Sara
- Otro día que no viene a clases - la voz de Luna logró sacarme de la inmensidad de mis pensamientos.
- ¿Qué? - Dije por inercia - También yo estoy preocupada por Adriana, no la vemos desde hace días. Me preocupa demasiado.
- ¿Creen que Dylan sepa algo? - Steven se unió a la conversación - Yo vivo junto a ella, y les juro que no la he visto en estos días.
- No lo creo - Alejé el plato de comida frente a mí - desde el mismo día que Adriana se comporta raro él también lo hace.
- Fuera de la escuela siempre está cerca de esa chica - Amelia giró bruscamente en mi dirección con la boca abierta.
- Es verdad - Murmuró la rubia para nosotros - ¿Creen que ellos ya hayan terminado?
- Recuerda lo que vimos cuando viajamos al futuro para conocer a la elegida que salvaría Harnerstay, o ayudaría a salvar - Le recordé al hada sentada junto a mí - ellos estaban juntos, y si no están juntos.
- ¿Crees que cambie el lineamiento? - alcé los hombros. Sinceramente, no tenía la menor idea.
De la pequeña bolsa que colgaba de los hombros de Amelia, comenzó a salir un sonido muy parecido al de un pitido. El sensor.
- ¿El sensor? - Amelia metió la mano a la bolsa sacando un pequeño aparatejo de dentro.
- Si - tomé el bolso negro que había tomado en la mañana y salimos corriendo de la cafetería de la escuela.
Pasamos por la sala de maestros y le pedimos el coche a Sofía con la promesa de que se lo devolveríamos cuando regresáramos. Explicándole claramente que Adriana corría peligro y estaba sola. Volvimos a nuestro viaje ya con las llaves de la camioneta en dirección al estacionamiento.
- ¿Sensor? - Steven habló por fin después de la corta conversación que tuvimos con Sofía.
- Si - Contesté entrando a la camioneta en el asiento del piloto. Si sabía conducir un avión de una dimensión mágica, podría con un coche convencional de humanos.
- Cuando conocimos a Adriana sabíamos que en algún momento no podríamos estar junto a ella por cualquier razón, así que le pusimos un sensor en su collar. Cada vez que su corazón se acelera a unos latidos específicos por minuto suena el sensor cuando estamos lejos de ella - Metí la llave en la ranura y la giré cuando los tres chicos ya estaban arriba de la camioneta.
- Ósea eso significa... - Eché andar el coche con las preguntas de Steven de fondo.
- Que está en peligro y como no está con nosotros y somos los únicos que saben su secreto esta indefensa - dije sin quitar la mirada del camino - Teniendo en cuenta que es un peligro de talla mágica. Amelia conecta el sensor con el GPS del automóvil.
Amelia comenzó a hacer lo que le había pedido.
- Se encuentra en el parque -la miré mal - el parque que está lejos de la escuela.
- Amelia - el grito de Luna hizo que Amelia diera un respingo.
- El que está por el centro - asustada, levantó sus manos.
- Okey ya vamos - giré bruscamente en una curva ya que iba en dirección contraria a donde la chica estaba.
Al llegar al parque, Adriana tenía al frente a Ashley, y justo detrás estaba Drake y otros 4 chicos los cuales desconocía.
Corrí lo más rápido que pude para adentrarme en la escena - No sabía que había reunión - La sonrisa de la vampiresa se hizo notar.
- Mira nada más, se pone en peligro y sus amigos viene al rescate - sentí la mano de Drake tomar la mía - que tiernos
La del cabello de colores dio un paso quedando al frente mío - Tu problema es conmigo. Déjalos a ellos en paz.
- Si nos expones, te expones - la mirada de Ashley se fue a Amelia - No nos puedes hacer nada.
- Tienes razón, bonita - dijo Ashley de un modo extraño - pero no si la gente no se mueve
- Luna llévate a los chicos. Ahora - ordené.
Le lancé las llaves al ángel el cual las atrapó en el airé. Los tres cuatro chicos y Drake siguieron a Luna sin comprender mucho lo que pasaba. Sabía que después de esto habría muchas preguntas. Nada que una poción de memoria no arregle.
- Que tierna al querer salvar a tu novio Sara - habló Ashley atrayendo mi atención.
- Todo por el amor - sonreí con hipocresía - algo que seguramente nuca sientas.
- Me gusta pesar que se siente igual a como siento cuando los veo suplicar.
Ashley, con un movimiento de manos hizo que todo el mundo que no fuera mágico se detuviera en un rango de kilómetros muy alto.
- Detente - ordenó Adriana.
- No puedes ser un rival para mi ahora - Rayos, era verdad. Adriana me miró confundida - Tus emociones están en un sube y baja debido a las cosas pasadas en los últimos días. . . bla, bla, bla. . . Tus poderes se conectan a tus emociones y si están como estás ahora no puedes controlarlos.
Por esa razón las sirenas siempre eran felices, y serenas. No logran controlar sus poderes al tener emociones negativas en ellas.
- ¿De qué hablas? - La chica seguía mirándome confundida.
Editado: 16.02.2018