Mi amante, el príncipe de jade.

El rey despreciado.

 

Los rumores decían que el rey de todo era un tirano cruel que de vez en cuando tenía aires pacíficos gracias a su bondadosa reina, algunos lo amaban porque había erradicado las granjas de humanos y solo esclavizaba a sus enemigos obligándolos a servirle por medio de trabajos forzados en la construcción, el ejercito y las labores domésticas convirtiéndolos en sirvientes, si bien la esclavitud en todo el continente aun no era abolida, el rey ponía el ejemplo de no abusar de las demás criaturas con su gran poder y eso causaba admiración y respeto en muchos de sus súbditos.

Muchos estaban felices con la prosperidad que tenían gracias a su liderazgo, además que gracias a él la guerra había llegado a su fin y ahora podían disfrutar del libre comercio, la paz y la abundancia, aunque esto era más visible para las clases medias y altas, para la clase baja, era el mismo sufrimiento de siempre, los mismos abusos y las mismas injusticias, pues eran de quienes más abusaban.

Existían grupos criminales que se dedicaban a la exportación y capturas de esclavos, les robaban su libertad y los traían de diferentes tierras y pueblos, no solo a humanos, si no a criaturas sobrenaturales de todas las razas, eso era parte del mercado negro que movía mucha de la riqueza de los ricos que llenaban sus bolsillos con la vida de otras criaturas.

Por eso, aunque había quien amaba a Valeska y a Lía, y estaban al tanto de lo que habían hecho por el bien de la creación, existían muchos otros que lo habían olvidado y lo culpaban por todo el sufrimiento que había debajo de los manteles de seda de la realeza, era como cuando barren una casa y meten la basura debajo de la alfombra, no esta realmente limpia y era lo mismo con la sociedad.

Pero era lo mismo en todos lados, el bien no puede existir sin el mal, así como no puede prevalecer la vida sobre la muerte y viceversa, todo forma parte del mismo destino, ambas cosas van de la mano dándole equilibrio a toda la creación con su existencia, entre los que rechazaban la idea de someterse a un rey que casi los extingue en el pasado estaban los desertores, aquellos que eran considerados enemigos de la corona imperial.

Estos decían que el emperador se había vuelto blando, que la bruja de la emperatriz lo había hechizado convirtiéndolo en su esclavo, rumoraban que la reina había usado su poder para influenciarlo y así expulsar a todas las concubinas del palacio para así asegurar su eterna estancia en el trono.

Además, inventaban historias para desacreditar las buenas acciones de sus gobernantes, querían que la gente les temiera, los odiara y los rechazara, ahora, esos opositores estaban luchando para reestablecer otros reinos, monarcas de sus propias etnias, razas y así poder recuperar el poder y su autonomía sin un dictador que los siguiera gobernando con poder y autoridad absoluta.

¿Pero como iban a lograrlo? Creando rebeldes, opositores ambiciosos que estuvieran dispuestos a todo para convertirse en los líderes de sus pueblos, esto había pasado con los elfos, habían levantado un rey para que los gobernara, cosa que era un insulto para el rey de todo, más que una grosería era una declaración de rebeldía absoluta y un total desprecio a su poderío.

Por eso Valeska había decidido ir en persona a arreglar este asunto, el semi rey que habían coronado se llamaba “Legnas” un joven elfo de cien años que se había hecho famoso por su belleza deslumbrante y su hambre de poder, lo proyectaron como un líder nato, un candidato predilecto para cumplir con la fachada de rey, su plan era este:

Si lograba mantenerse como rey y era reconocido como soberano de la raza élfica, entonces lo dejarían en el poder dos años, después de ese lapso, lo asesinarían, dirían que el rey había muerto de un infarto o una enfermedad misteriosa que acabaría con su vida de manera rápida y letal, solo así entraría al poder su verdadero líder a quién coronarían como rey del imperio élfico, Legnas solo era un señuelo, un títere para lograr su cometido.

Valeska se despidió de su familia y partió a la provincia de Aberlod, iba acompañado de su guardia personal, además de que parte de su ejercito lo seguía, este era liderado por la gran bruja negra, Beatriz bestia su armadura de obsidiana y era realmente intimidante, no había criatura capaz de sostenerle la mirada por si quiera un minuto, era como su perro guardián, así la llamaban los opositores, de hecho, corría un dicho famoso entre ellos.

“Cuidado con la mordida del perro del rey” era una forma de advertir a sus compañeros de lo peligrosa que podía ser la general del ejercito de fuerzas especiales del emperador.

—Pasen el recado, el emperador está marchando hacia Legnas, avísenle al consejo. —exclamó un encapuchado y su oyente llevó el mensaje a todo el que debía oírlo.

—El rey de todo está acompañado de su ejército y de su perro guardián, alerten a los acianos.

El recado llegó a los consejeros, ancianos y líderes de todo Legnas

—Preparense, llegó nuestro momento, puede que esta sea nuestra única oportunidad para acercarnos lo suficiente como para asesinarlo.

—Hay otra noticia, parece que un elfo esta con ellos, pertenece al grupo de las fuerzas especiales, lo llaman el príncipe de los venenos por su inteligencia al crear pociones letales, puede ser un problema.

—Él no es el único que sabe crear pociones, es un elfo, más no es el mejor, en eso pueden estar tranquilos, Silfi nos ayudará a contrarrestar cualquier interferencia ¿no es así hija mía?

—Si padre… —exclamó una elfa muy hermosa de cabello plateado y ojos azules como el mar.

—Estamos preparados para recibir a ese mercenario, les juro que no saldrá vivo de aquí.

 

 

 




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