Llego Ricky, miro al calvito acosador con mala cara y esté me dejó tranquila, mi guardián se posó frente a mí, sostuvo mi brazo con una mano mientras me abofeteaba con la otra.
Así pasamos todo el día juntos, disfrutando del festival, compramos algunos recuerdos, todas las ropas tradicionales del evento, mucha comida y algunos dulces, también compre algo para las muchachas y el encargado del lugar, por supuesto que no me olvide de Simón, quien hoy estaba de portero, ni de Ricky, a quien le di una hermosa pulsera artesanal.
Deje los regalos sobre la mesa, cada bolsa tenía una nota con el nombre de destinario, ejemplo “Para: Simón”. Llego la hora, fuimos a la oficina del Jefe, tocamos la puerta y entramos.
Nos retiramos del lugar, ambos continuamos con nuestro trabajo, Ricky fue a la entrada del local mientras yo me arreglaba para salir a bailar. Lencería negra, un mini short, chaqueta y tacones de cuero iban perfectos con la temática del día.
Se hacían las 6 de la noche y empezaban a llegar los clientes, nos reunimos las chicas y salimos en una fila; algunas a las vitrinas otras a la pasarela, esta noche yo iba al centro a bailar en el tubo; cada una vestía diferentes prendas, pero siempre congruente con la temática del día. La música dio inicio al show y nuestro trabajo empezó.
No fue mi noche más productiva, pero atendí a 6 hombres al menos.