Ayleen.
Cuando vi Alán desmayarse en la cama sentí imposibilidad de respirar. Y poco a poco fui entrando en panico.
—Alán, no me hagas esto. -acote mientras me removía en al cama. —Lo siento. Yo no quería golpearte.
Trate de que mi mano saliera de la esposa, pero por nada del mundo logré mi cometido.
—¡Alán…! -grite con fuerza, mientras me removía. Pero ni mis gritos, ni los movimientos bruscos lograban que Alán despertara.
“Tienes que tomar una decisión Ayleen. Decídete de una vez por todas… porque esa actitud tuya me tiene hasta la coronilla. Perdona Alán, y vivan felices por siempre, o mandalo a freír espárragos de una vez por todas, pero acaba con esto hoy.” Inquirió diablita, y por primera vez ella logra decir algo que no contenga nanda de malda.
Bravo, diablita. Con esas palabras dejas en claro que no eres tan mala después de todas.
Deje de lado la conversación de angelito y diablita para entrar mi total atención en las palabras que había dicho la enviada del mal, llamada diablita.
“Perdona Alán, y vivan felices por siempre o mandalo a freír espárragos de una vez por todas”
Se que he de tener a más de una hasta la mentada coronilla, por mi actitud. Pero tengo una fuerte razón para tener dicha actitud con Alán.
—Tengo miedo. -confesé de una vez por todas y sentí como me liberaba de un peso enorme. Y una lágrima descendió de mis ojos. —Me aterra volver pasar por lo que pase hace dos años. Pero, hoy dejaré todo atrás, dejare el inmenso miedo y vivire el día a día con el amor que amo, sin importarme lo que nos depare el futuro.
Vi Alán removerse en la cama, y poco a poco pude volver a respirar con normalidad.
—Alán…
Él coloco sus ojos en mi, y para mi fue imposible no sollozar.
—Perdoname.
—¿Nena que sucede?
Él se acercó a mi, y sin esperar me abrazó.
—Soy una inconsciente por golpearte aún sabiendo que hace una semanas atras sufriste una conmoción cerebral.
—Ayleen, ya estoy bien.
Me atreví a colocar mis ojos en él.
—¿De verdad?
—Si, cariño.
Tras estas palabras Alán limpió mis lagrimas y dejo un beso en mi mejilla.
—Soy yo quién debe suplicarte perdón, soy yo quien debe implorarte hasta ganarme tu ansiado perdón. No tú, mi amor. -Alán dejo un beso en mis labios, tras estas palabra. —Te entiendo en cierta manera porque tú con todo lo que has hecho has tratado de devolverme en minorías los frutos del árbol que plante en tí tras haberte causado el inmenso daño.
—Yo… -Alán coloco dos de sus dedos en mis labios impidiéndome hablar.
—Ayleen, eres lo más hermoso que la vida misma pudo regalarme, eres la mujer que quiero ver todos los días al despertar y al dormir. Eres la brisa que me hace volar, la fogata ardiente que me llena de pasión, eres la esencia que alegra mi vida e ilumina todo mi ser… eres mi vida entera, eres mi felicidad, mi razón de existir en este mundo, eso y más eres para mi, cariño.
Abrace Alán con fuerza. Y él depósito un beso en mi coronilla.
Me atreví a cerrar los ojos y en ese precisó instante escuché la inigualable voz de mi madre, como si ella estuviera susurrándome en el oído.
No tenga miedo Ayleen, entrégale tu corazón sin importar lo que venga. Confía en tí y en el inmenso amor que sientes por él. Tu momento es ahora . Se feliz, inmediatamente feliz al lado del hombre al que amas. Se inmediatamente feliz princesa.
Tras terminar de escuchar la voz de mi madre abrí mis ojos.
—¿Alán?
—¿Si?
Tomé una corta respiración antes de hablar.
—Te amo, y no he dejado de hacerlo nunca. Te amo desde que te vi.
—Ayleen…
—Se que lo que sucedió entre nosotros hace dos años me marcó mucho pero hoy he decidido dejar que me hagas feliz, quiero volver a empezar contigo y que juntos podamos sanar. -Alán me miró fijamente a los ojos. —Quiero pasar toda mi vida a tu lado, que lo tuyo sea mío, y lo mío tuyo, quiero darnos un beso aunque estemos enfadados. Deseo abrazar tu vida en la mía, sentirte no solo en el alma si no con la piel, y cada día despertar en tu mirada, eso y mucho más quiero a tu lado. Quiero ser inmensamente feliz a tu lado, hasta que la muerte nos separe. -sonreí. —Así que aquí estoy yo, con innumerables miedos pero dispuesta a enfrentar todos y cada unos de ellos por nosotros, dispuesta amarte por la eternidad, todos los días de mi vida, dispuesta acompañarte en todas tus locas aventuras y dispuesta a no soltar tu mano por nada del mundo. Porque contigo quiero vivir el resto de mi vida, con todo incluido y no importa que no sea perfecta. Porque amarte significa haberme dado cuenta de que la vida me sabe más a vida desde que tú estas a mi lado.
—Te amo Ayleen, y te prometo hoy aquí que no volveré a fallarte nunca más, viviré para darte amor y hacerte inmediatamente feliz.
—Gracias infinitas amor por cruzarte en mi camino, gracias por la forma insuperable que tienes de abrazar mi alma y hacerme sonreír con tan solo pensar en tí. Eres el hombre de mi vida, mi amor bonito.
Alán me abrazó y yo coloque mis cabeza en su pecho.
—Al final de cuentas este viaje sirvió para recuperarte de una vez por todas, Ayleen.
—¿A pesar del golpazo que te di hace un rato?
—Si. A pesar del golpe.
—¿Por qué me trajiste aquí?
Alán sonrió.
—Decidí escoger este lugar porque mi esposa ama con locura la playa. Tanto así que puedo decir que el mar es testigo de la concepción de nuestros hijos.
Me sonrojé explosivamente. Y ante esto Alán sonrió. Para después llevar una de sus manos a su bolsillo.
De donde saco el collar con dije de ola, que le devolví hace algunos días atrás especialmente el día en el que fue nuestra última cita.
—Esto te pertenece Ayleen Alison Salvatierra. -Alán coloco el color al frente de mis ojos y para mi fue casi imposible sonreir. —Nunca te lo vuelvas a quitar.
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Editado: 20.08.2024