Mentiras En Tus Verdades

*Capítulo Doce.

¡Es Viernes y el cuerpo lo sabe! Por eso les regaló este capítulo adelantado ¡Qué lo disfruten! ;)
 


 

°TE OLVIDARAS°
 


 

Todos estaban corriendo con las tareas que les dieron por la fiesta que quería organizar Lady Estela. Jasmine tenía el deber de ayudarla con su vestido, estaba inquieta pero intentaba hacer su trabajo lo mejor posible cuando sus manos temblaban. No había tenido descanso en toda la mañana y le preocupaba más cuando la noche se asomaba por las ventanas.
 


 

—¡Liliana!— La voz de Estela le saco de sus pensamientos— Niña, estabas a punto de asfixiarme con el corset.
 


 

Jasmine musito una pequeña disculpa y terminó de asegurar las cintas del corset, se apuró a pasar por encima de la cabeza de Estela el vestido que se pondría, color crema y vuelos tenia. Después dio un suspiro cuando por fin Estela era toda para la señora que la iba a peinar y maquillar, por unos cuantos minutos ya era libre.
 


 

—¿Cómo lo quiere Madame?
 


 

—Quisiera que le pongas perlas al final, para que tenga un toque delicado pero brillante...— Decía Estela mientras Jasmine se escabullia fuera de la habitación.
 


 

—Señorita Herrera— Una voz atrás la sorprendió, provocando que dé un respingo en su lugar.
 


 

—Algún día ¿Me vas a dejar de asustar?
 


 

—No es culpa mía que sea tan asustadiza— Se puso a su lado.
 


 

—Y usted tan despreciable...
 


—No me sorprende que siempre este de tan mal humor— Como siempre, se burló de ella, pero esta vez no recibió respuesta cuando Jasmine aún tenía una actitud paranoica— ¿Todo bien?

Jasmine le vio a los ojos, un poco queda por querer encontrar el sentido de la conversación.

—Si, todo bien ¿Y usted? ¿Está listo para ser capturado por varias señoritas casaderas esta noche?—Quiso cambiar de tema, pero al ver como la sonrisa le desapareció de la cara del conde supo que había hablado de más— ¿Dije algo malo?

—No, solo que...

—Yo, tal vez no le debí de hablar cuando mi humor está en el suelo.

—No se preocupé. Hasta luego señorita, tengo que encargarme de algunas cosas, me retiro— Dio por zanjado el tema, caminando lejos de la chica con ojos grises.

Jasmine curiosamente le nació el querer saber más de ese hombre, dándose cuenta no sabía nada el uno del otro y aunque ambos quisieran negarlo mil veces, tenían un aura misterioso que les hacía siempre querer saber que hay detrás del otro, les atraía y les conectaba de muchas formas.

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La música instrumental, la bulla que desprendía del salón principal de las personas era sólo un eco a los oídos de Liliana que vigilaba la puerta para poder ver si alguien sospechoso traspasaba la puerta. Cuando ya no se presentaban más personas se fue a recorrer a las sombra de la fiesta si había rastro de algo extraño, entre vestidos de bellas telas y hombres con su mejor traje, se halló a ella misma frente a un grupo de mujeres de avanzada edad que veían la pista de baile, hablando entre ellas.

—Mi hija sin duda es la más hermosa, muchos la pretenden, pero ella está enamorada de ese... hombre— Dijo de forma desdeñosa.

Jasmine dirigió sus ojos por donde veía la señora y se enojó tanto cuando se dio cuenta que iban dirigidos al Conde, ese mismo que la había traído hasta aquí, aquel que estaba siendo criticado sin ápice de vergüenza a sus espaldas. Se encontraba con su traje fino negro, con toques dorados y su cabello rubio peinado a un lado, con sus ojos verdes mirando aburrido a una señorita castaña que hablaba con él.

—¿Ese Príncipe bastardo del rumor años atrás?— Pregunto una mujer entre ellas— Es joven, se dice que el rey no la ah negado nada hasta ahora, pero no se les vio juntos desde que se canceló su compromiso.

—Suerte de esa princesa rusa niña que ahora mismo sería una mujer por no haberse casado con tremendo hombre de escándalo— Siguió hablando la señora del principio.

— Pero no hay que negar que es rico y tiene incontables tierras y posiciones.

—Tiene, pero es alguien que no permitiría ser parte de mi familia— Dijo por ultimátum cuando la mujer camino en dirección a Harvey y la muchacha coqueta. Jasmine no dudo cuando la siguió disimuladamente.

En toda la conversación que escuchó solo pudo pensar y recordar cuando algunas veces se puso a escuchar la conversación que mantenía sus encargadas en el hospital sobre ella, sobre como su familia se deshizo de ella, de lo loca que estaba, etc. Aunque el tema no era igual, era de igual de injusta ¿Cómo las personas se ponen a criticar tu vida cuando sólo oyeron rumores? ¿Por qué siempre tienden a poner etiquetas a todos con sólo ver su aspecto y su historia? ¿Acaso murió la actitud de conocer primero a la persona por uno mismo y recién dar tu opinión? Le enfurecia cuando encontraba gente así de odiosa.
 


Las respuestas a esas preguntas estaban frente a ella, esa mujer que habló y a los pocos segundos de estar cerca del conde lo miró de mala forma, después lo ignoró y se llevó a su hija lejos. Vio a su amiga Thara repartiendo copas de vino cerca así que tomó la bandeja de esta.

— Pero Liliana...

—Yo repartire estas— La corto cuando su compañera se lo quería arrebatar.

Ya estaba cansada esperando que alguien apareciera, era algo tonto cuando pensó que le iban a atacar en público, pero ahora tenía una excusa perfecta para hacer justicia de una forma divertida.

Camino con la mirada en alto y por «accidente» se tropezó con sus pies y el contenido de las copas iban directo a desparramarse en el vestido de esa lady juzgadora, el ruido de el vidrio de las copas estrellándose contra el suelo alarmó a los demás, después de un segundo pronto la mujer dejó el gritó en el cielo.




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