Mentiras En Tus Verdades

*Capítulo Veintiséis.

°ALGUIEN VINO CON LA VERDAD°
 


En algunos momentos de la vida, me alegraba no estar en una familia, no tener a alguien controlando lo que soy y tener el poder de evitar los problemas familiares, que además de serias, eran agotadores, tal como parecía la vida familiar de Harvey. Me esforzaba en ver el lado positivo a todas las situaciones que tenía, pero en esta no encontraba nada.

Volvamos en el momento donde Santiago y Harvey estaban peleando y a la vez diciendo verdades, que para mí en muchas formas, parecían mentiras  ¿Por qué? Pues ellos no eran iguales en ningún aspecto ¿Cómo podía creer que eso era una verdad si no lo encontraba sentido? Era cierto que los dos eran rubios, aunque Harvey también era algo castaño en la oscuridad, los ojos de Santiago eran oscuros como dos pozos negros, Harvey tenían ojos verdes mezclados con azul, ambos eran altos, pero sus personalidades eran como el día y la noche, como siempre el sol traía alegría, así era Santiago, también como la noche era solitaria y misteriosa, así denotaba ser Harvey. 

Después de escuchar mi pregunta, parecía que Harvey quería matar en ese mismo lugar a Santiago por haber hablado por demás, después se fijó en mi, en la expresión sorprendida que tenía. No me molestaba que no me haya contado esa parte de él, pero me sentía fuera de lugar, como si fuera la persona entrometida en esa verdad reveladora. Sólo sentía que no debía estar ahí.

—Yo solo...voy a procesar esa información—Dije en titubeos cuando ninguno de los dos hombres iba a responder mi pregunta.

—Hablémoslo—Pidió Harvey, dejando a Santiago de lado, pero decidí escapar ya que era el momento indicado.

Fui donde Karina al sillón y la sacudí de los hombros para que despertara, al principio no daba señales de volver del mundo de los sueños, pero cuando pude ver sus ojos celestes ella se encontró confundida viendo para todos lados.

—¿Qué pasó aquí?—Pregunto somnolienta, sentándose sobre el sillón.

—Solo levántate y vamonos de aquí—Le susurré, haciendo señas con mis ojos, que le intenta dedicarle una indirecta mostrando el conflicto que había entre todos los presentes ahí.

—Esta bien—Captó mi intención .

Se levanto y juntas salimos de esa biblioteca lo antes posible, ignorando cuando Harvey intentaba detenernos, los dejé a ellos en la biblioteca, donde aún se encontraban los nuevos "Hermanos" que aseguraba estaban hablando o matándose uno al otro. Su rivalidad, en si no conocía la razón, pero tenía entendido que Santiago hizo algo en el pasado que molesto a Harvey, no tenía pruebas pero tampoco dudas de qué él fue el causante de la enemistad de ellos dos.

—Ahora, dime qué pasó allá—Exigió Ari cuando llegamos a mi habitación.

Di un suspiro pesado pasando mis manos por mi cara, tenía sueño pero me mantuve despierta contándole lo que había ocurrido, sobretodo lo que tenía para mañana con Martina.

—¿Le dirás la verdad?—Me pregunto respecto a la plática que iba tener con la hermana de Harvey.

—Si, toda la verdad—Afirme mi respuesta—.Y si se enoja he decidido irme de aquí a cualquier otro lugar.

Esta noche había sido pesada, así que deje hasta ahí la conversación y me dormí en seguida. Descubrí que Harvey y Santiago son hermanos y después dejarlos solos, me ayudó como excusa para no tener el regaño que Harvey me iba a dar, que seguro me la iba a dar si no hubiera encontrado a su hermano cerca de mi, además dejar pasar el tema cuando Santiago me intento besar. Se podía decir que me escapé con astucia, aprovechando la situación.

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—¿Estás segura de hacerlo?

—Si, les diré lo que quieran saber, no me imagino lo que piensan de mi, seguro me odian y no sé si me acepten después de decirles la verdad—Comenté esperando a que Ari me ayude a terminar de ponerme el corset.

—Bueno, aunque no quiera, nos tendremos que ir donde mi familia como plan «b»—Añadió a mi situación.

—No quisiera molestarte más, pero esa será mi última alternativa, por lo tanto voy a esperar como resulta todo—Me fui a ponerme mi vestido.

Con mi peinado listo y mi vestido presentable, Karina me deseo suerte, tome valor y me dirigí al estudio de la casa, donde me esperaban; Martina, su esposo, Santiago y Harvey. Hubiera querido que Karina estuviera presente, pero la señora de esta casa me llamó solo a mi y yo no iba a refutar contra eso. No era la mejor persona ahora para pedir lo contrario.

Cuando llegué a estar frente a la puerta esperada, llame golpeando la madera con mis nudillos hasta que de adentro escuché un «adelante» sin más que hacer, entre sin preámbulos, cuando estuve adelante de ellos di una inclinación como saludo, después junte mis manos a la altura de mi vientre, bajando la mirada, era una manojo de nervios, no sabiendo por donde empezar o esperar. Los hombres se levantaron por respeto al protocolo de modales ante una mujer.

—Buen día, lady Herrera—Me correspondió el esposo de Martina, detrás del escritorio que había en frente a mi.

—Buenos días, Lord Strencel—Relamí mis labios, preparándome a empezar a hablar—.Bien, respecto a mi estancia aquí...

—Fuera de rodeos y vamos al grano ¿Eres la amante de mi hermano?—Intervino Martina separándose de su marido y yendo al centro del estudio.

—Martina calmate—Pidió Harvey.

—Tú te callas.

—Pero deja que ella explique, la llamaste para saber sus razones—Tajo Lord Greyhound—.Estas en tu casa, pero no le faltes el respeto a la señorita Herrera.

—No defiendas a tu querida aquí.

—Ya empezaron—Musito Santiago, que estaba sentado en el sillón a mi izquierda, acabando su vaso de licor.

—No es mi «querida» ya te lo dije antes—Harvey intentaba contenerse ante su hermana.

—Entonces ¿Porqué le regalaste todo un guardarropa? ¿Porqué en las fiestas no te separas de ella?—Interrogó con severidad, señalando con el dedo a su hermano—.No haces eso con cualquier mujer, a menos que sea un amante o...tu prometida.




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