
—¿Eso quiere decir que todavía no has sacado a Alán Montero de tu corazón?
Me mantuve en silencio tras esas palabras. Y el tonto de Kirk sonrió.
—Eres un pesado Kirk.
Tras estas palabras trate de alejarme de él, pero kirk lo impidió.
—En vez de estar aquí jodiendo mi existencia deberias estar planeando como recuperaras todo el tiempo que has perdido con tu mujer e hijo.
—Te juro que recuperaré esos cinco años que me he pedido de la vida de ellos. Pero todo a su debido tiempo.
—Te deseo suerte porque esa mujer es de armas tomar.
—Pierde el cuidado hermosura porque tengo un haz bajo la manga.
Entrecerré mis ojos.
—¿Qué tramas?
—Itzel piensa que presenté ante el juez la petición de divorcio, pero lo que ella no se imagina es que sigue siendo mu esposa ante la ley. Asi que es por ahí por donde atacare.
—¿La obligaras a regresar contigo cuándo fuiste tú quién la alejo de ti?
—Tú muy bien sabes el porque la aleje de mi Ayleen, así que deja de cuestionarme.
Kirk se alejo de mi para acercarse a mi ventana.
—Es hora de que la bestia, su bella y su pequeño retoño vuelvan a casa.
—Eres peor de lo que pensaba Kirk Salvatierra.
—Aprendi de la mejor maestra, Ayleen.
Él sonrió mientras observaba la hermosa vista que se proyectaba desde mi ventana.
—Regresare a casa y arrazare con todo a mi paso, porque Ayleen la estúpida murió y le dio paso a la mismísima diabla hecha mujer. Te prometo que Alán Montero llorara el doble de las lagrimas que yo derrame por él.
—Una cosa te voy advertir Ayleen…-Kirk centró sus ojos en mi. —No dejes que todo se valla a la mierda cuando termine tu venganza. No es que este defendiendo a ese estupido pero, trata de hablar con él cuando lloré el doble de lo que lloraste tú. No dejes que el inmenso amor que te tienes se esfume con la espuma de mar.
—Lo hare trizas Kirk de eso es lo único que estoy segura. No te preocupes por mi final porque es más que incierto.
—Quiero que seas feliz Ayleen.
—Ya soy feliz Kirk.
Antes de que Kirk volviera a emitir alguna palabra escuché el llanto de mis pequeños.
—Yo tampoco podría odiar a Montero, no cuando tengo dos gotas de agua identicas a él. -el muy sin vergüenza se atrevió a sonreír. —Estas jodida Ayleen, bien jodida.
—¡Callate…!
Exclame mientras me alejaba de él.
—¡Estas condenada a verle…!
Apresuré mis pasos luego de escuchar esas palabras, y no dude en maldecir porque para mi desgracia Kirk tiene toda la razón.
Nunca podré olvidar Alan porque tengo dos perfectas copias de él, que me llaman mamá.
En el momento justo en que iba entrar en la habitación de mis hijos escuché una melodiosa voz, me apresure en abrir la puerta y tras hacerlo repase a la mujer que le cantaba a mis hijos.
—Mami.
Desvíe mis ojos hacia mi no tan pequeña niña.
—Dime cariño.
—Perdoname por traer a la maestra a la habitación de mis hermanos sin permiso, ma.
—No te preocupes cariño.
Le di una sonrisa a mi pequeña y me acerqué hasta donde la maestra se encontraba.
—El bebé estaba llorando por eso lo tomé en brazos.
La mujer me extendió a mi pequeño para que lo tomara y yo sin dudar lo hice.
—Pierda cuidado. -la mujer asintió. Y yo coloque mis ojos en Alen cuando él sonrió. —Pero que guapo eres pequeño.
—Permitame decirle que esos pequeños son muy lindos.
—Lo sé.
—¿Mami, puedo ir a jugar en la nieve con Kael?
—Puedes ir, pero recuerda abrigarte bien.
Mi pequeña asintió y sin decir nada más corrió hacia la puerta.
—¡DILE A KIRK QUE VALLA CONTIGO…!
—Si, mami…
—¿Kirk no es el padre de tus hijos?
Sonreí.
—Por favor, Itzel.
—¿Como sabes mi nombre?
—Facil, te investigue.
Besé la coronilla de Alen cuando él abrazo mi cuello.
—Habia escuchado que los Salvatierra estan locos, pero en ese momento no lo quise creer. Pero dada las circunstancias no me queda remedio que confirmar que estan más locos que una cabra.
—Si, estamos locos.
Itzel negó con la cabeza.
—Pero más loca estas tú por huir del padre de tu hijo por año y medio, estas igual o peor que yo Itzel porque ese hombre se coloco en tu corazón y de allí no lo sacará nadie.
—No sabes lo que dices…
—Se lo que digo porque te has pasado todo este tiempo observándolo desde lejos.
—Me tengo que ir.
Ella se apresuró a caminar hacia la puerta y yo justo antes de salir confirmé la información que ella vinó a buscar.
—Kirk es mi primo.
—No me interesa.
—Creo que debería interesarte porque tarde o temprano tendras que volver a donde todo empezó a jugar a la casita feliz.
—Él me echó de su vida y de esa casa así que por ningún motivo volveré. Fue un gusto conocerte Ayleen Salvatierra.
—Prepara tus maletas porque tendrás que venir con nosotros.
La mujer salió de la habitación y yo sonreí al verla formar sus manos puños.
—Ma…ma.
Gire sobre mis pies ante el llamado de mi otro pequeño.
—Mi amor…
Me acerqué a la cuna de mi pequeño y en cuando estuve al frente de esta, mi hijo estiro sus brazos hacia mi.
—Mi pequeño bizcocho despertó.
Tome a mi hijo entre mis brazos como pude y él se acurrucó contra mi cuello.
—Mamá los ama con todo el corazón.
Sonreí cuando mis hijos dejaron cada uno un beso en mi mejilla.
—Te amo Alen, te amo A…
Fui interrumpida por mi hija, quien entro a la habitación llorando.
—Mamá…
—¿Que sucede hija?
—No quiero regresar, quiero quedarme aquí. En nuestro lugar feliz.
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Editado: 20.08.2024