NARRADOR EXTERNO.
Todo estaba marchando perfectamente para muchas personas, ya sea con su vida o con un plan que se lleva desarrollando desde hace muchos años, las cosas marchaban tan calmadamente que nadie sospechaba que detrás de aquella calma y paz para algunos, se encontraba un demonio planeando el reencuentro con su ángel. Podría decirse que marchaba igual que un buen juego de ajedrez, todo estaba donde debería, los trucos que se escondían estaban a la espera de que fuera el momento oportuno para salir y crear un revuelo con su llegada. Otros simplemente contaban las horas, impacientes por que llegara su hora de desenmascarar a quienes se llamaban “reyes”.
Por otra parte, unos hermanos se sentían acorralados cada vez más por culpa de cierto “italiano enamorado”, por lo cual se empezaban a desesperar cada vez más y eso no aseguraba nada bueno para nadie. O eso es lo que hacían creer a sus enemigos, ya que eran pura sarta de idiotas enfermizos con aires de grandeza y los cuales contaban con ciertos “privilegios”.
Con cada día que pasaba se cercaba una gran tormenta, se avecinaban días malos para esas personas que pensaban o empezaban a creer que los días llenos de paz y tranquilidad estaban finalmente con ellos, no sabían que dentro de no mucho su peor pesadilla se volvería realidad. Que aquel que juro venganza cuando le quitaron a su reina, volvería y esta vez no sería como la última vez.
No lo volverían a alejar de su amada reina, no más.
Ahora el turno de él para cobrarse cada una que le hicieron, ahora él iba hacer el vencedor de este gran juego.
SARAH.
En estas semanas todo ha estado mejorando en mi vida, me estado acercando mucho a mis padres biológicos, por alguna razón ahora me podía acercar con más facilidad a las personas que me cuidaron por años, tal vez se deba a que ahora son más abiertos conmigo en ciertos aspectos.
Por otra parte, de mi hermano no he tenido noticias de él, he intentado comunicarme con él por los medios posibles, pero nada, también le he dicho a marco que investigue ya que no me da mucha confianza que no aparezca, por otro lado, con Alessandro todo está de maravilla, aunque se la pase muy seguido con los chicos en su despacho, pero me compensa por el tiempo que se lo pasa ahí. Por mi parte he estado entrenando junto con Harry y debo de decir que cuando se pone en modo “entrenador” es muy estricto conmigo.
Justo en este momento me encontraba esperando a que Alessandro viniera por mí para ir a una dichosa junta con algunas personas importantes, por alguna razón se estaba tardando más de lo que había previsto, así que inconscientemente empecé a jugar con el collar y eso me provoco una pequeña sonrisa. Hace no mucho empecé a recordar algunas cosas o momentos que compartí con Alessandro en el pasado, ahora entendía el por qué me enamore de él, con sonrojo aún recuerdo y tengo vividos los momentos que he compartido con él en la cama.
Le he comentado sobre esto, bueno claro sin el hecho de que recuerdo exactamente como me hace sentir en la cama, ya que aún se me hace un poco incómodo como para hablarlo.
- En que tanto piensas, dolcezza. – menciono Alessandro sacándome de mis pensamientos.
- En cómo llegamos hasta aquí, el cómo estoy empezando a recordar. – dije con una pequeña sonrisa.
Después de eso no dijo mucho durante el camino a la comida con los socios, al principio no le tome mucha importancia, dando por escusa que tenía demasiadas cosas en las que pensar y además tenía sus negocios, no quería crearme historias, no ahora que estamos tan bien.
No ahora que todo está marchando muy bien para todos, así que simplemente lo deje pasar-como casi todo- y así evitar momentos incomodos.
ALEXANDER
Aun no puedo creer que acepte el plan de ese idiota, estaba poniendo demasiado en riesgo, pero lo todo lo hacía por ella- me reproche de inmediato-ella es mi todo. Justo en este momento me encontraba en una junta con mis “hermanos”, planeando como quitarnos de encima al idiota que me metió en este lugar en primer lugar-quitando el hecho de que yo conocí al idiota primero sin saber quién demonios era-, aún recuerdo como me contacto el idiota ese.
Era un día normal en el club, todo estaba marchando relativamente bien, no hubo peleas absurdas, los negocios de maravilla, como dije un día bueno. Después del incidente con mis supuestos hermanos, regrese al club con más preguntas que respuestas, mi hermana no podía creer lo que nos había pasado. Era demasiada información que procesar y demasiadas preguntas por resolver.
- No voy a traicionar a Sarah, ella es como mi hermana. – dijo cuándo nos encontrábamos solos en mi oficina.
- Lo sé, por eso lo mejor es que te vayas por lo menos unos meses al extranjero en lo que esto…
- No los voy a dejar solos, no ahora como están las cosas. –me interrumpió. – no con esos locos de por medio.
- Pero no es seguro, para ninguno y lo sabes. – antes de que me contestara alguien toco la puerta demasiadas veces. – pase.
En eso entro el imbécil de Alessandro Lombardi, se le veía serio, calculador y peligros -por algo es que el idiota es el mafioso más temido-. Lo seguía su perrito faldero, Harry, su segundo al mando, después de Carlo-claro estaba-.
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Editado: 09.07.2022