Capítulo 9

-¡Jin.!

-¡Si!,Lo siento - se disculpo él y espero que ella no lo hubiese pillado mirándola. 

-Dime por que caja empiezo y dónde la pongo-. 

-De acuerdo--Suk parecía contenta y Jin suspiro aliviado, no le gustaba sentirse atraído de esa manera por ella. 

Una hora más tarde estaban  en el recibidor de la casa de Jin, y Suk miraba sorprendida. 

-¡Jin, tienes una casa hermosa! -

-Gracias, a mi también me gusta - respondió mientras le ayudaba a quitarse el abrigo que llevaba. 

Suk - ¿La has decorado tú solo? - dijo ella asomándose a una habitación decorada con réplicas de varias culturas coreanas. 

Jin - Claro, se cuando algo me gusta y cuando lo veo, suelo ir tras ello, aunque no siempre porque hay cosas que no están destinadas a pasar - haciendo un gesto algo extraño al decir estas últimas palabras se dio la vuelta para continuar su camino hacia la sala. 

Suk tuvo la sensación de que no estaba hablando del mobiliario, por un momento se tenso al pensar que Jin se diera cuenta que se sentía atraída por él e intentaba disuadirla.

Se dijo una vez más que la decisión estaba tomada, él no la amaba y ella debía marcharse. 

-¿Te espera alguien en Busan? - preguntó Jin sacándola de sus pensamientos. 

-¡Si, mi hermano! - dijo ella casi en un grito - Tengo que llamarlo y decirle que no llegare mañana. 

Jin sonrió - Eso es exactamente lo que estaba pensando, puedes utilizar el teléfono que hay en mi despacho, mientras veré que hay en la nevera para cenar, si no hay nada pediré una pizza, ¿Te gustan con algún ingrediente en especial? -. 

-No, me gustan sencillas con queso y tomate- respondió ella 

Jin sorprendido - ¿¡No te gusta el peperoni!? -. 

Suk algo apenada - no quiero ser difícil pero no me gusta y odio tener que apartarlo-. 

La cara de Jin cambio tan rápido que ella no supo como interpretarla - a mi tampoco me gusta -.

 Se miraron por unos instantes y ambos sonrieron.

-Voy a llamar a mi hermano - dijo Suk dando la vuelta apresurado el paso hacia el despacho.

Cuando llegó vio que Jin tenía un ordenador, un teléfono y una montaña de informes de la empresa sobre su escritorio. ¡Incluso en casa trabajaba este hombre!.