CAPITULO 9
Narra Noe.
El amor y todo lo que tenga que ver con él, es COMPLICADO.
Me encontraba frente a Armando. Toda la mañana sentí la tención entre ambos, la incomodidad, como si supiéramos lo que queríamos decirnos. Al principio pensé que era mi idea, pero no me sonrió como suele hacer cada mañana o en cada momento que me ve.
Me hace sentir mal esta situación, se que el no es un santo, pero tampoco puedo jugar con el como si de un juguete se tratara. Es algo hipócrita de mi parte.
De Masai, no he vuelto hablar con él. Quiero ver que pasa con él, pero necesito cerrar ciclos con Armando.
- ¿Qué me tienes que decir? - Preguntó. Su tono tenía cierto desprecio. Parecía no que hubiera dormido. Tiene unas ojeras muy notables. Su cabello que siempre suele estar bien peinado ahora lucia muy desordenado.
- Sabes cuando te conocí me parecías un chico muy lindo. – confesé. - Y nos fuimos conociendo poco a poco. Una cosa llego a otra y terminamos en esta situación.
- ¿Situación? ¿A qué situación te refieres? – Me interrogó algo molesto.
- Me refiero a la situación en la que nos encontramos en este momento. Para empezar tu tienes novia. Y se que no estuvo correcto tener algo mientras tenías pareja. Lo acepto fue un error y tengo parte de la culpa.
Pude ver como se rascaba la cabeza en señal de enojo. Y lo conozco también, que se cuando intenta contenerse, como lo hace en este momento.
- ¿Error? – continuó furioso- Llamas error a lo que tenemos. Como si yo no perdiera algo con este ERROR. Desde que te conocí me has gustado. Me gusta tu forma de ser. Tu todo. No me importa como te veas. Solo quiero estar contigo. Puedo dejar a Paloma, ella estar mejor sin mí.
El no estaba entendiendo. Pero en cierta parte me molesta que se meta con mi apariencia Nunca he pedido su opinión acerca de mi físico. Como yo jamás le he dicho algo sobre el suyo.
- ¿Cómo luzco? – Recalque molesta.
- Si, el que no te veas como las demás, pero para mi no importa realmente. – Soltó como si nada.
- ¿Ver cómo las demás? -
- No te preocupes, con un poco de ejercicio puedes lograr adelgazar. Eso resaltaría tus curvas. – continuo. – Claro tendrías una dieta muy exigente, pero valdría la pena.
Una molestia empezó a crecer transformándose en enojo, no puedo creer que mencione eso. El siempre ha sabido que mi físico es mi mayor inseguridad, el como me siento al respecto cuando lo mencionan.
Que digiera todas esas cosas aumentaron mis ganas de cortar cualquier tipo de relación con el en este momento.
- Sabes que odio que se metan con mi cuerpo- Reclame- Y es justo lo que estas haciendo en este momento. Íbamos hablar sobre lo que tenemos, no sobre si necesito una exigente dieta y mucho ejercicio. Y el simple hecho que lo digas, como si tuvieras mucho derecho, me molesta.
- Lo siento, no quise molestarte. - Continuo. – Solo quería recalcarte que nadie se fijara en ti. Que tienes suerte de que me gustes. - Confeso.
No puedo creer sus palabras. En que momento me mezcle con este idiota.
- ¿Qué? - Pregunte sorprendida.
- Creíste que no sabia lo de Masai. El es mi amigo y casualmente me pregunto sobre una chica que se llama Noemi y que por coincidencia va en tu grupo. No soy tonto.
- Ya veo. – Sonreí en respuesta. Se lo que quiere hacer y no dejare que se burle de mi de esta forma. Me alegra conocer su verdadera cara por fin. De otra forma seguiría cerca de tanta toxicidad.
- No, no estas viendo lo que esta buscando de ti. – Soltó.
- ¿Qué busca de mí? Por que no estoy comprendiendo tu hermoso discurso. – Me defendí.
- Lo que todos buscan. Tenerte en su cama. – Su crueldad me hizo sentir mal. Tal vez tiene razón. Pero el hecho de que me denigre...
- Te estas pasando. Estas cruzando la raya. – Exprese exaltada.
- Pero es la verdad. "Buenos días","¿Cómo estás?". Le escribes todo el día. – Dijo confirmando mis sospechas.
Él sabe lo que sucede.
Suspire dándome fuerzas para poder soltar todo. Encarar a este idiota.
- No te incumbe con quien hable, no somos nada, tu tienes novia. Y si yo quiero terminar todo esto, simplemente lo hare. No eres importante en mi vida. Ni tu ni nadie me va a venir a decir todas esas estupideces. Muy aparte de que sentía algo por ti, no te da derecho.
- ¿Sentía? - interrogo- El es así. Te vas a enamorar y cuando estés en el punto mas alto. Te va a dejar caer. Y te va a doler. Entonces te acordaras de mí.
- El no hará eso. No es como tú. -
- ¿También lo conoces ya? - Se mofo. – Dame tu teléfono- Exigió.
Nerviosa escondí el objeto que se encontraba en mi palma. En un movimiento rápido intento arrebatármelo. Sin tener éxito.
- ¿Qué haces? - La furia era notable en su rostro-.
- DAME EL MALDITO TELEFONO. – Repitió.
- NO. - Grite. Repitió su acción de arrebatarme el teléfono. – Déjame en paz. –
Empezamos a forcejar. No se como paso, pero de un momento a otro sentí un golpe en mi mejilla. El rostro me comenzó a doler. Pero no fue lo que más me dolió.
Me dolió ser abofeteada por él. Por alguien que dice sentir amor por mí.
Recordé mi infancia. El cómo mi padre solía abofetear a mi madre. El como ella solía bajar la cabeza.
El solo me miraba, como si me lo mereciera.
- Dámelo. - Me tomo del brazo, ejerciendo fuerza en él.
- QUE NO. - Le pegue una mordida , causando que soltara un quejido, pero siguió sin querer soltarme.
Es mas fuerte que yo, no pudo liberarme tan fácilmente. Las personas a mi alrededor se han marchado.