Fue un viernes la primera vez que aquel hombre pagó por mis servicios. Un hombre alto, de cabello negro y piel morena, alguien a quien nunca olvidare. Un chico muy sentimental.
Pagó toda la noche, la pasamos bien, vimos una película y estuvimos hablando la mayor parte del tiempo.
Me conto sobre su esposa…
Sobre sus problemas…
Y muchas otras cosas más, fue una noche divertida…
Aquel hombre siguió yendo repetidas veces. Algunas noches incluso me traía algún presente, como flores, chocolate, una linda lencería para que usara con él, incluso me dio unos preciosos aretes que todavía conservo. Era lindo y me estaba comenzando a gustar.
Un día accedí a tener una cita, la pasamos de maravilla, fuimos al parque de diversiones y después a un hotel.
Ya habíamos pasado tanto tiempo juntos que incluso mi nombre había dejado de ser un secreto. De vez en cuando le pedí a mis guardias que me cubrieran para ir a verlo. Todo iba aparentemente bien.
Lo estuve pensando mucho tiempo, las consecuencias que traería mi relación con la mafia, el peligro al que seriamos expuestos y a donde podríamos ir, como viviríamos, de que trabajaría, todo a lo que él renunciaría, … Muchas cosas a las cuales no encontré una respuesta favorable, estaba muy preocupada por él, así que lo comencé a evitar, nos veíamos cada vez menos.