Yo recuerdo que la tienda más cercana estaba como a tres calles a la derecha, luego de bajar muchas escaleras al final se lograba ver. Por cierto el señor se llamaba Luis y cuando iba con mi mama siempre me regalaba un caramelo, yo era incapaz de pedir algo ya que no me lo podía comprar, pero me imagino que me veía la cara de desearlo y me lo regalaba.
Desde ese momento no sé si entendí bien o mal lo que me dijo mi mama porque yo entendí que si trabajaba para otra persona iba ganar dinero.
Así que yo al día siguiente en lo que se fue mi mama a trabajar, le di comida a mi hermana la acosté y cerré la puerta de la casa.
Fui al quiosco del señor Luis y le pedí trabajo, pero cuando me vio me dijo:
-Fernando ¿Qué haces tú aquí solo?
-Señor Luis no le diga nada a mi mama pero ¿usted me puede dar trabajo?
-El Sr Luis se estaba riendo y me dijo: -¿y tú qué sabes hacer?
– no mucho pero usted cuando empezó tampoco sabía.
-Él se estaba riendo y me dice: ¿y tú no estudias?
–No porque mi mama me dijo que hay personas que nacimos para trabajarle a otros y yo la quiero ayudar trabajándole a usted.
-Él se dejó de reír, me miro y me dijo: ¿te hace falta algo en casa?
-No, porque tenemos a mi mama, a mi hermana y a Dios.
-Pero es que yo me puedo meter en un problema si te doy trabajo y más sin que tu mama lo sepa; piensa esto: ¿si te llegara a pasar algo?, ¿cómo explico que te paso? Si tu solo eres un niño.
Desde hay yo entendí que todas las personas en el mundo se preocupan por ti, pero ninguna te ayudan, tú le pides trabajo y lo que te dan son consejos.
Me fui a la casa y no hice bulla al entrar; espere más o menos a ver cuánto tiempo duraba mi hermana durmiendo para saber cuánto tiempo tenia para regresar a la casa sin que ella lo notara.
Mi mama llegaba tarde, pero por lo menos dormía con nosotros. Trabajaba desde la mañana hasta la noche.
Recuerdo que todos lo domingo íbamos a misa, era el día más emocionante para mí y para mi hermana, tomábamos un jeep de la casa a la iglesia que quedaba como a 20 min y el señor siempre le decía a mi mama, mayores de 6 años pagan pero a Fernando no le cobro por que algún día me va a pagar y yo le respondía:
-Anote lo que le debo que yo le voy a pagar.
A ese señor le gustaba mucho mi mama y había momentos que ni le cobraba. Me emocionaba ir a la iglesia porque después de misa, mi mama nos dejaba jugar con los otros niños y nos compraba un helado para los dos.