Mente enferma

Capítulo 2

Teniendo mi amor imposible a casi mil kilómetros lejos de mi, que sentido tiene todo esto. Solo pienso en encontrar una familia que me aprecie aunque no lo parezca la mayor parte del tiempo la paso pensando en eso.

Mis intenciones nunca han sido tratar mal a Hermione la señora se los papeles, pero cada vez que me habla siempre menciona que ya tengo catorce y que los niños se van al cumplir la mayoría de edad. Ya lo sé no tiene que repetirlo cada vez que me vea o hable.

Me dirijo hacia la oficina de Hermione.

—Puedo pasar—digo mientras toco la puerta.

—Si, entra. ¿Que pasa?

—Quería pedirte disculpas por como te hablé, se que no está bien y que solo quieres lo mejor para mí.

—Disculpame tú a mí. Se que no hago las cosas bien mencionandotelo pero no quiero que te quedes sola.

—Si, bueno era solo eso y quería decirte que mañana saldré a dar una vuelta en la mañana.

—Muy bien, no te tardes mucho.

—Claro.

 

Aveces los amores imposibles de los que hablamos son artistas o actores y el mío es uno de esos. Así que no es como que tenga oportunidad de nada pero trataré de conocer más personas.

 

~Al otro día~

El sonido de mi respiración mientras voy corriendo se hace cada vez más presente hasta que la voz de una persona me detiene.

—He, hola.

Miro hacia atrás mientras diviso la silueta de un chico de estatura alta, un pelo castaño y una tez mestiza. Ignoro la voz de aquel chico y sigo corriendo cuando de pronto me alcanza. Su rostro es magnífico unos hermosos ojos color miel, su naríz respingada, y unos cachetes para pellizcar.

—¿Por qué me ignoras?—pregunta manteniendo el nivel de velocidad igual que el mío.

—Será porque no te conozco tal vez—digo sarcástica.

—Podemos conocernos.

—Estoy algo rápida.

—Te acompaño.




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