Melissa Una Pieza del Jardín

Capitulo 4

  Hace un mes que terminamos y no se nada de él... Supongo que es normal que las personas se alejen cuando se sienten rechazadas, pero por alguna razón esperaba algo más de él... Me hubiera gustado que mantuviéramos el contacto, a fin de cuentas si me quería tanto aún podíamos compartir una pequeña parte de la vida del otro. ¿O no?....

 - ¡Liss!
 - Dime, Simón ¿Qué ocurre?
 - ¿Te has dado cuenta de que nos están siguiendo?
 - La verdad, ando en las nubes... Déjalo, no ha hecho nada malo.
 - Pero... Podría llegar a...
 - Tu me protegerás, confío en ti.

  Regresamos al prostíbulo, al llegar hicimos un festín con las muchachas; sushi, ensalada y helado, vimos una película todas juntas mientras comimos para luego ir a trabajar. 

  Pasaron unos días y todo iba normal, sin embargo cada vez que salia del prostíbulo sentía como un escalofrió y algo de miedo me invadían un poco... Esa sensación de que unos ojos desconocidos te observan y siguen a todas partes, la detesto, me quitaban la poca libertad que tenia, al menos eso fue lo que sentí.

  Le comente la situación a mis guardias y decidieron dar caza al acosador.

  Paso el tiempo y no lo encontraron. Seguía sintiendo como me observaban y para colmo el Jefe se involucro... "La seguridad de nuestras putas es muy importante para el local" aseguro él con su actitud tan déspota. 

  A los días siguientes al fin atraparon al acosador.

 - Liss, el Jefe te llama... Te esta esperando en el almacén.

  ¿Por qué me querrá ver en el almacén? Que bicho raro le pico a ese... 

  Llegué al almacén.

 - Que bueno que llegaras tan rápido ¿Reconoces a tu pequeño amigo?

  No pude ocultar mi expresión de pánico, tanto tiempo sin saber de él y de repente se encuentra tan golpeado y maltratado frente a mi.

 - La relación de producto y cliente es estrictamente profesional cariño, creí haberlo expresado claramente muchas veces. Aunque parece que no entiendes bien con simples palabras.

  Dijo eso mientras lo golpeaba más y más, uno de sus guardias cubría la puerta a mi espalda y me obligaba a ver.

  Siento este horrible nudo en la garganta. No quiero ver, tengo la vista nublada y me cuesta respirar... Por mi culpa... Por mi culpa él... 

 - Mira bien, no quiero que olvides las reglas de este lugar.

  No lo quiero recordar y me asusta preguntar que sucedió con él.



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En el texto hay: trabajo, amor

Editado: 14.10.2018

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